El próximo 5 de septiembre, los niños y niñas de los grupos de infantil y de primaria volverán a llenar las aulas. El 7 de septiembre, dos días más tarde, lo harán los grupos más mayores: ESO, bachillerato y ciclos formativos. Una medida que nace después de una demanda que viene de lejos: el Consell Escolar de Catalunya ya en 1994 señalaba que las vacaciones de verano se tenían que acortar. Una reclamación que se ha ido extendiendo en el tiempo, hasta cuatro veces han llegado a reclamar desde la institución este adelanto que el curso que viene se llevará a cabo.
"Los periodos de vacaciones largos, como el del verano en Catalunya, propician una pérdida de hábitos y aprendizajes en todo el alumnado en general", apunta Jesús Viñas, presidente del Consell Escolar de Catalunya. Una situación que se suma al hecho de que este tiempo, en el que los niños y niñas no van a la escuela o al instituto, favorece las desigualdades de aquellos colectivos más vulnerables. "En todos los documentos en que se ha reclamado la medida aparece que los periodos largos de vacaciones afectan al alumnado más vulnerable, porque, en definitiva, el alumnado que tiene un buen cojín familiar y económico recibirá actividades como centros de verano, etc. En cambio, hay una otra parte de la población, la más vulnerable, que no tiene acceso".
Los hábitos que se establecen durante el curso, se pierden durante los meses de vacaciones
Otro factor al que Viñas apunta es en lo referente a los hábitos que se establecen durante el curso, con las rutinas que durante los meses de vacaciones se pierden. Por eso, desde el Consell Escolar remarcan la importancia de que cualquier cambio en el calendario escolar se tiene que hacer de forma gradual, pensando siempre en el aprendizaje del alumnado, intentando equilibrar al máximo posible los periodos lectivos y no lectivos, teniendo en cuenta el contexto social.
"Sería deseable ir hacia una reducción del periodo de vacaciones veraniegas, que se tendría que compensar con incrementos equivalentes en otras épocas del año", apuntaba uno de los documentos fechados de 2002, donde desde el Consell Escolar de Catalunya ya demandaba esta medida que se llevará a cabo de cara al próximo curso.
El tiempo que duran las vacaciones es importante porque los aprendizajes se pueden perder
Los pedagogos, también a favor de la medida
En la misma línea del presidente del Consell Escolar de Catalunya, opinan la gran mayoría de pedagogos, que dan apoyo a la medida de este adelanto del calendario escolar. Joaquín Gairín, pedagogo, catedrático de Didáctica y Organización escolar y profesor de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), se muestra a favor de la medida, ya que tal como el mismo experto apunta, "para los niños, niñas o jóvenes adolescentes, asistir a los centros educativos, que son espacios de socialización, de intercambio y de formación, es positivo". Por otra parte, el profesor remarca la importancia de garantizar las actividades extraescolares en los centros a lo largo de la tarde, una medida a la que ya se ha comprometido el Govern de la Generalitat, así como el propio servicio de comedor, que durante este mes no desaparecerá.
La medida, que se iniciará a partir de septiembre del próximo curso 2022-2023, supondrá un cambio con el fin de adaptar el calendario escolar al resto de países europeos. Un adelanto que se llevará a cabo con el fin de minimizar el impacto negativo que produce para los niños los largos periodos de tiempo sin asistir a la escuela y para no perjudicar a aquellos colectivos más vulnerables que, durante las vacaciones de verano, no tienen con quién dejar a sus criaturas para que las cuiden.