Manuel Carballal, director de la revista El Ojo Crítico, es uno de los principales investigadores del ocultismo en el Estado español. Desde siempre se sintió fascinado por lo sobrenatural; incluso pasó por la vocación sacerdotal, antes de sentirse fascinado por otras religiones. Durante décadas ha estudiado, con métodos científicos, los más famosos casos de posesión, de contactos con ovnis, de relaciones con los muertos, de adivinos… Ahora, tras décadas dedicándose al tema, publica Los peligros del ocultismo (ed. Luciérnaga), donde quiere explorar “El lado oscuro del misterio”. Y, sobre todo, pretende advertir a los lectores en contra de la “inmersión imprudente en el mundo del esoterismo”.
Usted defiende que lo más habitual es creer en lo extraordinario, y no no creer, ¿es así?
Revisando la historia de las religiones, comprobamos que el ateísmo es muy minoritario. Y en cualquier religión, monoteísta o politeísta, se acepta la existencia de seres sobrenaturales, ángeles, djins, demonios… Hay una creencia en el más allá, en los milagros… Más del 90% de los seres humanos están abiertos a creer en lo sobrenatural.
Entonces, ¿para usted la creencia en el ocultismo es tan respetable como otra cualquiera?
Evidentemente. Se debe preservar la libertad de creencias, propia de las sociedades democráticas. No sería democrático legislar en contra de una creencia. Todas las creencias son igualmente respetables, siempre y cuando no induzcan a la comisión de delitos.
A mí no me basta con la fe, necesito pruebas.
Usted, en todos los años en contacto con el mundo del misterio, ¿ha encontrado alguna vez algo que no pueda explicar?
Yo no creo que exista lo inexplicable, creo que existe lo inexplicado. Cuando los científicos se han interesado por conocer lo que está más allá de lo conocido han logrado avances. Cuando había quien argumentaba que los meteoritos no existían, que no podían caer piedras del cielo porque en el cielo no hay piedras, lograron demostrar el fundamento científico de los meteoritos. Yo he encontrado la explicación a la inmensa mayoría de los casos paranormales que he estudiado. En muchos casos lo que pasa es que la gente que los ha vivido se ha visto confundida por sus percepciones. Y también me he encontrado con algunas estafas. Pese a todo he pasado por algunas vivencias a las que yo no he logrado encontrar explicación. Estoy abierto a cualquier posible origen de estos hechos. Pero a mí no me basta con la fe, necesito pruebas.
Los libros de Carlos Castaneda, sobre los chamanes mexicanos, o los de Lobsang Rampa, sobre los monjes budistas tibetanos, se vendieron en grandes cantidades en los años setenta y ochenta. Algunos de ellos todavía se venden. Las experiencias que explican, ¿tienen alguna credibilidad?
Las experiencias que explican no tienen ninguna validez. El caso de Castaneda lo conozco muy bien, porque llevo 4 años investigando muy a fondo su biografía y su historia real. Él y Lobsang Rampa son dos buenos ejemplos de cómo una literatura imaginada, aunque sea falsa, ayuda a interesar a la gente por la cultura oriental. Castaneda, que era estudiante de antropología cuando escribió Las enseñanzas de Don Juan, logró convertirlo en un best seller. Vendió 20.000.000 de ejemplares en 21 idiomas y se hizo millonario.
La mayoría de las personas que creen haber protagonizado una experiencia extraordinaria suelen ser personas sinceras
A lo largo de sus investigaciones, que explica en Los peligros del ocultismo, ha encontrado a gente honrada que creía en experiencias sobrenaturales, pero también a muchos estafadores. ¿Son mayoría los estafadores?
No, la mayoría de las personas que creen haber protagonizado una experiencia extraordinaria suelen ser personas sinceras que suelen haber interpretado mal su percepción de un fenómeno que tiene un origen natural. No están mintiendo: no saben explicar lo que les pasó.
¿Qué peligros corre alguien que se aficiona al ocultismo?
