Cuando hablamos del Priorat inmediatamente pensamos en vino, y no es para menos, de hecho esta es una de las denominaciones de origen (DO) más potentes de Catalunya. La suma de clima, suelo, orografía, tradición y trabajo han dado lugar a un producto autentico y sumamente valorado, el vino del Priorat.
Una leyenda local dice que una escalera en medio del Priorat conectaba el cielo y la tierra
La historia de la cultura vitivinícola de la DO está estrechamente ligada con la cartuja de “Scala Dei”, donde los monjes trajeron desde la Provenza francesa conocimientos y técnicas que desarrollaron este sector en la zona y que desde entonces no ha parado de crecer y desarrollarse. La leyenda cuenta que en el siglo XI el rey Alfonso I “El Casto” mandó buscar un lugar en el que los monjes pudieran establecerse por primera vez en Catalunya, los emisarios reales llegaron a los pies del Montsant, donde un lugareño les contó que en medio del valle había un pino muy alto por el que subían y bajaban los ángeles desde el cielo.
Ese es el místico origen de la tradición vitivinícola del Priorat, una voluntad de conectar el cielo y la tierra, hoy a través de un placer tan mundano como el vino, pero no cualquier vino. Con los siglos la tradición y los viñedos llegados con la Cartuja dieron lugar a un DO cuyos vinos son reconocidos más allá de nuestras fronteras. Sin embargo la crisis de la filoxera y la revolución industrial hicieron que hasta los años ochenta el sector vitivinícola del Priorat no recuperara su esplendor.
La DO vive un ciclo de prosperidad que conjuga tradición y espíritu emprendedor
Hoy esta es una tierra vive un ciclo de prosperidad que conjuga sabiduría, tradición y paisaje con un nuevo espíritu emprendedor. Además DO tiene privilegio de contar con el primer “vino de finca” -máxima distinción que puede recibir un vino hecho en Catalunya- del Estado y trabaja para asentar el concepto de los vinos “de vila” que refuerzan los lazos entre el producto final y el lugar del que viene, detallando en las etiquetas de donde procede la uva con la que se ha elaborado cada vino.
Uno de los elementos más característicos de la DO es su orografía escarpada. El Priorat se encuentra en el corazón de la demarcación de Tarragona y los valles y pendientes pronunciadas de la zona ha hecho que muchos viñedos se hayan situado en estrechas terrazas ganadas a la pendiente en lo que se conoce como “agricultura heroica”. De esta agricultura arriesgada y persistente nacen una amplia gamma de vinos, sobretodo tintos, elaborados con uva cariñena, y en menor grado cabernet sauvignon, merlot y syrah. Los vinos de la zona tienen la característica de tener una graduación muy elevada, aromas complejas y rotundas.
La DO ha ofrecido muy buenas añadas en los últimos lustros, que han sido acogidas con fervor entre los aficionados al vino. Asimismo, ofrece también vinos blancos, elaborados con uvas macabeu y garnacha blanca, rosados y los tradicionales “vins rancis”. La dedicación, la historia y la calidad son tres argumentos de pesos para probar -o repetir- en la degustación de los vinos del Priorat, que, como dicen algunos, podrían estar influenciados por los ángeles que bajaban hace siglos por la escala al cielo que había en sus valles, hoy repletos de esplendorosas viñas.