El Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici lo encontramos en el Pirineo central, formando uno de los espacios naturales que integran la Red de Parques Nacionales del Estado español, único de esta categoría en Catalunya.

A lo largo de las casi 40.000 hectáreas que forman el Parque, podemos ver representados todos los elementos característicos de la alta montaña. Catorce mil hectáreas de la extensión total corresponden al Parque Nacional, que está dividido en dos sectores: la parte de Aigüestortes (Alta Ribagorça) y la de Sant Maurici (Pallars Sobirà).

Foto: Alberto Tormo

En los alrededores del Parque encontramos la zona periférica de protección, encargada de atenuar los posibles impactos procedentes del exterior con el fin de garantizar una protección completa de los recursos naturales que justifican su creación. Dentro de esta zona se ven representados lugares con una gran belleza y valor natural, como los valles de Gerber, el bosque de la Mata de València d'Àneu, la ribera de Valarties, los estanques de Cabdella, entre otros.

El clima

El clima del Parque está condicionado en gran medida por la altitud de las montañas, algunas de más de 3.000 metros. Un clima que influye en la distribución de las especies vegetales y animales que habitan allí.

Foto: Ana Vega

Las zonas más altas se encuentran cubiertas por nieve durante más de la mitad del año y la temperatura puede bajar muy por debajo de los 0 grados a lo largo del invierno, incluso, no se puede descartar alguna helada nocturna en meses estivales.

El paisaje

Hace unos 50.000 años, grandes glaciares ocupaban los valles del Parque, erosionando intensamente el paisaje hasta darle el aspecto actual: los valles en forma de U, los circos, los picos y las agujas. Formas que caracterizan el relieve del Parque donde, junto con dos centenares de lagos repartidos por su territorio, dan lugar a la zona lacustre más importante de los Pirineos.

Las actividades de la gente y de los pueblos que rodean el Parque han configurado el paisaje tal como lo conocemos hoy en día

Según Mercè Aniz, directora del Parque, "los visitantes vienen a buscar la paz y la tranquilidad que les ofrece este paisaje", siendo este el único Parque Nacional de Catalunya donde "el hombre actúa como un espectador de la naturaleza y del entorno".

Foto: Carme Jurado

La combinación de picos y crestas afiladas con frondosos bosques y prados verdes, adornados con ríos, lagos y cascadas, forman un espectacular paisaje que sorprende a todos los visitantes. Es en este escenario donde conviven animales y plantas adaptados a las duras condiciones de la alta montaña pirenaica.

Las especies que habitan allí

Algunas de las especies citadas en el Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici son comunes en un amplio territorio, encontrándolas también en las tierras de clima mediterráneo. Otras, sin embargo, son especies exclusivas de los hábitats de alta montaña y representan una gran riqueza para la biodiversidad de nuestro país.

En la zona de los prados alpinos, donde los bosques no pueden crecer, encontramos animales como la perdiz blanca (Lagopus mutuos), la marmota (Marmota marmota) o el rebeco (Rupicapra pyrenaica), típicos, de alta montaña. Por debajo de esta área, importantes bosques de pino negro (Pinus uncinata) y abeto (Abies alba) crean un ambiente sombrío y discreto, donde se esconde el urogallo (Tetrao urogallus), el búho pirenaico (Aegolius funereus) o la marta (Martas martas).

Foto: Jaume Montane

En los ambientes acuáticos, en las ciénagas, ambientes permanentemente empapados de agua, viven plantas muy especializadas y raras como algunos musgos, presentes en dos o tres poblaciones de todos los Pirineos, y ciertos esfagnos (Sphagnum sp.). Dentro de las aguas frías y transparentes es habitual encontrar alguna trucha (Salmo trutta fario) o algún tritón pirenaico (Euproctus asper), a diferencia de la tímida almesquera (Galemys pyrenaicus), un pequeño mamífero insectívoro de hábitos acuáticos más difícil de ver.

Mirando al cielo podremos descubrir la silueta del quebrantahuesos, una de las especies más amenazadas de toda Europa

Foto: Mario Lancha

Es más habitual ver buitres (Gyps fulvus) al acecho de los restos de animales muertos o el águila dorada (Aguila chrysaetos), cazadora implacable de mamíferos de tamaño medio y de otros pájaros.

