Aprovechar el acontecimiento para promocionarse. El Gobierno se ha vendido Catalunya a la cumbre de la OTAN, que se celebra esta semana en Madrid. Es decir, las diferentes salas de la cumbre promocionan "enclaves emblemáticos de España". "La veintena de salas que acogerán los encuentros bilaterales entre los líderes mundiales tienen el nombre de un municipio español y sus paredes presentan fotografías que reflejan la belleza de algunos de los rincones más especiales de España", explica el ejecutivo estatal en una nota de prensa. Y sí, Catalunya está representada. Concretamente, con la Vall de Boí (Alta Ribagorça). Una postal bien bonita.
Murales con imágenes del estado español visten muchos los pasillos y espacios más amplios. Los enclaves que estarán representados a la cumbre son el pueblo de Potes (Cantabria), el Castillo de Olite (Navarra), el Monasterio de San Juan de la Peña (Aragón), Roque de los Muchachos (Canàries), el Castillo de Almansa (Castilla la Mancha), Peñíscola (País Valencià), el Castillo de Bellver (Balears), el Castro de Baroña (Galicia), los Jardines del Generalife (Andalucía), las murallas de la Ciudad de Ceuta, Caravaca de la Cruz (Murcia), el Acueducto de los Milagros (Extremadura), Durango (País Vasco), el Castillo de Cornago (La Rioja), el Castillo de Manzanares el Real (Madrid), Segovia (Castilla y León), Cudillero (Asturias), el Faro de la Ciudad de Melilla y la Caldera de Taburiente (La Palma).
Los pabellones de IFEMA se han vestido de olivos y limoneros, "como símbolos de la identidad española". Unos cincuenta ejemplares se distribuyen por los principales espacios que transitarán los jefes de Estado y de gobierno, junto con los más de mil delegados y 2.000 periodistas. Cuando acabe el acontecimiento, algunos de estos ejemplares se trasplantarán a los jardines de La Moncloa para crear un nuevo rincón en recuerdo de la cumbre de la OTAN.