Todo proyecto, de cualquier ámbito, siempre llegará más lejos si confluyen sinergias y todas las partes van hacia una sola dirección. La política energética de la UE requiere de una voluntad de apoyo firme y de la defensa de una propuesta común, en vez de que prevalezcan los intereses particulares de los Estados Miembros.
En la actualidad, con el fin de avanzar hacia la seguridad energética, las interconexiones gasistas entre estados de la UE se han convertido en el centro de la política energética de la Unión.
Entre los proyectos prioritarios se encuentra la interconexión gasista de la Península Ibérica con Francia a través de Cataluña. Junto con los transportistas galos TIGF y GRTgaz, la compañía española Enagás es promotora de esta infraestructura, ideada el año 2007 con el nombre inicial de MidCat, que puede consolidar a la Península Ibérica en puerta de entrada del gas natural a Europa.
La posición privilegiada de la Península Ibérica en los tránsitos bidireccionales norte-sur y este-oeste de los corredores de transporte por mar del gas natural licuado (GNL), sumado a sus 8 plantas de regasificación y a las interconexiones por gasoducto con los países productores del norte de África, la convierten en actor clave en la seguridad energética de la UE.
Sin embargo, es fundamental aumentar la interconexión con el resto de Europa para reforzar la seguridad de suministro del continente, integrar mejor los mercados, mejorar la competitividad y, como consecuencia, poder bajar los precios del gas.
¿Pero por qué es tan importante este proyecto? Te lo explicamos en cinco puntos:
1. POSICIÓN GEOGRÁFICA PRIVILEGIADA
La península ibérica tiene uno de los suministros más diversificados del mundo. Recibe el gas natural por dos vías de entrada: mediante conexiones directas con países productores en el Norte de África y a través de las ocho plantas de regasificación de gas natural licuado (GNL), siete en España y una en Portugal, que permiten traer GNL desde cualquier lugar del mundo.
En este contexto, la interconexión con Francia a través de Cataluña, que se sumaría a las dos existentes en Navarra y Euskadi, se presenta como un elemento primordial en la estrategia de la UE. Con este gasoducto, la Península Ibérica podría contribuir a que Europa tuviera un suministro más seguro y convertirse en un hub estratégico de gas, en consonancia con su privilegiada posición geográfica y con su fortaleza en materia de infraestructuras gasistas.
2. APUESTA ECONÓMICA DE LA COMISIÓN EUROPEA
La Comisión Europea tiene que tomar medidas para garantizar una interconexión mínima entre Estados Miembros, que en la actualidad cuenta con grandes diferencias. Así, la capacidad de interconexión entre los paises de la Unión Europea como porcentaje de la demanda promedio dista mucho desde el 16% en el caso de la Península Ibérica y del 28% de España, que están en el rango de capacidad de interconexión más bajo de Europa. La media en la UE es del 300%. (Fuente: Frontier Economics a partir de los datos de ENTSOG Capacity data base).
Por este motivo y dentro del plan estratégico de la UE para avanzar en el mercado único de la energía, el proyecto denominado hasta el momento Midcat se encuentra entre los Proyectos de infraestructuras energéticas de Interés Común (PCIs).
Prueba de este compromiso, el pasado 6 de abril la Comisión Europea concedió una ayuda de 5,6 millones de euros para financiar estudios para el desarrollo de este proyecto con el fin de mejorar la conexión de la península Ibérica con el resto de la Unión Europea. De esta cantidad, 1,5 millones de euros los recibe Enagás y el resto (4,1 millones de euros) están destinados a TIGF.
3. TERCERA CONEXIÓN CON FRANCIA
Con una adecuada interconexión entre los dos países vecinos, se podría contribuir al avance hacia una verdadera unión energética en Europa. En esta dirección, en los últimos cinco años se han realizado diferentes ampliaciones que han permitido que la capacidad de interconexión con Francia haya pasado de 2,7 bcm (billones de metros cúbicos) a más de 7 bcm.
En concreto, la capacidad actual de interconexión de la península Ibérica con Francia es en total de 7,2 bcm anuales, a través de la interconexión de Larrau, 5,2 bcm, y de la Interconexión de Irún-Biriatou, 2 bcm.
4. RESPALDO INSTITUCIONAL
En marzo de 2015 tuvo lugar en Madrid la Cumbre para las Interconexiones energéticas España-Francia-Portugal-Comisión Europea-Banco Europeo de Inversiones, que supuso un fuerte respaldo político al proceso de integración energética europea.
En las conclusiones de la Cumbre se hizo mención expresa al desarrollo de las terceras interconexiones gasistas entre España y Francia a través del este de los Pirineos y entre España y Portugal, a través de Zamora. Ambos proyectos están incluidos en la lista de Proyectos de Interés Común (PCIs, por su acrónimo en inglés) publicada por la Comisión Europea, tanto en 2013 como en 2015.
5. CONSTRUCCIÓN DEL GASODUCTO
Respecto a la construcción del gasoducto, se prevé que esté finalizado en 2020. La empresa Enagás se encargaría en una primera fase de la construcción de 104 km del tramo entre Martorell-Figueres (79 km) y entre Figueres y Le Perthus (25 km) en la frontera francesa. La empresa TIGF llevaría a cabo la construcción del gasoducto de 120 km entre la frontera francesa y Barbaira.
Para Europa es prioritario el impulso de nuevos corredores de gas que permitan contar con rutas de suministro alternativas en el continente, que ayuden a la integración del mercado europeo de gas y que recalen en beneficio directo al consumidor en términos de seguridad y calidad de acceso a la red de gas y al menor precio posible.
Enagás está presente además en el proyecto del Southern Gas Corridor, concretamente en el tramo del TAP (Trans Adriatic Pipeline), que permitirá traer gas a Europa procedente del mar Caspio a través de Grecia, Albania e Italia.
Así pues, todos estos factores indican que se trata de una oportunidad que el país no puede dejar escapar. La Península Ibérica tiene que aprovechar su actual fortaleza en el sector del gas natural, tanto por su ubicación estratègica como por su red mallada de infraestructuras, para convertirse en una referencia para la seguridad energética europea y para la libre circulación de energía a través de las fronteras.