El riesgo de caer fascinado por un mundo tan seductor como el del misterio te puede costar tu dinero, tu salud, tu libertad, tu cordura y en los casos más extremos, la vida.
¿El esoterismo genera dependencia?
Como cualquier creencia indemostrable, el ocultismo va enfocado al corazón y no al raciocinio. Las sectas y los videntes estafadores atacan al corazón y no al cerebro, porque es el órgano que está más cerca de la billetera. Las esperanzas pueden generar adicción. Hemos encontrado muchos casos de adictos a los videntes, y esto evidentemente es poco recomendable. Lo más escandaloso es que entre estos adictos podemos encontrar a presidentes del gobierno, intelectuales, empresarios… Hay jefes de Estado que consultan decisiones de Estado a un vidente y esto sí que no deberíamos tolerarlo, porque aquí el riesgo nos afecta a todos.
¿La gente tiene problemas y se vuelve dependiente del ocultismo o tiene problemas porque es dependiente del ocultismo?
El problema se encuentra en delegar la resolución de tus problemas en soluciones sobrenaturales. Yo esto lo he encontrado mucho al investigar el mundo de las mancias. Hay gente que tiene problemas económicos, que está en paro o que sufre un desamor, y que en lugar de luchar por su trabajo o por su amor, se dedica a peregrinar por gente que no le va a solucionar nada. La solución mágica no existe. Nosotros debemos resolver nuestras vidas.
Hay mucha gente que se ha arruinado con los videntes
¿Hay mucha gente que se ha arruinado con las mancias? ¿El ocultismo puede ser un vicio más caro que el tabaco?
El contacto con el ocultismo puede salir muy caro. Hay mucha gente que se ha arruinado con los videntes, como mucha gente se ha arruinado con las ludopatías, con el póker on line o con las tragaperras. La diferencia es que el póker on line o las tragaperras no te van a reforzar un delirio que te lleve a matar o a morir por tus creencias. Lo menos grave, dentro de lo malo, es que te cueste tu dinero. El delirio ocultista puede llevarte a la muerte.
¿El ocultismo puede llevar a la muerte?
Hay muchos casos en que sí. En muchas comisarias hay registros de casos que parecen sacados de una película de terror. En el caso de los crímenes, a mí me interesó mucho el caso de Rosi Fernández Gonzálvez, una niña de 11 años a la que su madre le extrajo los intestinos por la vagina pensando que le sacaba el demonio, en Almansa, o el caso de Ávaro Bustos, que atravesó el corazón de su padre pensando que era un vampiro, con una estaca, en Málaga. Entre los suicidios, me impresionó mucho la investigación del primer suicidio OVNI de España, en 1972, cuando dos personas se arrojaron a la vía del tren en Torrebonica, cerca de Terrassa, llevando una nota en su pecho que decía “Los extraterrestres nos llaman”. Yo tengo una experiencia personal muy dura: mi madrina, la persona que me inició en el mundo del ocultismo con las tiradas de cartas y la ouijah, generó una gran adicción a la escritura automática y terminó arrojándose por una ventana del tercer piso. Hay demasiados casos de asesinato o de suicidio, en el mundo del ocultismo.
Con la llegada de internet se ha multiplicado por mil el número de engaños y estafas ocultistas
En Los peligros del ocultismo explica que en los últimos años se ha evolucionado hacia la “prostitución absoluta y la brutal comercialización” de las prácticas esotéricas”. ¿A qué se refiere?
Con la llegada de internet se ha multiplicado por mil el número de engaños y estafas ocultistas a que tenemos que enfrentarnos. Hay miles de youtubers que suben fotos y videos manipulados. Además, se hacen campañas de marketing viral realizadas por grandes empresas que se lanzan a las redes sociales y que se replican por todo el mundo. Yo he tenido ocasión de abortar algunas de ellas, como la del yeti de Formigal o la del ovni gallego. Nos pusimos a investigar el origen de estas filmaciones paranormales y en menos de 24 horas descubrimos que eran campañas de marketing viral…
El ocultismo debe mover muchísimo dinero negro… No creo que en este sector se repartan muchas facturas con IVA…
Según el Ministerio de Hacienda el negocio del ocultismo podría mover 3.000 millones de euros. Pero esta cifra se queda muy corta, porque los profesionales de las mancias casi nunca generan facturas y no contribuyen a Hacienda. Y esto, además, acaba siendo un problema para las víctimas de las estafas, que con frecuencia no pueden certificar que han hecho un depósito de dinero.
