Entre los serios tintos y los un tanto más desenfadados blancos; existe otro camino que es el que trazan los amables rosados. Si además resulta que el rosado en cuestión es espumoso y se ha elaborado a la manera italiana y con ese sello de distinción tan transalpino que es al tiempo elegancia, sutileza y oportunidad y que ellos, expertos en el arte del bien vivir, definen como finezza, el disfrute está asegurado en cualquier mesa en la que lo sirvas. El vino que nos presenta Mercadona y aúna todas esas virtudes se llama Sílaba y, sí, es un frizzante, pero no llega desde Italia: se elabora en la DO Utiel Requena con el buen hacer acumulado desde 1885 por bodegas Vicente Gandía.

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Suave color rosado y fina y sutil burbuja.

Fresco, suave y con personalidad

Por supuesto, y como buen italiano, el Sílaba frizzante de Mercadona es al tiempo fresco, suave y de buena entrada, pero también muestra una personalidad singular que hace que no pase desapercibido y que, incluso, supere en sensaciones procuradas a otros vinos de más precio. Marida a la perfección con mariscos, aperitivos de toda clase y condición y arroces, pero aguanta sin arrugarse la compañía de otros yantares; porque es bien sabido que, si de vino se trata, no hay más norma que el propio gusto.

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Frío y entre amigos, como mejor se degusta.

El placer de lo asequible

Su condición de frizzante, lo individualiza en esa deliciosa categoría que queda a caballo de los cavas y los vinos tranquilos y en la que caben también los tan veraniegos vinos de aguja. La botella cuesta en Mercadona sólo 2,75 euros y, aunque las comparaciones son odiosas, supera sin dudar a vinos de mayor precio en los que la categoría, más que del buen hacer y la singularidad, proceden de una buena labor de márketing.  Sólo tiene 7,5 grados.