Como cada año, la prestigiosa revista norteamericana publica la lista de las personalidades más influyentes del planeta. Este año, un catalán se ha colado entre las 100 personas más influyentes de la revista Time. Se trata del presidente chileno, Gabriel Boric, que es de ascendencia catalana. Su madre es de Badalona (Barcelonès) y a menudo ha expresado su solidaridad con Catalunya. En el marco del referéndum del 1-O, Boric utilizó las redes sociales para mostrar su apoyo y condenar la represión ejercida por el estado español. "Imágenes de la violencia policial en Catalunya son impactantes. Un abrazo firme desde Chile al pueblo catalán. Más democracia, menos represión," tuiteó el pasado 1 de octubre del 2017.

 

En una entrevista con Pablo Iglesias, el actual presidente de Chile insistió en el hecho de que tiene antepasados catalanes y que recuerda una frase que se decía en su casa en lengua catalana: "Amb el cor a la mà, vencerem". "Estuve en Catalunya, en Girona y Barcelona hace unos cuantos años y una de las cosas que me sorprendió más fue que en una caminata larga, cuando iba saliendo del Parc Güell a Barcelona, choqué con un colegio de donde salían niños pequeños que estaban hablando en catalán. Y a mí me causó una mezcla de orgullo y nostalgia de lo que no pude conocer de mis ancestros. Sé muy pocas cosas en catalán, algunas cosas que he oído por repetición, pero no sé el idioma. Una de las expresiones que me gustaban era amb el cor a la mà, vencerem. Lo había escuchado aquí en Chile. Me encantaría recuperar estas raíces que por desgracia con el paso del tiempo hemos ido perdiendo", dijo sobre su ascendencia catalana.

Ahora, es una de las 100 personas más influyentes del planeta. Lo es en el apartado de "Líderes", que comparte con personalidades como Volodímir Zelenski, Vladímir Putin, Ursula von der Leyen, Olaf Scholz, Joe Biden o Xi Jinping. En el perfil que le ha redactado el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz se destaca que su rotunda victoria a las elecciones presidenciales chilenas "representó un cambio de guardia, pero algo más importante: marcó un cambio a la dirección de la economía de Chile y posiblemente del mundo". Stiglitz ha destacado que Boric había sabido demostrar habilidades de comunicación, empatía y una profunda comprensión de la historia y la cultura chilena, y con ello, "está haciendo de Chile de nuevo el laboratorio del mundo".