Se habla mucho del papel de las energías renovables y de cómo se tienen que implementar para, poco a poco, descarbonizar el modelo energético actual basado en el consumo de energía de origen fósil, para dejar de emitir CO2 y otros gases de efecto invernadero nocivos por el medio ambiente y para la salud humana, sin embargo, ¿cómo lo tenemos que hacer? ¿En qué punto se encuentra Catalunya con respecto a las renovables? ¿Qué futuro se prevé a corto y a medio plazo? ¿Conseguiremos vivir en un territorio 100% verde y sostenible? Analicémoslo.

Hace cuestión de semanas, en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP26) celebrada en Glasgow, se firmaba un acuerdo para acelerar la transición energética basado en 5 puntos: acelerar la transición energética; reducir en un 45% las emisiones del 2010 para el 2030; doblarse en financiación para países menos desarrollados económicamente para la transición climática; eliminar progresivamente el uso del carbón y retirar las subvenciones a los combustibles fósiles. Un acuerdo que mantiene el objetivo de limitar el calentamiento global a un máximo de 1,5 grados por el año 2100 con respecto a los niveles preindustriales.

Por primera vez, la comunidad internacional reconoce la necesidad de acabar con los combustibles fósiles
 

Barcelona, en alerta a menudo por su mala calidad del aire por culpa de la contaminación / ACN

En la misma COP26, una treinta de países se comprometieron a eliminar los coches de combustión para el año 2023. Un paso más, que va en la dirección de erradicar las energías fósiles para encontrar otras fuentes de energía renovables, como podría ser la eléctrica producida a través de la energía fotovoltaica, por ejemplo, para cargar los coches eléctricos o híbridos que ya empezamos a ver en todas partes. Pero este, el Acuerdo de Glasgow sobre Emisión Cero de Vehículos, no es suficiente. A pesar de ser un paso importante, es necesario saber cómo y de dónde extraeremos toda la energía necesaria de origen renovable, para hacer un uso doméstico e industrial, las principales fuentes contaminantes provenientes todas ellas de la actividad humana.

El panorama actual en nuestro territorio

La implementación de la energía renovable en nuestra casa no está yendo ni a la velocidad ni en la medida deseada. Los motivos son diversos, pero su convivencia con el territorio, las actividades agrícolas y el paisaje, son algunos de los argumentos que más se escuchan y que han frenado en repetidas ocasiones algunos de los proyectos planeados. A pesar de todo, una buena convivencia es posible si se planifica adecuadamente, y lo demuestran los primeros proyectos que se están llevando a cabo.

¿Os imagináis un proyecto de huerto bajo una planta solar en vuestra casa? Eso es posible, y lo conocen de primera mano los vecinos de Valdecaballeros y Augusto (Extremadura), Totana (Murcia) y en Las Corchas (Andalucía), que desde hace un tiempo, conviven con una instalación agrivoltaica, un proyecto que unifica la energía solar y la agricultura. El objetivo del proyecto pionero que lidera Endesa, es el de utilizar gran parte del terreno que ocupa una planta fotovoltaica para un uso agrícola, la preservación de la biodiversidad y la creación de valor compartido con las comunidades locales.

Pimiento rojo, bróculi, alcachofa, tomillo, pitaia, salvia, orégano, romero, lavanda, cilantro, berenjena, bróculi, coliflor o calabacín, son algunos de los cultivos que se están plantando en estas instalaciones renovables. A fin de que eso sea un éxito y para evaluar la viabilidad agronómica de las soluciones propuestas en cada planta, un equipo de expertos de la compañía energética se encarga de recopilar toda la información necesaria para la correcta realización del proyecto, como las condiciones del lugar, los recursos hídricos disponibles, los agricultores próximos interesados en el cultivo o el pasturaje, la información sobre cooperativas locales o bien los cultivos tradicionales específicos entre otros.

Proyecto de la instalación agrivoltaica en Totana, Murcia

La energía proveniente del sol, es una de las fuentes de energía renovables pendientes de implementarse en nuestra casa. El aprovechamiento del viento, la energía eólica, es la otra asignatura pendiente, pero pronto, puede llegar a ser toda una realidad.

En Catalunya, hoy día no encontramos ninguna instalación o proyecto ejecutado, pero recientemente, Endesa ha presentado el proyecto del Parque Eólico Galatea, que se pretende construir en la Jonquera para mejorar la huella ambiental generando valor a la comunidad local. Un proyecto que supondría una inversión de alrededor de 40 millones de euros en el territorio y que tendría una potencia de 49 MW, contando con 9 aerogeneradores, los cuales quedarían fuera de los espacios naturales protegidos de la comarca (Alt Empordà), de la misma manera que los accesos para llegar.

El parque eólico permitiría generar en torno a 140 GWh el año, el equivalente a cubrir el consumo eléctrico que tienen durante un año entero la mitad de hogares del Alt Empordà. Un ahorro que supondría evitar la emisión de 116 mil toneladas anuales de CO2 a la atmósfera. En estos momentos el proyecto se encuentra en una fase de tramitación que, en caso de obtener todas las autorizaciones, podría entrar en funcionamiento a mediados del 2024. Para ejecutar la fase de instalación del parque, se calcula que se generarían centenares de puestos de trabajo especializados de forma directa así como de forma indirecta.

El parque eólico de la Jonquera permitiría evitar la emisión de 116 M T anuales de CO2 a la atmósfera

Esquema del nuevo parque eólico que se prevé construir al Alt Empordà

Las compañías energéticas, claves para la transición hacia un modelo sostenible

Centrando la mirada en el futuro, aparte de la conciencia ciudadana y de sus cambios de hábitos en el consumo, es importante repensar el papel del sector energético, que por su propia naturaleza, concentra una parte importante de las emisiones y tiene en sus manos, también, la clave para proponer una alternativa. En esta línea, el consejero delegado de Endesa, José D. Bogas Gálvez, apunta que en el plan 2024-2030 que tiene prevista la compañía, pretende hacer crecer la potencia instalada de fuentes renovables hasta conseguir los 12.300MW. Un hecho que permitirá que a finales del 2024, el 92% de la producción peninsular de Endesa esté libre de emisiones de CO.2

El papel de las compañías energéticas y el comportamiento de la ciudadanía, primordiales, por el cambio hacia un modelo sostenible

La inversión que la compañía energética invertirá en renovables es de 3.100 millones, un hecho que comportará que un 63% del parque generador peninsular, esté libre de emisiones a finales del 2024. Además, hay que tener en cuenta el impulso a la digitalización de la red, otro pilar fundamental destinado a la mejora de la calidad del servicio y a la reducción de las pérdidas. La transición de las grandes compañías energéticas que tendrían que perseguir como el ejemplo de Endesa, que ya ha empezado, tiene como objetivo alcanzar sin utilizar técnicas de captura ni de compensación de emisiones, su reconversión hacia un modelo 100% descarbonizado. Un modelo respetuoso y sostenible que tenga en cuenta los recursos del planeta y el bienestar del ciudadano.