El Plan de Fosas de desaparecidos durante la Guerra Civil y la dictadura franquista tiene el objetivo de contribuir a la recuperación de la memoria histórica con la apertura de las fosas que hay en Catalunya para poder analizar los restos encontrados y devolverlas a sus familiares, o bien darles una sepultura digna.

Este plan, en marcha desde el año 2017, ha permitido la apertura de 21 fosas de la Guerra Civil y la identificación de siete personas que estaban enterradas. Las excavaciones han facilitado la recuperación de 292 personas.

Las excavaciones permiten recuperar los restos de 292 personas

Desde la Transición hasta al inicio del plan, se habían abierto en Catalunya 28 fosas, recuperado 58 cuerpos e identificado a otras siete personas. Por lo tanto, en solo dos años, el plan ha multiplicado por cinco el número de personas recuperadas y ha igualado el número de identificados.

El plan establece protocolos de actuación, planifica y prioriza la apertura de nuevas fosas y los trabajos para identificar a las víctimas. Está coordinado por el Departament de Justícia, a través de la Direcció General de Memòria Democràtica. Nació, sin embargo, en la anterior legislatura, bajo la tutela de la Conselleria d’Afers i Relacions Institucionals i Exteriors i Transparència.

Como ejemplo de actuaciones anteriores, a finales de 2017 el plan permitió iniciar las excavaciones de las fosas del Soleràs (Garrigues) y Miravet (Terra Alta), donde se encontraron 146 y 99 personas, respectivamente. Se trata de las mayores fosas excavadas hasta ahora en Catalunya con respecto al número de individuos encontrados.

Las últimas actuaciones

Las últimas excavaciones se han llevado a cabo entre mayo y julio de este 2019 en el cementerio de Alguaire (Segrià), Caseres y Batea (Terra Alta). La actuación en Caseres ha permitido recuperar los restos de dos soldados republicanos de una fosa que estaba junto a la carretera N-420 y los restos de un número todavía indeterminado de individuos de otra finca del pueblo. Los arqueólogos tienen que analizar estos restos para saber a cuántas personas pueden pertenecer. En Batea no se ha recuperado ningún individuo. Los trabajos en Alguaire todavía están en curso.

Próximas actuaciones

Las próximas excavaciones serán en Foradada (Noguera) y en el cementerio de Salomó (Tarragonès). La actuación en Foradada se realizará en septiembre y prevé recuperar al menos a un individuo de una fosa ubicada en la Serra Alta, donde tuvieron lugar varios días de combates entre el ejército republicano y las tropas rebeldes que avanzaban por el territorio. La fosa del cementerio de Salomó no tiene todavía fecha de apertura, pero se esperan encontrar al menos los restos de dos soldados republicanos.

Siete personas identificadas

El Programa de Identificación Genética, que complementa el plan de Fosas, dispone de una base de datos donde hay perfiles genéticos de familiares de víctimas y perfiles genéticos de los restos humanos localizados en fosas. Si hay coincidencia genética, la víctima puede ser identificada y por lo tanto devuelta a la familia. Si la identificación no es posible, los restos tienen que ser enterrados en los cementerios de los municipios donde fueron encontradas, tal como marca la Ley de Fosas.

El sistema ya ha permitido identificar a siete personas que estaban enterradas en fosas. Se trata de Elio Ziglioli, de la fosa de Castellar del Vallès, y Leandro Preixens, Ramon Jové, Maria Teresa Mir, Josep Moles, Modesto Sualdea y uno de los hermanos Sabatés Homs –los estudios antropológicos tienen que acabar de determinar si se trata de Joan o de Josep Maria Sabatés Homs de la fosa del Soleràs.

El Programa de identificación genética

La base de datos del Programa de identificación genética cuenta actualmente con unas 2.000 muestras de ADN de familiares de víctimas y con un centenar de muestras genéticas de individuos localizados en fosas. Las personas que quieran dar una muestra genética se tienen que inscribir en el Censo de Personas Desaparecidas.

El Hospital Universitari Vall d’Hebron es el encargado de extraer la muestra del frotis bucal. La donación es gratuita, indolora y clave para poder identificar a las víctimas de las fosas comunes. En cambio, la extracción de ADN de un resto óseo de una fosa es un proceso complejo y caro. Una extracción de ADN de un individuo de una fosa tiene un coste aproximado de unos 1.000 euros. Se calcula que en Catalunya hay más de 500 fosas de la Guerra con miles de personas enterradas.

Las familias pueden encontrar más información mediante este enlace:

http://memoria.gencat.cat/ca/que-fem/reconeixement-victimes/atencio-a-expressos-i-excavacio-de-fosses-comunes/