La cuestión lingüística ha estado presente en el juicio en el procés desde el primer día, después de los impedimentos para que los acusados declararan en catalán. Este martes, el exconseller de la Presidencia, Jordi Turull, se ha visto obligado a hacer de traductor del catalán al castellano para el fiscal Jaime Moreno, que no entendía algunos términos del documento que presentaba como prueba. "No pensaba que haría de traductor al castellano", ha ironizado el exportavoz del Govern.
El representante del Ministerio Público ha tratado de hacer una traducción simultánea del documento que se estaba proyectando, pero se ha encallado con algunas palabras como "esmentades" ("citadas" en castellano) o "preses" ("tomadas" en castellano).