El parque natural del Montgrí, las Illes Medes y el Baix Ter comprende el municipios del Baix Empordà de Torroella de Montgrí, Pals, Bellcaire d'Empordà, Palau-Sator, Ullà, Fontanilles y Gualta. En el Alt Empordà incluye La Escala. Todos ellos, municipios de la provincia de Girona.
El parque se creó por la ley 15/2010, de 21 de mayo de 2010, con el objetivo de unificar la normativa de protección de los tres espacios que conforman el parque natural: el macizo del Montgrí, las Illes Medes y el Baix Ter. La ley declara como reserva natural parcial el ámbito marino en torno a las Illes Medes i da lugar a la reserva natural parcial marina de las Illes Medes y también las lagunas y los pantanales de los sectores de Ter Vell, Pletera, balsa de Fra Ramon y balsas de Coll y sus sistemas litorales asociados que en su conjunto originan la reserva natural parcial de los pantanales del Baix Ter.
La superficie emergida de las Illes Medes está declarada reserva natural integral
Santi Ramos, técnico del parque natural del Montgrí, las Illes Medes y el Baix Ter, asegura que el rasgo característico del parque es "su gran diversidad y riqueza en un espacio muy reducido, donde en poco más de 8.000 hectáreas podemos encontrar uno de los fondos marinos mejor conservados del Mediterráneo occidental, con poblamientos únicos de gorgonias, coral rojo, praderas de posidonia y una gran comunidad de peces".
Destaca la buena conservación del litoral, con su flora y fauna característica y la presencia de especies amenazadas como el fartet, el chorlitejo patinegro, el avetoro, la tortuga de estanque o la planta estaquia marítima.
Ramos: "Un parque, tres paisajes: la zona marina, la plana del Baix Ter y el macizo del Montgrí y de Muntanya Gran"
El paisaje
El valor paisajístico se caracteriza por la gran heterogeneidad, su singularidad y por el conjunto de factores geológicos, meteorológicos y humanos que han contribuido a dar forma al medio físico y natural, con las comunidades vegetales y de animales más características.
El espacio de interés natural del Montgrí configura una unidad de relieve dominada por una meseta con pequeñas elevaciones, situada entre la plana baja del Ter y el golfo de Roses. Las cimas más altas son las situadas en el suroeste, principalmente el Montplà (310 m), la montaña de Ullà (307 m) y el Montgrí (303 m).
La franja litoral se extiende a lo largo de casi 10 km entre la cabo de la Barra y cala Montgó. Es el único lugar de Catalunya donde están presentes unos acantilados excepcionales, de casi 100 metros de altura, de origen calcáreo. La geomorfología de la costa es muy diversa, y origina diferentes formas como cabos, calas, pequeños golfos, islotes, arcadas o cestos, que en conjunto constituyen un paisaje de excepcional belleza, que ha sido modelado sobre todo por la acción del mar.
Otro factor paisajístico particular es la existencia de una duna continental en el lado este del macizo, formada por la acción de los vientos de tramontana que han traído gran cantidad de arenas desde el Alt Empordà a lo largo de los años.
El pequeño archipiélago de las Medes, de 21,5 hectáreas de superficie, está formado por siete islotes y algún arrecife. Constituye un paisaje único a Catalunya, a causa de la gran cantidad de ambientes y de especies que se encuentran. Lo que determina el valor excepcional de las Medesen en el Mediterráneo es su medio marino, donde encontramos paisajes de indudable valor como paredes verticales con comunidades de coralígeno, praderas de posidonia, fondos poco profundos dominados por algas y las cuevas y túneles excavados a lo largo de los años por los fenómenos naturales. Las islas presentan una disimetría muy acusada entre los extremos este y oeste. En la vertiente oriental se encuentran acantilados cortados en vertical que se adentran de igual forma dentro del fondo marino, hasta unos 50 m de profundidad. La vertiente occidental, en cambio, presenta pendientes más suaves.
Hábitats terrestres y marinos
Las Illes Medes y el macizo del Montgrí acogen a un total de 25 hábitats diferentes, de los cuales 11 tienen interés comunitario y, de estos, 3 son prioritarios según la lista de los hábitats presentes en Catalunya (LHC).
Los hábitats terrestres de las Illes Medes son modelados por las condiciones climatológicas con la presencia, principalmente, de vegetación halófila, adaptada en la sal, sin un estrato arbóreo muy denso. La superficie mayoritaria de las islas es recubierta de un extenso matorral y formaciones herbáceas de suelos salinos o yesosos. La garriga también está presente, y el lentisco y el acebuche son los representantes del escaso estrato arbóreo, este último de importancia primordial, ya que ofrece refugio en la colonia de ardeidos nidificando en las islas. La presencia de una colonia extensa de gaviotas ha provocado la transformación de la vegetación existente en muchos lugares hacia una vegetación de carácter más ruderal. Otra problemática es la que causan las especies foráneas que encuentran en las islas un medio adecuado donde desarrollarse.
