Hoy en día es habitual que los ríos formen parte de la vida de la ciudadanía y de muchas de sus actividades. Incluso, para aquellas personas nacidas al principio del siglo XXI les puede parecer raro que hace 40 años los principales ríos de Catalunya estuvieran contaminados, y alejados de las actividades de la población. Si tiramos de hemeroteca, podremos comprobar que los ríos cercanos a Barcelona, como el Llobregat y el Besòs, por poner dos ejemplos, estaban muy contaminados, con episodios de espumas que podían tener una altura superior a la de una persona.

Actualmente hay 521 depuradoras activas en Catalunya, con una doble función: recoger y tratar el agua residual y mejorar medioambientalmente el estado de los ríos, las aguas subterráneas y las aguas litorales

Prades - ACA

Al principio de la década de los noventa, el Govern de la Generalitat de Catalunya hace una apuesta decidida por la implantación de depuradoras, con el objetivo de recoger y tratar las aguas residuales generadas por las actividades de la población y mejorar medioambientalmente nuestro entorno. Las depuradoras se encargan, por una parte, de recoger las aguas residuales (a través de lo que se conoce como un colector en alta, que se conecta con la red de alcantarillado) y tratarlas; y por la otra, de verter el agua debidamente depurada en ríos y torrentes, así como también en zonas litorales, para garantizar un caudal de agua y mejorar medioambientalmente las masas de agua.

En menos de 30 años, el número de depuradoras en servicio se ha multiplicado por seis, pasando de las 80 que había a principios de la década de los noventa a las 521 actuales.

Los efectos positivos del saneamiento

La puesta en servicio de las depuradoras, además de otras medidas como el control de vertidos, las inspecciones en el territorio y otras actuaciones medioambientales, ha hecho posible que la calidad de nuestros ríos se haya recuperado de manera progresiva. Precisamente el río Besòs, que hace 30 años era noticia por las grandes espumas que se generaban, ahora es noticia por otros motivos, como la presencia consolidada de nutrias en varios puntos de su cuenca.

Osor - ACA

Otra consecuencia de la activación de los diversos sistemas de saneamiento ha sido la mejora considerable de la calidad de las aguas litorales. Al principio de la década de los noventa, cuando todavía era incipiente el despliegue de depuradoras en los municipios más poblados, la proporción de playas con calidad excelente en Catalunya era de poco más del 20%. Transcurridos 30 años, esta proporción ha crecido en 70 puntos y, en los últimos años, es bastante habitual que la proporción de playas con calidad excelente sea superior al 90%.

La paradoja del 1.000/1.000

A pesar de este alto índice del estado del saneamiento en Catalunya, hay una parte de la población (el 2,9%) que no dispone de un sistema de saneamiento adecuado para tratar las aguas residuales generadas.

Eso se produce, principalmente, en municipios y núcleos de menos de 2.000 habitantes. Para garantizar el saneamiento de estas zonas de población hay que llevar a cabo unas 1.000 actuaciones en el ámbito de saneamiento con un presupuesto aproximado de unos 1.000 millones de euros.

Sabadell - ACA

El dato puede sorprender, ya que el número de sistemas de saneamiento pendientes dobla el número de depuradoras que hay actualmente activas. Eso sucede porque muchos pequeños municipios están ubicados en zonas aisladas y sin posibilidad de conectarse a depuradoras próximas, un hecho que supondría actuaciones todavía más costosas y con obras complejas para llevar a cabo. Además, también se da la casuística de que muchos municipios pequeños están divididos en varios núcleos, con distancias considerables entre ellos.

Eso comporta que pueda haber localidades con un número reducido de habitantes pero que requieran la puesta en servicio de más de un sistema de saneamiento (lo que hace que tanto el coste de construcción como de explotación sea más caro que en el caso de las grandes plantas depuradoras).

L'Escala - ACA

Además de la construcción de nuevas depuradoras, desde la Agència Catalana de l’Aigua también se trabaja para modernizar instalaciones que hace años que están en servicio, tanto para mejorar su capacidad de tratamiento como para adecuarla a las necesidades de saneamiento actuales y futuras.

Rompiendo tópicos: las depuradoras no tratan residuos sólidos

En muchas ocasiones, cuando se detectan restos de residuos domésticos en el entorno hídrico (ríos y playas, principalmente), se apunta hacia las depuradoras como las responsables de estos residuos. En la mayoría de los casos, estas instalaciones no registran ningún tipo de problema.

Debemos tener en cuenta que, a menudo, los residuos que vertemos a través del inodoro llegan al medio hídrico sin haber pasado por la depuradora. Muchos de ellos son transportados durante episodios de lluvias intensas a través de ríos y torrentes, colectores de aguas pluviales y también mediante rebosaderos.

Lleida - ACA

Como su nombre indica, las depuradoras están diseñadas para tratar las aguas residuales y no los residuos. Sin embargo, a causa de la llegada de posibles residuos sólidos a las depuradoras (arenas, restos de vegetación y otros residuos sólidos), estas están dotadas, como primer paso del tratamiento, de elementos que los retiren, para proteger los equipos que se encuentran a continuación y garantizar que no se detengan. A pesar de eso, en episodios puntuales nos encontramos con situaciones de obturación o paros de bombas que ocasionan vertidos de aguas residuales en el medio. Estas obstrucciones se pueden llegar a producir por la acumulación de residuos sólidos que no tendrían que llegar hasta este punto.