Si hay alguien de quien podemos aprender remedios caseros a problemas cotidianos, esas son nuestra madres y abuelas. Si les preguntas, seguramente te podrán explicar un sinfín de trucos que nos serán útiles para remediar algunos problemas del día a día. Y muchos de ellos tendrán que ver con la cocina.

En este sentido, es primordial llevar a cabo una serie de cuidados para que nuestros utensilios de cocina estén en buenas condiciones y sean eficientes a la hora de realizar su trabajo. Y entre todos, debemos tener especial cuidado de los objetos cortantes como cuchillos o tijeras si no queremos que en el momento menos pensado hayan perdido su efecto cortante. Porque ello, además de dificultarnos las tareas, pueden desembocar en algún accidente.

Con este producto de Mercadona conseguirás el afilado original de tus utensilios cortantes

Para conseguir un buen afilado, lo que solemos hacer es acudir a una tienda especializada o al afilador de turno que se pasee por nuestro barrio. Sin embargo, existen remedios caseros con los que conseguirás efectos eficaces con poco esfuerzo, sin moverte de casa y una inversión mínima.

Es el caso del papel de aluminio. Prueba lo siguiente: dobla una lámina de papel de aluminio en varias partes y córtalo varias veces con el cuchillo o las tijeras. Verás que en los siguientes usos será como estar estrenando utensilios, con un capacidad de corte increíble.

30 metros de papel de aluminio cuestan 2,20 euros en Mercadona

Puedes probarlo con el papel de aluminio que tiene a la venta Mercadona. En la distribuidora valenciana encontrarás papel de aluminio de la marca Bosque Verde en rollos de 30 metros a un precio muy asequible de solo 2,20 euros.

Papel de aluminio de Bosque Verde / Mercadona

Otro remedio para afilar objetos cortantes es usar tazas o plazas de cerámica. Estas tienen un efecto abrasivo que, al frotar con superficies cortantes, les devuelve su efecto original.

Papel de aluminio de Bosque Verde / Mercadona

Mientras tanto, otros remedios más conocidos consisten en frotar un cuchillo con otro, o hacer lo propio con una lija. Y si preguntas a tu madre o tu abuela, es posible que te den algún otro truco que se nos escapa.