Los acantilados, la costa rocosa y los islotes ofrecen en este espacio la singularidad de un paisaje único en Catalunya
La garriga de coscoja domina la superficie recubierta en el macizo, seguida de los pinares carrascosos con sotobosque de maquias o garrigas. Hay que destacar también por su relevancia las dunas interiores plantadas de pinos y los prados secos de tierra baja. Los cultivos leñosos de secano, principalmente de olivo, tienen una representación importante en el conjunto del macizo. Están presentes también los pastos y los cultivos herbáceos extensivos de secano. Los ambientes litorales y salinos están representados a lo largo de toda la costa del macizo entre los municipios de El Estartit y La Escala.
En el fondo de las Ilies Medes se encuentra una gran diversidad de hábitats marinos, debido a varios factores que hacen que haya una elevada productividad en la zona:
- La aportación de materia orgánica del río Ter
- La influencia de vientos y corrientes del norte que favorecen la subida de aguas de profundidad ricas en nutrientes
- La diversa composición de los fondos marinos, que provoca la existencia de diferentes hábitats adaptados a cada uno de ellos
Entre los hábitats marinos más representativos de las islas Medes se encuentran:
- La cornisa de trottoir: formada por un alga calcárea (Lithophyllum tortuosum), que crece a nivel de la superficie en las zonas batidas. Su importancia radica en la gran cantidad de algas y pequeños animales que se alojan en su interior (gusanos, moluscos y crustáceos). Este hábitat es un punto de alimentación para gaviotas y una variedad de peces.
- Las algas bien iluminadas: el paisaje submarino de las rocas someras y bien iluminadas se caracteriza por una densa cobertura de algas, de más de un centenar de especies, de frondas arborescentes y variados colores verdes, rojos y ocres. Como productor primario, este hábitat tiene una importancia vital en la red trófica de nuestro litoral.
- Las algas de penumbra: recubren los fondos a partir de los 10 metros de profundidad y están formadas por especies de algas verdes y rojas, adaptadas a la falta de luz. Hay una gran variedad de animales ligados a este hábitat, como crustáceos, poliquetos y peces, entre otros.
- El césped de posidonia: las fanerógamas marinas, representadas por la Posidonia oceanica, especie endémica del Mediterráneo, forma un hábitat de interés comunitario. Un gran número de animales encuentran refugio y alimento entre sus hojas.
La posidonia situada en el oeste de la Meda Gran y de la Meda Petita es una de las mejores conservadas de toda la costa catalana
- El coralígeno: a partir de los 15 a 20 metros de profundidad se desarrolla un hábitat bien representado en las islas que se caracteriza por la presencia de especies con tasas de crecimiento muy bajas, como las gorgonias rojas (Paramuricea clavata) y el coral rojo (Corallium rubrum), muy sensibles al impacto humano.
- Las cuevas submarinas: los túneles y las galerías de las Medes, formados por la erosión de las aguas, aumentan todavía más su atractivo subacuático. La falta de luz en las cuevas impide el crecimiento de la vida vegetales y son comunas las comunidades de esponjas, crustáceos y peces típicos de estos hábitats.
La flora terrestre y marina
Con respecto a la flora y vegetación terrestre, el viento, la salinidad y las deyecciones de los pájaros marinos condicionan la vegetación de las islas. También lo hacen la geología de la zona, los acantilados altos y escarpados, sometidos a la acción continuada de los fenómenos meteorológicos, que forman un conjunto de factores que obligan a la adaptación de la vegetación.
Las áreas de especial interés florístico de las Illes Medes destacan por acoger a un conjunto de comunidades de hierbas nitrófilas, adaptadas a la gran cantidad de materia orgánica aportada por las deyecciones de las colonias de pájaros marinos nidificantes. Su interés se encuentra en el origen natural de estas comunidades, fuera de la intervención humana.
Las comunidades propias de los acantilados y los sitios abruptos dominadas por la malva grande encuentran en las islas el único lugar de Catalunya donde ocupan el hábitat que les es propio. Hay que destacar los restos de maquias litorales, dominados en las islas por el acebuchal.
Las particularidades florísticas del Montgrí vienen dadas por la misma singularidad del relevo, la morfología cárstica, el suelo magro y pedregoso y el clima marcadamente mediterráneo. Se distinguen los bosques, con un interés destacable de la duna continental fijada a los inicios del siglo XX, las formaciones arbustivas, los cultivos, los conjuntos de rocas interiores y los acantilados litorales.
