En el Pirineo oriental y dentro de la comarca del Ripollès, se encuentra el Parque Natural de las Capçaleres del Ter y del Freser. Un Parque declarado al 2015 y formado por el Espacio de Interés Natural (PEIN), una Zona de Especial Conservación (ZEC) y de Especial Protección para las Aves (ZEPA).
Como indica su nombre, el Parque Natural engloba las cabeceras de los ríos Ter y Freser
Con una superficie de más de 14.000 hectáreas repartidas entre siete municipios diferentes (Planoles, Queralbs, Ribes de Freser, Pardines, Vilallonga de Ter, Setcases y Molló), el Parque consta de cimas que alcanzan prácticamente los 3.000 metros, como el Puigmal, de 2.910 metros o Bastiments, con 2.881 metros. Un conjunto que forma un espacio natural singular.
El Parque acoge referentes simbólicos y de identidad del país, como la Vall de Núria y Ulldeter
El interés biogeográfico
Debido a su buena ubicación, este es un territorio de gran interés biogeográfico. "Muchos hábitats y especies presentan los límites orientales y meridionales de su distribución", según declara el director del Parque Natural, Santi Farriol. Consecuentemente, se encuentran un número significativo de especies de flora, muy ligadas a canchales, rocallas, cinchas, prados de la estancia alpina y bosques de la estancia subalpina, algunas de las cuales son declaradas protegidas.
Con respecto al tipo de hábitats existentes, predominan los prados y pastos de la estancia alpina y subalpina, aunque hay que señalar también la presencia de bosques subalpinos de pino negro y abeto.
La fauna
Destaca la presencia de la fauna vertebrada, algunas de las especies en peligro de vulnerabilidad o de amenaza. Se encuentran también muchos animales invertebrados singulares, ligados a hábitats y ambientes cavernícolas, forestales o de las estancias alpinas y subalpinas. También son habituales las aves forestales propias de los bosques subalpinos maduros, como el urogallo, el búho pirenaico y la piqueta negra, las aves rupestres como el águila dorada, las aves de la estancia alpina como la perdiz blanca o los mamíferos acuáticos como la almesquera. También se pueden encontrar algunos reptiles de alta montaña de distribución muy restringida, como la lagartija ágil.
Es destacable la buena población de ungulados, ejemplarizados en el rebeco y gestionados desde hace más de 40 años en el ámbito de la Reserva Nacional de Caza Freser-Setcases.
El conjunto de estos valores naturales y faunísticos, justificaron que el espacio Capçeleres del Ter y del Freser se incluyera en el Plan de espacios de interés natural y dentro de la Red Naturaleza 2000, primero como Lugar de Interés Comunitario (LIC) y más tarde como Zona Especial de Protección para las Aves (ZEPA).
La flora
En la estancia alpina, por encima de los 2.500 metros, es habitual encontrar prados alpinos, dominados por gramíneas y ciperacies. Los tipos de prados principales son el prado de festuca airoide (Hieracio-Festucetum airoidis) y el prado de càrex corbat (Leonto-Caricetum curvulae), en los rincones más húmedos. También se pueden encontrar gespets (Festucion eskiae), cervuno (Nardion), gespa de ussona (Festucion gautieri), prados de prímula grande y genciana y prados de elina (Elyno-Oxytropietum). Complementan este paisaje numerosos canchales, fuentes, arroyos, ventisqueros y ciénagas.
Dentro de la estancia subalpina que engloba de los 1.600 a los 2.500 metros, son habituales los bosques subalpinos. Son ejemplos el bosque de pino negro con sotobosque de rododendro, arándano y ginebra (Saxifrago-Rhododendretum ferruginae). En los sitios más sombríos se encuentran el abetar (Goodyero-Abietetum albae). Donde no hay pino negro son comunes los matorrales como el neretar, ginebrosas o baleguers. En esta estancia también se desarrollan comunidades de herbazales constituidas por plantas de grandes dimensiones como el adenostil (Adenostyles alliaria), la hierba tora (Aconiturm napellus), la tora pirenaica (Aconitum pyrenaicum subsp. lamarckii), el marcòlic amarillo (Lilium pyrenaicum) y el veladre (Veratrum album). Entre ellas destaca una especie endémica de los Pirineos orientales, la umbelífera (Endressia pyrenaica).
La actividad humana ligada al territorio
Una muestra de la relación entre la actividad humana y el entorno natural, son las actividades tradicionales del sector primario y el aprovechamiento ordenado y moderado de los recursos naturales. Algunos ejemplos son la ganadería y el aprovechamiento de los pastos, los caminos ganaderos y la silvicultura, entre otros. Unas actividades que han hecho posible la conservación de los valores ecológicos y del paisaje que se quiere conservar, algunos, como los caminos de origen medieval, yacimientos arqueológicos, restos de antiguas actividades mineras y las instalaciones hidroeléctricas de Daió, de las más antiguas de Catalunya.
La Vall de Núria es uno de los lugares de referencia para el excursionismo catalán
Conviene resaltar en el ámbito de los valores inmateriales, por su relevancia espiritual y religiosa, el Valle de Núria, el segundo santuario mariano más importante de Catalunya, objeto de veneración y peregrinaje desde la edad media. Actualmente es consagrada como basílica menor por el papa Francisco, acompañado de una infraestructura turística relacionada con el disfrute de la montaña y el esquí en los meses invernales. De hecho, las estaciones de montaña de Núria i Vallter 2000 son lugares históricamente vinculados al excursionismo, el alpinismo y el esquí, dos lugares excluidos del ámbito del PEIN y del Parque Natural, gestionados por Ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya (FGC).
El director del Parque, Santi Farriol, destaca "la Vall de Núria como uno de los puntos que atrae más a los visitantes, por su sentido espiritual y su belleza", una de las zonas de referencia de excursionismo catalán.
En relación con los valores inmateriales, tampoco se puede olvidar que muchos de los cuellos de montaña de esta zona, fueron lugares de paso durante la Guerra Civil española (1939) como el Coll de Ares.
Rutas e itinerarios
El Parque Natural de las Capçeleres del Ter y del Freser consta de dos grandes itinerarios que transcurren, en parte, por el espacio natural del Parque. Uno de estos es el GR 11, un sendero que atraviesa los Pirineos por su vertiente sur, desde el Cantábrico hasta el Mediterráneo. Por el área del Parque Natural, pasa por Planoles, Queralbs, Setcases y Molló. La otra ruta es Itinerànnia, la red de caminos de 2.500 km que ha recuperado los antiguos trazados que utilizaban a nuestros antepasados para ir de un pueblo al otro. Se puede seguir la red en el Parque, y también en el resto de la comarca del Ripollès, la Garrotxa y el Alt Empordà. Del Pirineo en el mar.
Santi Farriol, director del Parque, recomienda a todos los visitantes hacer el camino de Fontalba a Núria, un camino que describe como "sencillo, fácil de hacer e ideal para hacerlo con toda la familia". Otro de los itinerarios que recomienda Farriol es la ruta de las marmotas, un paseo circular entretenido y de fácil acceso.
Farriol aconseja visitar el Parque durante los meses de verano y otoño. "El verano es una buena época porque tienes acceso a todos los caminos, es ideal para hacer excursionismo". Del otoño, destaca las umbrías y "el invierno también es una buena época para practicar el excursionismo, se puede hacer esquí de montaña, raquetas de nieve... ¡El Parque Natural se puede visitar todo el año!".
Con la colaboración de la Generalitat de Catalunya
