Los usos del gas natural van más allá de alimentar nuestra calefacción o los fogones de la cocina, de hecho, este combustible limpio y eficiente también puede utilizarse para mover coches, autobuses o incluso barcos generando un impacto ambiental mínimo en comparación con la gasolina o el diésel.
A día de hoy el gas natural es considerado uno de los combustibles más eficientes al conjugar ventajas económicas y medioambientales, como su reducido impacto en materia de emisiones y ruido. Tanto es así que en países de nuestro entorno como Italia o Alemania los vehículos alimentados con gas natural ya se cuentan por centenares de miles de unidades, fenómeno que se repite en regiones como América Latina, donde esta tecnología lleva años dando un respiro a ciudades súper contaminadas como Bogotá.
La implementación a gran escala de los vehículos de gas natural -tanto comprimido como licuado- se dibuja ya como una solución realista a los problemas de polución que afectan grandes urbes como Barcelona o Madrid, advertidas en repetidas ocasiones por organismos como la Unión Europea por la mala calidad del aire que respiran sus ciudadanos. Se trata de un problema grave, hasta el punto que el pasado mes de febrero Bruselas dio un ultimátum a ambas capitales exigiéndoles que tomaran medidas a corto plazo para solventar el problema de "incumplimiento constante" de los límites de contaminación atmosférica correspondientes al dióxido de nitrógeno (NO2).
El 95% de la población europea vive en ciudades en las que se superan los límites de contaminación
Según entidades como Ecologistas en Acción hasta el 95% de la población europea vive en ciudades en las que se superan los límites de contaminación recomendados por la Organización Mundial de la Salud. Asimismo, la Agencia Europea de Medio Ambiente advirtió recientemente que 31.000 personas mueren cada año en España por culpa de la polución que provocan los coches en las grandes ciudades.
Una de las soluciones a este fenómeno es la expansión del llamado “gas natural vehicular”, que reduce en más de un 85% las emisiones de óxidos de nitrógeno y en casi el 100% las partículas en suspensión, principal causa de problemas respiratorios en niños y ancianos. Además esta tecnología también reduce un 24% las emisiones de CO2, culpable del efecto invernadero, señala José Ramón Freire, director de soluciones de movilidad de Gas Natural Fenosa y presidente de la Asociación Ibérica del Gas Natural para la Movilidad (GASNAM).
Ventajas para el clima y el bolsillo
Además de exhibir un rendimiento respetuoso para el medio ambiente, los vehículos de gas natural -tanto ligeros como pesados- generan un gran ahorro para sus propietarios. En promedio, el coste por kilómetro que suponen abastecer un turismo de este tipo es un 50% inferior si lo comparamos con uno de gasolina.
“Por ejemplo, si repostáramos 20€ en el depósito de un coche de gasolina recorreríamos cerca de 385 kilómetros; con uno de gasóleo unos 490 km; pero con uno con gas natural haríamos hasta 694 km”, añade Freire. Asimismo, quienes quieran hacerse con un vehículo de este tipo deben saber que las principales marcas ya los ofrecen en sus gammas y entre estos se puede optar por turismos que funcionen únicamente con esta tecnología u otros que la combinen con el uso de otros combustibles.
Paralelamente, distintas administraciones ofrecen generosas bonificaciones fiscales y ayudas a quienes opten por adquirir vehículos de gas natural. En el caso de Cataluña, estos automóviles pueden acceder al carril bus-VAO de entrada a Barcelona, además gozan de descuentos de hasta el 30% en determinados peajes y sus propietarios pueden pedir subvenciones si el automóvil van a ser utilizados como taxi o con alguna otra finalidad comercial.
El salto al vehículo privado
“Una de las ventajas del gas natural vehicular en comparación a otros combustibles fósiles es que no produce partículas en suspensión, es decir, humo negro, entre otros compuestos dañinos que causan los avisos de emergencia por contaminación en las grandes ciudades”, explica el responsable de mantenimiento y nuevos proyectos de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), Josep Ariño.
En este sentido Ariño destaca la gran consolidación de esta tecnología en ámbitos como el transporte público o las flotas de vehículos de limpieza, lo que permite calificar el paso del empleo de combustibles fósiles tradicionales al gas natural como “una transición muy madura” que implica poco riesgo por parte de los conductores.
En Barcelona el 35 % de la flota de autobuses ya funciona con gas natural y la mayor parte de la de camiones de la basura también
“En Barcelona el 35 % de la flota de autobuses ya funciona con gas natural y la mayor parte de la de camiones de la basura también. Es una tecnología que en Cataluña se utiliza desde el año 1999. Se trata de una tecnología muy consolidada y presente también en las principales ciudades de España”, agrega.
En los últimos años el número de vehículos de gas natural que circulan por las carreteras de España ha crecido sin parar; triplicándose -a pesar de la crisis económica- entre 2008 y 2016. Según cifras de GASNAM, en estos momentos hay más de 6.000 automóviles de gas natural vehicular que abren camino a una tecnología que permite que cada ciudadano contribuya individualmente a mejorar el aire que todos respiramos tomando una inteligente decisión de compra que favorece tanto su economía personal como al medio ambiente.