Como sugiere su nombre, es una enfermedad agotadora. Las personas con fatiga crónica sufren una sensación extrema e inexplicable de cansancio que puede durar muchos meses y, a menudo, años. Su capacidad para realizar actividades de la vida diaria se ve afectada drásticamente.
Hasta hace poco, había una idea errónea generalizada, incluso entre los médicos, de que el trastorno era psicológico o, peor aún, imaginado. Pero esa noción fue descartada por un panel de expertos en 2015 que definió la fatiga crónica como una “condición grave y debilitante” con síntomas físicos claros.
Aunque no existe una cura para la fatiga crónica, sus síntomas se pueden tratar con varios medicamentos y terapias, desde ayudas para dormir y analgésicos hasta ejercicio suave.
Qué causa el síndrome de fatiga crónica
Los expertos creen que lo más probable es que sea una predisposición genética más un desencadenante particular. El hecho es que la causa exacta sigue siendo un misterio, y muy bien podría haber múltiples causas.
Las investigaciones sugieren que la infección por el virus de Epstein-Barr, y posiblemente otras infecciones, pueden desencadenar algunos casos de la enfermedad. Otras causas posibles que los científicos han investigado incluyen problemas del sistema inmunológico y desequilibrios hormonales. Pero no ha habido ningún hallazgo definitivo hasta la fecha.
Quién está en riesgo de síndrome de fatiga crónica
La fatiga crónica afecta a personas de ambos sexos y de todos los orígenes étnicos y económicos. Las mujeres, sin embargo, tienen cuatro veces más probabilidades de ser diagnosticadas con el síndrome que los hombres.
La enfermedad puede aparecer a cualquier edad, incluso durante la niñez, y es más común entre personas de 40 y 50 años. Afecta a más personas que la esclerosis múltiple y muchos tipos de cáncer.
Cómo se diagnostica la fatiga crónica
No existe una prueba de laboratorio o biomarcador para la fatiga crónica, y sus síntomas se superponen con muchas otras enfermedades, lo que hace que el diagnóstico del trastorno sea un desafío. La fatiga crónica se parece a muchas otras condiciones.
El hecho de que sea un trastorno complejo con síntomas diversos en todo el cuerpo complica aún más las cosas. La mayoría de los médicos hoy en día no están capacitados para observar más de ocho o diez síntomas sin pensar en un trastorno psiquiátrico. No saben qué hacer con el problema, y si no pueden ponerle una etiqueta, ofrece problemas. Menos de la mitad de los libros de texto de medicina incluyen información sobre la fatiga crónica y menos de un tercio de las facultades de medicina la incluyen en sus planes de estudios.
Para diagnosticar la enfermedad, un médico debe descartar otros trastornos que causen fatiga e identificar los signos reveladores de fatiga crónica que son fundamentalmente que el paciente se pone peor cuando lleva su cuerpo al límite, que se levanta siempre cansado de la cama, que su mente va más lenta de lo normal, que se marea solo con estar de pie y que le duelen la cabeza, las articulaciones o los músculos constantemente.