Si pensabas que ya lo habías visto todo en diseño escandinavo, Ikea acaba de demostrar que aún guarda ases bajo la manga. Y esta vez lo ha hecho con una auténtica joya decorativa: la nueva lámpara de pie STOCKHOLM, que muchos ya consideran la más elegante que ha pisado sus tiendas en las últimas ocho décadas.
Esta lámpara de pie de Ikea no es solo un objeto funcional, es una pieza de arte minimalista que aporta carácter, calidez y sofisticación a cualquier estancia. Lo primero que llama la atención es su estructura estilizada y su combinación de materiales nobles: una base de travertino, una piedra natural de aspecto orgánico y veteado único, que le da una presencia sólida y exclusiva; y un pie de lámpara en acabado latón, que añade ese toque clásico y atemporal que tanto nos enamora.

Refuerza la iluminación de tu casa con esta novedad de Ikea
El diseño se completa con una pantalla textil de 50 cm de diámetro que no solo aporta volumen visual, sino que difunde una luz cálida y decorativa. Esta lámpara no deslumbra, sino que envuelve el espacio en una atmósfera suave y acogedora. Ideal para el salón, el dormitorio o incluso un rincón de lectura especial.
Forma parte de la colección STOCKHOLM, una línea que rinde homenaje al diseño escandinavo más auténtico, donde cada detalle ha sido pensado para ofrecer tanto belleza como funcionalidad. Esta lámpara, con sus 159 cm de altura y su estabilidad impecable gracias a la pesada base de piedra, es un claro ejemplo de cómo el buen gusto no tiene por qué ser caro.

Cuesta menos de 100 euros en Ikea
Y es que, a pesar de su apariencia de objeto de lujo, la lámpara STOCKHOLM está disponible por solo 99,99 euros. Una inversión muy razonable para todo lo que ofrece: estilo, materiales de calidad y una iluminación ambiental perfecta. Además, puedes hacerte con ella tanto en las tiendas físicas de Ikea como en su página web.
Entre los detalles prácticos, cuenta con un cable de 2 metros para facilitar su colocación y admite bombillas de hasta 16 W, suficiente para iluminar sin agobiar. Pero más allá de lo técnico, lo que realmente enamora es su presencia escénica. No pasa desapercibida, pero tampoco busca ser protagonista. Es de esas piezas que completan un espacio sin imponerse, y que demuestran que, a veces, la elegancia vive en la sencillez.