Nacer y crecer formando parte de un núcleo familiar es una suerte de la cual no todo el mundo puede disfrutar. Es el caso de los niños que viven en centros de protección de la Generalitat porque sus familias biológicas no se pueden hacer cargo. Una alternativa para estas criaturas es la acogida en familia ajena, es decir, que puedan vivir con una familia con la cual no tienen ninguna relación de parentesco. Se trata de una medida temporal para ofrecer a los niños el mejor entorno posible para crecer hasta que su familia biológica resuelva los problemas que le impiden ocuparse.
En estos momentos, en Catalunya encontramos 862 familias que tienen en acogida casi a 1.200 niños tutelados, en diferentes modalidades: acogimiento de urgencia y diagnóstico, acogimiento simple, acogimiento permanente y acogimiento de fin de semana y vacaciones, para niños mayores y adolescentes. "Las necesidades del niño y la situación de la familia biológica determinan la temporalidad del acogimiento", apuntan desde el Departament de Drets Socials.
El testimonio de la familia Plans-Martir
El caso de la familia Plans y Martir es admirable. Damià y Victòria tuvieron su primera hija biológica ahora hace 17 años, Mariona. "No queríamos tener una única hija porque se acostumbran a malcriar [le dicen sonriendo con complicidad], por eso, optar por la acogida nos pareció la mejor opción, porque no era tener más niños, sino que era acoger a niños que existían y que necesitan de un padre o de una madre que también los quieren acompañar y dar la oportunidad mutua de ampliar la familia", explican emocionados, la pareja.
La acogida a niños o adolescentes con necesidades especiales
Pero el caso de Damià y de Victòria todavía lo hace más especial. La pareja decidió optar por hacer una acogida a dos niños con necesidades especiales. Ahora ellos tienen 12 y 13 años respectivamente, y ya hace 9 y 8 años respectivamente que conviven juntos. La opción que escogieron Damià y Victòria se llama Acogida en Unidad Convivencial de Acción Educativa (UCAE), que eso implica que tienen que tener una titulación y una formación específica, así como una experiencia previa en el ámbito de la infancia y la adolescencia en riesgo. "Un niño de acogida simple probablemente no tenga un perfil tan complicado, seguramente no lleva tanto trabajo, pero con nuestra acogida profesional tienes que dedicar esfuerzos porque hay un seguimiento por parte de profesionales —médicos, pedagogos, psicólogos, etc.— que resulta complejo", detalla Damià.
"La acogida es una historia de compartir, de aprendizaje y de salir adelante" Victòria y Damià
La familia reconoce cómo la acogida es una oportunidad para el niño de darle una infancia bonita en un entorno normalizado. ¡"Son nuestros niños"!, exclama Victòria emocionada cuando le preguntamos qué les aportan. "No son nuestros hijos, pero como si lo fueran, después de tantos años, ahora ya prácticamente somos una familia", añade Damià. La pareja es consciente de que no son el padre o la madre biológica, por eso explican y tienen muy claro cómo la acogida es un servicio temporal, "porque su familia no los puede cuidar durante un tiempo, aunque hay casos en que los padres y las madres pueden recuperar su autonomía y pueden recuperar de nuevo a sus hijos porque ya se muestran capacitados". A pesar de todo, aseguran y se muestran convencidos de que los dos adolescentes que tienen en acogida, una vez cumplan la mayoría de edad, los seguirán teniendo muy cerca el resto de sus vidas.
Entrevistados en las puertas de la masía donde viven en la Anoia, aprovechamos para charlar un rato con Mariona, la hija adolescente biológica de la pareja. La joven nos confiesa que de pequeña quería tener hermanos, y más en una casa tan grande con tanto espacio. "Al principio me costó aceptarlos, me hacía ilusión tener hermanos, pero llegaron los dos con muy poco tiempo", apunta Mariona, que añade como para ella, "ahora son mis hermanos, los quiero muchísimo, llevan media vida conmigo y me gusta mucho tenerlos en mi vida, no me imagino estar sin ellos, me hace muy feliz tener dos hermanos como ellos" [confiesa emocionada].
La familia acaba lanzando un mensaje para todos aquellos que se plantean la acogida como opción para ampliar la familia. "No es una recomendación o decisión fácil, es un hecho que como pareja, matrimonio o familia necesita un proceso, de pensarlo bien, de asumir que no es un hecho temporal de 4 días, que puede ser algo temporal, pero también un proceso largo", puntualiza Damià, que reconoce como la decisión es muy importante, muy trascendente, teniendo en cuenta que la infancia de estos niños la han compartido juntos y que no los puedes dejar en la estacada cuando te has cansado, "tenemos que estar a la altura". Ambos, Victòria y Damià, acaban recomendando la vivencia, aportándolos muchísimo, pero reconociendo que no es una historia fácil, ni bucólica, ni romántica. "No solo tiene que haber mucho amor, sino que también tiene que haber mucha voluntad y muchas ganas, si no, es difícil".
El Govern da apoyo a las familias que acogen niños con necesidades especiales
El pasado mes de junio, se conocía como desde el Govern de la Generalitat se ha aprobado aumentar la prestación para la acogida de niños y adolescentes tutelados, en concreto, para aquellas familias que acogen niños y niñas con diversidad funcional, grupos de hermanos con necesidades educativas especiales o con otras dificultades. La prestación para estas familias calificadas que hagan acogida en unidad convivencial será a partir de ahora de 1.800 euros mensuales, 600 más del establecido hasta el momento. Actualmente, hay 24 niños y adolescentes con perfil UCAE acogidos en toda Catalunya y 142 niños y niñas pendientes de encontrar familia de acogida.