El pequeño y remoto pueblo de Salla, en la Laponia finlandesa, se ha hecho famoso mundialmente gracias a una original campaña en las redes sociales, con la que busca alertar sobre el cambio climático mediante una falsa candidatura a albergar los Juegos Olímpicos de verano en 2032.
La campaña, titulada "Salva Salla, salva el planeta", se ha vuelto viral y ha llegado ya a más de 250 millones de personas a través de las redes sociales y los medios de comunicación digitales de todo el mundo desde su lanzamiento a finales de enero, según sus promotores.
El principal componente de esta iniciativa es un vídeo lleno de ironía y humor, en el que habitantes reales del pueblo, conscientes del calentamiento global, se preparan para unas futuras Olimpiadas practicando deportes veraniegos, como el voley playa y el surf, sobre la nieve y el hielo.
"Llega el calor", anuncia una chica que corre por un paisaje nevado portando la antorcha olímpica, mientras que una joven afirma bajo un cielo plomizo -exagerando, obviamente- que nunca ha visto el sol, pero pronto podrá verlo.
La supuesta candidatura olímpica cuenta además con su propio logotipo oficial, en el que destacan unos montes nevados que se derriten, y con una mascota llamada Kesa (verano), representada por un reno aturdido debido a unas altas temperaturas a las que no está acostumbrado. La campaña cuenta con el apoyo del movimiento medioambiental "Fridays for Future", iniciado por la activista sueca Greta Thunberg y otros jóvenes para concienciar a los responsables políticos de que deben tomar medidas drásticas cuanto antes para frenar la crisis climática.
Salla, en el centro del cambio climático
Y es que Salla, de apenas 3.400 habitantes, está situado en la región más gélida de Finlandia, dentro del círculo polar ártico, donde los termómetros pueden bajar en invierno hasta los 45 grados centígrados bajo cero y una gruesa capa de nieve cubre el paisaje la mayor parte del año.
Según los expertos, los polos terrestres son las regiones donde más se está acelerando el calentamiento global, con un derretimiento creciente de la capa de hielo durante los veranos que no llega a recuperar del todo su volumen durante los inviernos.
El permafrost (la capa de suelo congelado en las regiones polares) alberga una gran cantidad de metano y dióxido de carbono (CO2), por lo que si se derrite liberaría a la atmósfera millones de toneladas de gases que aumentarían el efecto invernadero.
El alcalde de Salla reconoce que el calentamiento global supone una grave amenaza para el modo de vida tradicional de sus habitantes, basado en la crianza de renos, la explotación forestal y el turismo invernal. "Realmente no queremos tener aquí unos juegos olímpicos de verano, lo que queremos es inviernos de verdad", sentencia.