Si eres de Valencia o provincias cercanas, seguro que los conoces y, si no es así, deberías hacerlo cuanto antes porque degustarlos constituye uno de esos placeres sencillos que todo el mundo debería concederse: empieza la temporada de la horchata y, para disfrutar de ella, nada mejor que hacerse en tu Mercadona más cercano con una bolsa de deliciosos fartons.

🥤 La bebida de los Països Catalans avalada por la NASA porque es un superalimento
 

Desde su invención en los años sesenta, se han convertido en un clásico.

¿Qué son los fartons?

Los fartons, para quien todavía no lo sepa, son el dulce perfecto para acompañar la mejor horchata valenciana. En sí, es un bollo alargado, dulce y esponjoso diseñado especialmente para absober la horchata como si se tratase de leche. En verano, de hecho, son muchos los que cambian leche y madalenas por horchata y fartons cuando llega el buen tiempo. Como todos los dulces, tiene múltiples versiones, pero los mejores se elaboran con harina de trigo, aceite de semillas, agua, huevos, levadura y sal. Existe también la versión hojaldrada, que añade a la mezcla manteca. Los que se venden en Mercadona son los convencionales.

Si no los has probado nunca, ya tardas.

Poco más de un euro

Mercadona no ha escogido unos fartons cualesquiera: la cadena valenciana –para ellos la horchata son palabras mayores- nos ofrece fartons de la marca Polo, uno de los elaboradores tradicionales de este dulce. La bolsa de seis unidades cuesta sólo 1,05 euros. Los Polo, familia histórica de horchateros, son además los inventores del dulce. Fueron, de hecho los hermanos José y Dionisio quienes los inventaron en los años sesenta: son largos para que se puedan meter bien en el vaso y esponjosos para que absorban la horchata. Una delicia.