El flamante vicepresidente de los Estados Unidos, JD Vance, empezó esta semana su primer viaje oficial internacional desde que asumió el cargo el 20 de enero pasado, con una gira por Europa, que hará parada en Francia y Alemania. Al primero de estos destinos, Francia, Vance llegó el lunes, y quien fue a recibir al segundo de Donald Trump no fue ni el presidente de la República, Emmanuel Macron, ni el primer ministro François Bayrou, sino un viejo conocido de la política catalana: Manuel Valls.

El exconcejal del Ayuntamiento de Barcelona, ahora es ministro de Ultramar del ejecutivo de Bayrou, y se encarga de la representación del Elíseo en las colonias francesas. La visita de Vance parece que quedaría fuera de sus funciones, y todo parece indicar que asumió esta tarea porque el ejecutivo requería presencia institucional por protocolo.

Sin embargo, el vicepresidente de los Estados Unidos, no debió esperar tampoco un recibimiento muy protocolario en el aeropuerto, porque bajó del avión acompañado de su familia, su mujer Usha Vance y sus tres hijos, llevando en brazos a la más pequeña, que iba vestida en pijama, y que el vicepresidente norteamericano no dejar yendo en ningún momento mientras saludaba en Valls. Los menores, después de un vuelo transatlántico, no estaban precisamente para muchos saludos, y después de dos apretones de manos entre Valls y Vance, y poco más de un minuto de conversación, Vance salió escopeteado de la pista de aterrizaje, dejando atrás al ministro francés.