Formaciones arbustivas de garriga ocupan la mayor parte de la superficie. Actualmente, una buena parte del macizo está recubierto de masas arborizadas. El pinar carrascoso con sotobosque de garriga constituye la unidad mayoritaria y el encinar es muy escaso. Por su singularidad florística, en el macizo destacan dos grandes grupos: los briófitos o musgos y las plantas vasculares.
La flora submarina de las Illes Medes y de la costa del Montgrí tiene un indudable valor en la ecología de todo el ecosistema marino. Su conocimiento es básico para su conservación y para la estabilidad de los sistemas naturales.
Hace falta destacar la importancia de las algas, como productores primarios, que generan materia orgánica aprovechable para los animales herbívoros y detritívoros, así como el papel estructural que tienen para crear un sistema complejo con microhábitats, donde muchas especies encuentran un lugar idóneo para protegerse, alimentarse y reproducirse. La distribución en profundidad y a lo largo del litoral de las diferentes especies de algas está condicionada por diferentes factores: la luz, el hidrodinamismo, el sustrato, la temperatura, los nutrientes y las interacciones con otros grupos animales y vegetales. La lista de especies de algas que se encuentran en las Medes y en la costa del Montgrí es larga y compleja, por eso, por su importancia, destacan las siguientes:
- Lithophyllum tortuosum: forma las cornisas de trottoir con un papel estructural destacado en el litoral.
- Especies del género Cystoseira: representadas en la zona con particularidades que hacen que sean objeto de estudio en los planes de seguimiento.
Las fanerógamas marinas son plantas superiores que colonizan hábitats arenosos, allí donde las algas no pueden establecerse. La principal especie que encontramos en las islas y en la costa es la Posidonia oceanica, formando un hábitat característico llamado césped o pradera de algas y tiene un indiscutible valor ecológico como productor primario, lugar de reproducción, alimentación, refugio para numerosas especies, estabilización de los fondos arenosos y oxigenación del agua.
La protección de las Medes ha permitido la conservación del césped
La presión de las actividades humanas sobre estos hábitats ocasionó su protección a Catalunya, donde se declara las fanerógamas marinas especies protegidas y se prohíbe la destrucción, venta, compra y utilización. La protección de las Medes ha permitido la conservación del césped que se localiza en los fondos arenosos del oeste tanto de la Meda Gran como de la Meda Petita, gracias a la prohibición del anclaje a cualquier punto de las islas y a la instalación de anclajes ecológicos a las zonas de posidonia para evitar cualquier tipo de daño sobre esta.
Sobre un fondo de 10 a 15 m, entre las Medes y la playa de El Estartit, se encuentra una pradera de otra especie de fanerógama, la Cymodocea nodosa, también importante para la conservación del ecosistema arenoso de la bahía.
La fauna terrestre y marina
Las aves forman un grupo de especial interés tanto por las especies protegidas que encuentran refugio como por su diversidad. Entre el Montgrí y las Illes Medes se han contabilizado 189 taxones, donde destacan las aves marinas, aves de rapiña y los pájaros rupícolas.
En las franjas litorales del macizo y en las islas, se encuentran el refugio de varias especies de aves de rapiña como el halcón peregrino (Falco peregrinus), el cernícalo común (Falco tinnunculus), el búho real (Bubo bubo) y la grajilla (Corvus monedula).
La extensión de garrigal del Montgrí ha propiciado un lugar de cría ideal para el aguilucho cenizo (Circus pygargus) y el águila perdicera (Hieraaetus fasciatus), donde encuentra una importante área de cría.
La fauna del macizo destaca por la presencia de la población monoespecífica más numerosa en Catalunya del murciélago de cueva (Miniopterus schreibersii).
La gaviota patiamarilla, Larus michaellis, es sin duda el ave más abundante en las islas, donde forma una colonia de las más numerosas del Mediterráneo. La colonia de ardeidos nidificantes formada por garcillas bueyeras (Bubulcus ibis), garcetas comunes (Egretta garzetta) y martinetes (Nycticorax nycticorax), también son de las más numerosas de Catalunya.
La gran cantidad de cuevas y agujeros en las pendientes de la costa ofrecen un hábitat idóneo para la cría de las parejas de cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis).
La mitad de la población catalana de esta especie se encuentra en estos acantilados
La gran biodiversidad de la fauna submarina que se encuentra en las Illes Medes es debida a la gestión y regulación de las actividades humanas y, por otra parte, a los factores ambientales de la zona.
Gracias a la heterogeneidad del tipo de fondo y de ambientes, que generan una gran variedad de nichos ecológicos, lo hacen un lugar con un ecosistema de lo más complejo. La prohibición de extracción de cualquier tipo de recurso de la zona, estrictamente protegida, hace que sea habitual observar grandes densidades de especies, mayoritariamente peces, que son poco comunes en otros lugares.
Debido a la presencia de especies poco comunes a la zona de las Medes, las islas se han convertido en parada obligatoria para submarinistas de todo el mundo
Santi Ramos, técnico del parque natural, explica que "solo para hacer submarinismo, tenemos más de 60.000 inmersiones anuales".
