El alcalde de Lleida, Àngel Ros, intenta recuperar su prestigio, que él mismo dañó aún más el día 1 de octubre, día del referéndum. Por la mañana, defendía la actuación "proporcional" de la policía. Por la tarde, aprisa y corriendo, al ver la brutalidad de la represión, hizo llamar a muchos medios para cambiar de versión. Seguramente el esfuerzo comunicativo del domingo por la tarde no le ha servido de mucho, porque el lunes publicó en redes sociales que había hecho enviar al ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, vídeos sobre la "actuación desproporcionada de la policía" del domingo en Lleida y evitar que se celebrara el referéndum. En la carta dice cosas como: "Son imágenes que condeno por su contundencia y agresividad, y le traslado al ministro mi indignación y la de los ciudadanos y ciudadanas de Lleida, que sufrieron por estas situaciones", etcétera. A buenas horas, mangas verdes.