Marcel Mauri, vicepresidente y escaparate público de Òmnium Cultural por el encarcelamiento del presidente Jordi Cuixart, denuncia la represión que ejerce el Estado español: "La represión no se ha marchado, eso quiere decir que hay una quiebra democrática en el Estado español, a la cual ahora se añade una quiebra social y económica, por lo tanto está en una bancarrota múltiple". Por eso reclama poder disponer del máximo de herramientas y recursos para decidir el futuro de Catalunya, el cual cosa contrasta con una decisión bien reciente en plena pandemia: "Es inadmisible y una vergüenza que el Estado esté licitando una compra de tanques por 2.100 millones de euros".
Mauri es consciente de que la lucha contra el coronavirus ha aparcado mediática y políticamente seguir adelante con el mandato del 1-O. "El Gobierno menosprecia a Òmnium, que es la principal entidad del Estado español con 183.000 socios. Pero sí que tendrían que hacer caso a Amnistía Internacional, en el Consejo de Europa, cuando les dicen de liberar a los presos políticos". La represión no se detiene, con más de mil personas sufriendo persecución. A Òmnium mismo le han rechazado los recursos contra una multa que no han podido pagar y por la cual se les ha embargado por valor de medio millón de euros. "El Estado español -apunta el vicepresidente de la entidad- pone la bandera y el nacionalismo español por delante de los derechos de la ciudadanía. Por eso desde Òmnium seguimos defendiendo la amnistía para poner el contador a cero".
Estas semanas de confinamiento han sido activas desde Òmnium, que tiene como lema" la fuerza de un país es su gente". "Hemos potenciado la vertiente de cooperación con otras entidades para encontrar proyectos comunes que nos permitan afrontar esta situación tan dura del confinamiento y de las consecuencias que este está teniendo". "Tenemos una sociedad civil con una gran capacidad de resiliencia, de ayuda mutua, de crear red, que permite superar situaciones de mucha dificultad. Ahora estamos viendo este compromiso de empoderamiento ciudadano".
Preguntado sobre si teme un estallido social cuando acabe este drama, Marcel Mauri responde que "políticamente Catalunya no es un país dividido, pero socialmente, ya desde antes de la pandemia, una de cada cuatro personas vivía en el umbral de la pobreza. Claro, ahora estas cifras aumentan de una forma exponencial, 700.000 personas en Catalunya han sufrido un ERTE y muchas de ellas tres meses después todavía no han recibido ni un mínimo subsidio... Eso seguro que tendrá una traducción política porque se tiene que tener en cuenta a estas personas excluidas. Es momento de volver a poner a las personas vulnerables en el centro de atención de la actividad política".
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