¿Son más fiables los adivinos que trabajan en sus domicilios o los que aparecen en los medios de comunicación?
El problema no es tanto de fiabilidad como de localización. Es importante que el vidente se pueda encontrar con posterioridad, si surgen problemas. Cada vez es más frecuente el caso de los videntes nómadas: gente que va dando vueltas por ciudades españolas, o incluso por Portugal y por Francia. Viven en un hotel y allí realizan sus consultas. Los detecté a partir del 2000, pero a partir del 2007 se multiplicaron. Y con frecuencia no trabajan solos. Han aparecido grupos de crimen organizado que abren consultas de diferentes especialidades y se reenvían los clientes. Se pasan la información de quien va a su consulta, y cuando el cliente llega a un mago este le puede explicar buena parte de su vida, con lo que se gana su confianza. Están conchabados y diagnostican un mismo problema al cliente, fomentando sus peores miedos. Y cuando éste ya está mentalizado le aconsejan que se someta a un ritual especial muy caro. Usan un reclamo: le garantizan que si la cura no tiene resultados le devolverán el dinero. Pero desaparecen al cabo de muy poco tiempo. Te prometen que recuperarás a tu amor, pero cuando tú ves que el caso no se resuelve y vas a reclamar, ya están en otra ciudad.
¿Hay suficiente control legal del ocultismo? ¿Hasta qué punto cobrar a alguien cantidades desorbitadas por presuntos tratamientos mágicos es un delito?
Es posible que vayas a un vidente y te alivie, como si vas a un sacerdote o a un psicólogo. Pero si un sacerdote o un psicólogo te estafan o abusan de ti puedes recurrir al obispado o al Colegio de Psicólogos. En cambio, no hay un colegio de videntes. Y hay gente que ha sido estafada por un vidente y que tiene miedo a denunciarlo por miedo a sufrir represalias a través del mal de ojo. Además, es muy difícil conseguir que los estafadores ingresen en prisión. En algunos casos los tribunales han considerado a un vidente culpable de estafa, pero también han alegado que la estafa era evidente y que parte de la culpa era de la víctima. De tal forma que hasta 2015 siempre se imponían penas inferiores a dos años de cárcel y los condenados no entraban en prisión. En 2015 fue la primera vez que impusieron una pena superior a dos años y un vidente fue encarcelado. Yo espero que esto cree un precedente. No se trata de estafas normales; estos estafadores son muy crueles: abusan de los sentimientos y de la desesperación de gente en un estado de vulnerabilidad emocional.
¿Qué debe hacer la gente para defenderse de las estafas ocultistas?
En Los peligros del ocultismo publico un decálogo con 10 consejos para no ser estafado, entre los que resaltaría algunos. Se tiene que ir siempre a la consulta acompañado de alguien, compañero o amigo, porque esta persona será más neutral que tú y te ayudará a ser más objetivo. Además, si se tiene que presentar una denuncia por estafa tendrás un testigo. En cualquier caso, recomiendo pagar con tarjeta o con cheque nominativo, para demostrar el desembolso…
Por muy fascinante que sea el mundo del ocultismo, es bueno mantener un espíritu crítico
¿Recomienda, en definitiva, alejarse del mundo del ocultismo?
El mundo del misterio puede ser muy enriquecedor: la historia de la humanidad es la historia de estas creencias, que son tan antiguas como el hombre. Pero por muy fascinante que sea este mundo, es bueno mantener un espíritu crítico y eso nos puede proteger de situaciones dramáticas, a veces irreversibles.