Un grupo de investigadores ha reexaminado un fósil vegetal que se encontró hace décadas en Colombia y ha descubierto que no se trataba de una planta, sino de una cría de tortuga fosilizada. Ante esta confusión, han decidido denominarlo con el nombre de un Pokémon, que se caracteriza por tener una estética mitad planta, mitad tortuga: Turtwtig.
Se trata de un hallazgo poco frecuente, ya que los caparazones de las tortugas jóvenes son blandas y no acostumbran a fosilizarse bien. Entre las décadas de 1950 y 1970, un sacerdote colombiano nombrado padre Gustavo Huertas recolectó rocas y fósiles cerca de un pueblo denominado Villa de Leyva. Dos de los especímenes que encontró eran pequeñas rocas redondas con líneas que parecían hojas y las clasificó como si fueran una especie de planta fósil. Ahora, sin embargo, en un nuevo estudio publicado en la revista Palaeontologia Electronica, los investigadores que volvieron a examinar estos fósiles "vegetales" han descubierto que no eran plantas, sino los restos fosilizados de tortugas.
"Fue realmente sorprendente encontrar estos fósiles", recuerda Héctor Palma-Castro, estudiante de paleobotánica de la Universidad Nacional de Colombia. Los investigadores no culpan en ningún caso al sacerdote de la mala categorización, ya que consideran que los caparazones encontrados son muy similares a las plantas fósiles. Sobre el nombre, los expertos confirman que han utilizado el nombre del Pokémon Turtwig por su característica de ser mitad tortuga, mitad planta. "En el universo Pokémon te encuentras con el concepto de combinar dos o más elementos, como animales, máquinas, plantas. Así que, cuando tienes un fósil clasificado inicialmente como planta que resulta ser una cría de tortuga, inmediatamente te vienen en la cabeza unos cuantos Pokémon. En este caso, Turtwig, una cría de tortuga con una hoja pegada al frente," dice Palma-Castro.