Estamos delante de una vitamina esencial para los huesos, sistema vascular, corazón, memoria y prevención del envejecimiento. La deficiencia aguda de vitamina K se caracteriza por un sangrado inusual de las encías, nariz o el tracto gastrointestinal. La falta de esta vitamina puede ser producida por fármacos anticoagulantes, el uso prolongado de antibióticos, enfermedad de la vesícula biliar y enfermedad de Crohn. La deficiencia crónica puede ser más peligrosa, ya que no hay síntomas claros, pero el deterioro de la salud ósea y cardiovascular puede ser grave.
Hay diferencias entre la vitamina K2 y la K1
¿Dónde encontramos vitamina K2?
En la carne y algunos lácteos fermentados como los quesos blandos y duros, como el edam, gouda y brie o el requesón. La pechuga de pollo o el chucrut, por ejemplo, tienen poca. Hay un alimento más con grandes dosis: el natto, un derivado de la soja fermentado japonés. De hecho su riqueza en vitaminas, aminoácidos y minerales y su presencia abundante en la dieta explica la diferencia notable de incidencia de osteoporosis y fracturas entre Japón, donde es mucho menor, y Occidente.
Diferencias entre la vitamina K1 y la K2
La vitamina K1 se encuentra en los vegetales de hojas verdes (brócoli, espinacas, col rizada) pero se asimila muy poca. Sólo un 15% aproximado de la K1 obtenida de estos alimentos crudos llega al sistema circulatorio, donde se excreta rápidamente por el hígado tras su absorción intestinal. En cambio, la K2 permanece más tiempo en sangre y es redistribuida en la circulación llevada por el colesterol LDL. Así, el tejido óseo y los vasos sanguíneos la pueden absorber y ejercer su acción.
A los bebés por su parte se les subministra vitamina K al nacer porqué pueden tener deficiencia de ella, ya que no la producen por ellos mismos y no se transporta suficientemente a través de la placenta materna. Pero… ¿y los adultos? Sigue siendo esencial pero no tiene la fama de la vitamina D, aunque cada vez más profesionales de la salud advierten de su importancia.
Las conclusiones de uno de los estudios más importantes hechos sobre este tema, el llamado “Estudio Rotterdam” se publicaron en The Journal of Nutrition hace unos quince años y decían lo siguiente acerca de la vitamina K:
- Reduce en un 50% el riesgo de calcificación arterial.
- Reduce en un 50% el riesgo de muerte por problemas cardiovasculares.
- Reduce en un 25% el riesgo de mortalidad por otras causas.
- Mejora de la capacidad de incorporación del calcio en el tejido óseo.
- Es un posible tratamiento de la arteriosclerosis.