La denominación de origen (DO) Catalunya se extiende por un basto territorio de este pequeño país mediterráneo, agrupando viñedos desde el escarpado Cap de Creus hasta el cálido Camp de Tarragona, pasando por las comarcas de las Catalunya interior. La gran variedad de localizaciones que protege la denominación le permite exhibir un abanico generoso de exquisitos vinos.

Bañada por el Mare Nostrum, Catalunya ha tenido una cultura vitivinícola que se remonta a la llegada de los fenicios y los griegos, civilizaciones que vieron antes que nadie el enorme potencial que tenia esta tierra para producir excelentes vinos varios siglos antes del nacimiento de Cristo.

Durante la época del Imperio Romano el cultivo de la vid se consolidó en Catalunya y al cabo de poco ya había viñedos custodiando las entradas de las principales urbes romanas que producían una cantidad importante de vino que llegaba a Roma y a otras territorios del César, como el norte de África o Bretaña. Este preciado vino era envasado en ánforas de barro y mandado por mar a los confines del mundo conocido. 

El vino de la DO era envasado en ánforas de barro y mandado por mar a los confines del mundo conocido

Tras la caída del imperio esta industria no remontó hasta la reconquista, cuando el sector de la viña empezó a ligarse a los conventos y monasterios, que en muchos casos custodiaban las cosechas ya en barrica dentro de sus sagrados muros. 

Hoy el sector vitivinícola catalán se ha modernizado y ha apostado por la calidad y la internacionalización. En el caso de la DO Catalunya encontramos vinos producidos en un clima mediterráneo, de veranos e inviernos secos y primavera y otoños más inestables. En el litoral y el prelitoral la brisa marina modera la dureza del sol en las horas diurnas mientras que en el interior encontramos un clima más continental.

Estos elementos climáticos de la denominación dan lugar a una gran variedad de vinos blancos, rosados y tintos marcados por el contacto con el roble y entre los que podemos encontrar crianzas, reservas y grandes reservas. Completan la oferta de la DO, aunque en pequeña proporción, los vinos de aguja y los vinos de licor. En general son vinos de corte moderno e innovador con un color atractivo, una intensidad aromática media-alta, acidez moderada y un final que invita a seguir consumiéndolos.

La DO Catalunya es capaz de seducir los paladares más selectos con coupages insólitos

Asimismo, la DO es capaz de seducir los paladares más selectos con coupages insólitos de acuerdo con las múltiples opciones que ofrece su amplio abanico de variedades de uva autorizadas. En este sentido, las variedades de cultivo tradicional en Catalunya se conjugan a menudo con las variedades foráneas implantadas en nuestro territorio recientemente.

Cabe destacar que en la DO Catalunya tiene autorizadas un total de 35 variedades de uva para la elaboración de sus vinos. Entre las blancas encontramos macabeu, parellada, sumoll blanc o malvasía. Entre las tintas hay cabernet, garnacha, pinot noir, trepat o tempranillo, entre otras.

Esta apreciada denominación resume la esencia de los vinos producidos en toda Catalunya, así como los valores de su industria, que no solo se contenta con ser historia viva del país, sino que aspira a liderar su modernidad aplicando la tecnología más avanzada para producir vinos inmejorables valorados en todo el mundo.

Con la colaboración de la Generalitat de Catalunya