La OCU, desde hace décadas, es la entidad de referencia en lo que a derechos del consumidor se refiere en España, pero también ejerce otras funciones tan importantes o más que esa. Una de ellas, quizás de las más útiles, es su vocación de ofrecer consejos relacionados con alimentación en particular y consumo en general a la ciudadanía. Este mes, el protagonista de uno de esos útiles consejos que lanza habitualmente la organización es un alimento indispensable en las cocinas de media Europa: los huevos.
Los huevos tienen fecha de caducidad
Los huevos, desde hace unos años llevan impresa en su cáscara la fecha de consumo preferente y, también, un código de barras que facilita mucha información a quien sabe leerla. Por ejemplo, nos cuenta cómo se han criado las gallinas responsables de los huevos que vamos a comer, el país donde los huevos han sido puestos y, también, la provincia donde se ubica la granja avícola de la que cada huevo procede. A todo esto se llama trazabilidad y la OCU nos recuerda como informarnos sobre ella.
¿Cómo de frescos son los huevos?
Aunque popular, el huevo es un alimento perecedero que, si no se consume dentro de las fechas preferentes puede generar diferentes tipos de intoxicaciones. La OCU, por ejemplo, recomienda consumirlos en la fecha más cercana posible a la de su puesta. Almacenar huevos es siempre una mala idea ya que, si lo haces, vas a tener difícil evitar que se deterioren. Por eso, es importante saber cómo leer la información que figura en cada cáscara.