Los grupos faunísticos más característicos de las Medes son:
- Peces de efecto reserva: por su valor comercial, algunas especies de peces son objetivo de la pesca, como el mero (Epinephelus marginatus), la dorada (Sparus aurata), la lubina (Dicentrarchus labrax), el dentón (Dentex dentex), el sargo breado (Diplodus cervinus) o el corvallo (Sciaena umbra).
- Depredadores pelágicos: como los espetones (Sphyraena sphyraena), las águilas marinas (Myliobatis aquila) o una variedad de túnidos como el escaso atún rojo (Thunnus thynnus).
- Comunidades de coralígeno: el valor paisajístico y ecológico del coralígeno mediterráneo está sobradamente representado en los fondos marinos de las islas con las paredes de gorgonias rojas (Paramuricea clavata), las cavidades con coral rojo (Corallium rubrum) y los mosaicos de esponjas. Especies protegidas de moluscos como las nacras (Pinna nobilis) y el dátil de mar (Lithophaga lithophaga), especies protegidas que se encuentran en poblaciones bien representadas y conservadas.
- Cetáceos: las poblaciones de delfín mular (Tursiops truncatus), de la zona norte de Catalunya, hacen apariciones habituales por las Medes y la costa del Montgrí, atraídos por la cantidad de alimento que ofrece el entorno.
¿Qué podemos hacer?
Las Medes pertenecen al término municipal de Torroella de Montgrí i l'Estartit, rodeado por un medio natural rico y en buen estado de conservación. Es en esta zona donde se encuentran y se pueden visitar los pantanales del Ter Vell, la Gola (desembocadura) del Ter y del Daró, el macizo del Montgrí y la costa del Montgrí, que separa El Estartit de La Escala.
Al tratarse de un espacio con un relevo suave, este ofrece grandes posibilidades para el ocio personal, familiar y colectivo. Algunas de las actividades que se pueden practicar son el submarinismo, la observación del fondo marino en barcos de fondo de cristal, deportes y actividades náuticas (vela ligera y de crucero, windsurf, escuela náutica y alquiler de embarcaciones), el senderismo, las rutas en bicicleta y zonas donde se puede hacer un buen picnic, como el área recreativa situada en el collado de las Sorres.
Si la visita se quiere hacer más extensa, son de gran interés cultural las poblaciones de los alrededores como Empúries, con sus ruinas griegas y romanas, el casco antiguo de Torroella de Montgrí, Ullastret, Pals, Peratallada y Monells (por sus núcleos medievales) y la Bisbal d'Empordà, conocida por la cerámica.
Otras visitas de interés natural próximas a la zona por donde se pueden hacer recorridos y otras rutas son el parque natural de los pantanales del Empordà, los pantanales de Pals y las Gavarres.
¿Cuándo es el mejor momento para visitar el parque natural?
Ramos, técnico del parque natural, asegura que el parque se puede visitar a lo largo de todo el año. A pesar de todo, aconseja: "En la zona de montaña mediterránea y en la plana agrícola, posiblemente la mejor época sea durante el otoño, invierno y primavera, donde podremos disfrutar de la floración y de una mayor actividad animal, recorriendo sus senderos sin sufrir el calor estival".
Con respecto a la zona de costa, si se excluyen los meses más fríos y días de temporal, asegura que "se puede disfrutar del fondo marino, de las playas naturales y de las dunas que se están recuperando". Una buena forma de hacerlo es "caminar por una playa una mañana soleada, fuera del verano; es una actividad muy gratificante".
Para acabar de disfrutar de una visita completa del parque, Ramos recomienda subir al castillo del Montgrí, ya que "permite observar los tres paisajes del parque natural: la plana del Baix Ter, la montaña mediterránea y el litoral con las Medes. Si el día está despejado podremos ver las Gavarres, los pueblos de la plana, el golfo de Roses, las Alberes, el Canigó o el cabo de Creus". Asegura que también es interesante porque así podremos "observar los tres parques naturales gerundenses con zona protegida marina: el parque natural de los pantanales del Alt Empordà, el parque natural del cabo de Creus y lo que nos ocupa, el Montgrí, Illes Medes y el Baix Ter".
Además, nos invita a "caminar por otras rutas para ver el macizo, como son los senderos que se acercan a cala Ferriola o la Pedrosa". "Una buena opción es recorrer en bicicleta la plana del Baix Ter, donde podréis ver zonas húmedas, la desembocadura del Ter, arrozales o pueblos bien conservados y con encanto".
Otra propuesta por hacer es snorkeling, en la zona del embarcadero de las Illes Medes, para poder disfrutar del fondo marino de la pradera de posidonia con un buen poblamiento de nacras.