La supervivencia de estas especies en el interior del Parque, depende de la conservación correcta de los hábitats en toda la cordillera pirenaica

Rutas e itinerarios

El Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici ofrece la posibilidad de hacer varias rutas por diferentes lugares que se tienen que conocer a pie, siguiendo la red de senderos existentes.

  • La ribera de Sant Nicolau (3h 30min, ida): recorrido básico para conocer algunos de los lugares más emblemáticos del sector occidental del Parque. Con un desnivel de 650 metros.
  • Sant Maurici y los lagos de Amitges (3h, ida): permite disfrutar de una vista espléndida de los valles que rodean el estanque de Sant Maurici, uno de los clásicos del sector oriental. Con un desnivel de 750 metros.
  • La ruta de la marmota (2h 30min, ida): una de las más impresionantes del Parque, rodeada por las cumbres de más de 3.000 metros. Desnivel de 350 metros.
  • Los estanques de la Vall Fosca (3h 30min, ida): una ruta que pasa por los lagos Gento, la Colomina, el de Mar y el de Saburó, pasando por el paso del Ós. Desnivel de 750 metros.
  • El gran circo de Colomers (6h 30min, recorrido circular): con un amplio abanico de posibilidades para recorrer el circo de Colomers, que cuenta con un gran número de lagos de tamaños y formas diferentes. Desnivel de 500 metros.
  • Los estanques de la Mainera (1h 30min, ida): ruta donde se puede apreciar el contacto entre los diferentes materiales que constituyen el sustrato rocoso del Parque Nacional de gran interés geológico. Desnivel de 300 metros.
  • El valle de Besiberri (2h, ida): permite apreciar los magníficos hayedos presentes en este sector y observar el perfil escalonado del valle con las numerosas cascadas. Desnivel de 492 metros.

¿Cuándo tenemos que visitar el Parque?

Aniz, directora del Parque, declara que "el mejor momento para visitar el Parque y disfrutar de sus rutas dependerá de los visitantes, si buscan frío, en invierno el Parque está cubierto de nieve, mientras que en primavera y en verano, el paisaje es del todo diferente".

Un Parque que, según datos oficiales, acoge anualmente entre unos 480.000 y 500.000 visitantes. De la actitud y el comportamiento de estos depende la conservación de los ecosistemas, por lo cual es necesaria la colaboración de todos en el cumplimiento de las normativas de protección. Sólo así será posible poder hacer un uso público sostenido del espacio natural y su preservación.

Las leyendas y los rincones secretos

Entorno el Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici existen una serie de leyendas que convierten el espacio en un lugar fascinante para descubrir sus secretos y fijarse en todos los rincones del espacio natural que ocupa el Parque. Algunas de estas son las leyendas de "La mano del obispo", "El secreto de la ermita de Sant Nicolau" y "La sangre y los huesos del lago" entre otros.

Una de las más conocidas es "La leyenda de los Encantados", que explica que, hace muchos años, dos cazadores de rebecos decidieron ir a cazar el día de Sant Maurici. Este día, la gente del pueblo de Espot van en peregrinaje hasta la capilla dedicada al santo, donde se celebra una misa, tradición que todavía se mantiene viva hoy en día. Los cazadores, al pasar delante de la ermita y ver a toda aquella gente devota, se burlaron de sus creencias religiosas y continuaron su camino. Después de andar un buen rato, surgió de entre las piedras el rebeco más grande y bonito que habían visto en su vida. Cegados por la visión de un animal tan extraordinario, iniciaron la persecución de la pieza codiciada, que al verlos huyó corriendo. Lo persiguieron hasta que el rebeco llegó al puerto que hay entre las dos cimas, donde desapareció. Mientras tanto, los cazadores corrían tanto como podían para intentar evitar la huida del animal, pero cuando llegaron al sitio donde lo habían visto por última vez, no encontraron ni rastro. Se imaginaron que quizás había saltado hacia la otra pendiente de la montaña y decidieron ir a echar un vistazo. Pero justo cuando avistaban la pendiente que da al estany de Sant Maurici un rayo los fulminó y quedaron convertidos en estatuas de piedra. Por este motivo la montaña se denomina los Encantados, y hoy día todavía se pueden ver las siluetas de los dos cazadores que se recortan en el perfil de la masa rocosa.

Con la colaboración de la Generalitat de Catalunya