El Gobierno mexicano ha enviado una carta a la empresa española Zara en defensa de los derechos de propiedad intelectual de las comunidades indígenas. El motivo es un vestido de la última colección de la marca de Amancio Ortega. Este vestido plagiaría el estilo de los huipiles bordados a mano por los artesanos y artesanas indígenas mexicanos. La carta reclama a la multinacional española que explique públicamente “con qué fundamentos se privatiza una propiedad colectiva”, cuyo origen “está identificado en diversas comunidades oaxaqueñas”, así como “los beneficios que serán retribuidos a las comunidades creadoras”.
Batalla de símbolos
Louis Vuitton, Carolina Herrera o la diseñadora francesa Isabel Marant ya han estado en el centro de la diana con acusaciones de plagio y expolio cultural a las comunidades, recoge El País. Ahora es el turno de Zara, inmersa en la cruzada contra la secretaría de Cultura mejicana.
La reclamación de México a Inditex identifica incluso el origen concreto del supuesto plagio: los patrones de la cultura mixteca del municipio de San Juan Colorado, en el Estado occidental de Oaxaca, uno de los territorios con mayor población indígena y una fuerte tradición artesana que, en muchas casos, se convierte en la única salida económica de estas comunidades, añade la misma fuente.
Los huipile son tejidos a mano en un telar de cintura y su elaboración puede alargarse más de un mes. Mexico reclama que los diseñadores de Zara han copiado los símbolos estampados que, durante generaciones, "se conservan la memoria de los pueblos mixtecos”.
La carta prosigue: "Se trata de un principio de consideración ética que, local y globalmente, obliga a llamar la atención y discutir un tema impostergable como es el proteger los derechos de los pueblos originarios que históricamente han sido invisibilizados”. El texto cita también varios convenios y textos jurídicos internacionales que reconocen la autoría y la protección del trabajo artesanal de los pueblos indígenas.
Antecedentes del presunto plagio
No es la primera ocasión que México vive un enfrentamiento con una multinacional por presunto plagio de los diseños de pueblos indígenas en colecciones de moda. Hace dos años, Cultura también envió una carta parecida a Carolina Herrera por la comercialización de un vestido que presuntamente plagiaba un bordado proveniente de la comunidad de Tenango de Doria (Hidalgo).
Zara también había sido acusada de plagio con anterioridad por el uso de diseños artesanales mexicanos, concluye El País. El caso más reciente fue en 2018, cuando por las redes sociales empezó a correr la acusación de que una de las chaquetas mostraba un dibujo similar a un bordado usado por las mujeres de Aguacatenango, en el municipio de Venustiano Carranza, Chiapas.