El próximo curso escolar 2022-2023 se iniciará el lunes 5 de septiembre para los grupos de infantil y de primaria. Una fecha que se adelanta a la Diada Nacional de Catalunya, con el fin de abrir de nuevo las escuelas y los institutos para acoger a todo al alumnado. El 7 de septiembre volverán a las aulas los grupos de ESO, bachillerato y ciclos formativos. Un adelanto del calendario escolar que se lleva a cabo en la misma línea que el resto de países europeos, donde sus alumnos también inician la escuela y el instituto a principios de septiembre, reduciendo las semanas de vacaciones y velando para que los periodos lectivos y no lectivos sean más equilibrados.
A lo largo de septiembre, la jornada escolar será compacta durante la mañana
Otra de las novedades, es que este próximo curso escolar, el alumnado solo dará clases a lo largo de la mañana, compactando así la jornada. Un hecho, sin embargo, que no elimina el servicio de comedor, que se mantiene igual que siempre, así como las actividades que se ofrecerán a lo largo de la tarde, para cubrir hasta el horario habitual.
Las familias, a favor del adelanto del inicio del curso escolar
Con el fin de conocer la opinión de los ciudadanos que más les afecta esta medida —padres, madres, abuelos, tíos, hermanos o cuidadores, entre otros—, hemos salido a la calle a preguntar qué les parece la nueva medida que implica adelantar una semana el retorno a las aulas y, por lo que nos han dicho, gusta bastante.
"Me parece bien, así no tendrán tantas vacaciones continuadas, me parece aceptable"; "Creo que es positivo para aquellos padres y madres que trabajan, por la conciliación"; "Para los que tenemos niños pequeños, empezar el 12 de septiembre es un trastorno"; "Para el tema de las vacaciones es fantástico porque así coincidimos y nos va mejor para organizarnos", celebran algunos de los testimonios recogidos.
Mejora los procesos de aprendizaje y beneficia a los alumnos más vulnerables
El adelanto del calendario escolar supone para el alumnado una reducción de la cantidad de días festivos a lo largo del verano —vacaciones que sirven para dejar atrás la rutina del curso y obtener otros espacios de socialización—, sin embargo, un tiempo excesivamente largo acaba comportando efectos negativos sobre el proceso de aprendizaje, que puede provocar el olvido de los hábitos y de los aprendizajes adquiridos durante el año. Por eso, velando por los niños y jóvenes, se avanzará el calendario, beneficiando y facilitando la interiorización de los aprendizajes adquiridos, evitando la pérdida de los hábitos de aprendizaje.
Además, la medida también resulta favorable para aquellos colectivos más vulnerables y el alumnado más desfavorecido, que tiene menos recursos para seguir trabajando habilidades cognitivas, sociales y emocionales durante el periodo de vacaciones estival. Unos alumnos que no acostumbran a hacer actividades de refuerzo o profundización, no disfrutan de visitas culturales o de viajes, ni tampoco acostumbran a tener acceso a los centros de verano debido a la falta de recursos para asumir los gastos que todo esto comporta.
La medida que se adoptará el próximo curso hace más compatible la vida familiar con la laboral, tal como explicaban algunos de los testimonios recogidos, ya que podrán disfrutar de las vacaciones con los menores de casa y, a principios de septiembre, llevarlos de nuevo a la escuela al recuperar también las actividades laborales de los adultos.