El Gran Teatre del Liceu programa la ópera de Umberto Giordano Andrea Chénier, una de los máximos exponentes del verismo operístico. Y, dentro de la dinámica de mostrar exposiciones de artes plásticas vinculadas con los temas o con la estética de las óperas que se representan, hoy se ha presentado la exposición Verismo Plástico: Nuevos Realismos en Catalunya. Se trata de una muestra de pequeño formato que cuenta con 30 obras de 12 artistas diferentes, 10 pintores y dos escultores. Se podrá ver en el Balcó Foyer del Liceu, hasta el 18 de abril.
La realidad con la mejor técnica
Rosa Ferrer, comisaria de esta exposición, ha justificado que se haya programado apuntando que tanto el verismo en la ópera como el nuevo realismo en las artes plásticas pretenden exponer la realidad tal como es, describiendo con precisión realista momentos de la vida diaria y emociones primarias de sus protagonistas. Ferrer ha querido destacar que incluso en pleno boom del arte abstracto, en los años setenta y ochenta, siempre hubo pintores figurativos (aunque hoy estén "injustamente olvidados"). Los actores que se presentan al Foyer, sin embargo, no son los creadores figurativos de los años setenta y ochenta, sino artistas más jóvenes, que empezaron a pintar en los años noventa, con una gran preocupación por mejorar la técnica y con nuevas inquietudes temáticas. Muchos de ellos expusieron en una gran exposición colectiva que se realizó en 1999 en el Arts Santa Mònica titulada Realismo en Catalunya, y que reunió 130 obras de 50 artistas realizadas durante los años noventa. Lo que se presenta en el Foyer es una versión reducida de la exposición del Santa Mònica.
Doce y diversos
Los dos escultores presentes en la exposición son Gerard Mas (Sant Feliu de Guíxols, 1976), con una escultura de mármol rosa que representa un cochinillo y un bebé, y Efraïm Rodríguez (Valencia, 1971), con dos obras de una gran potencia que van más allá del realismo (especialmente Firs Winter, en el que hace un uso muy original de la corteza). Tres artistas presentan una visión realista, de una precisión increíble, de la ciudad de Barcelona: Daniel Cuervo (Asturias, 1972) ofrece dos cuadros de Barcelona vista desde el mar, con un tratamiento exquisito de las olas; Josep Segú (Salomó, 1958) presenta dos paisajes urbanos, con una original paleta de colores; y Neus Martín Royo (Barcelona, 1968) ofrece algunos rincones de la ciudad, entre los que no falta el propio Liceu. Josep Cisquella (Barcelona, 1955-2010) aporta una original visión del suelo de las calles de Barcelona. Por el contrario, Carlos Díaz (Barcelona, 1968) prefiere retratar personajes anónimos de la ciudad. También Pablo Maeso (Barcelona, 1964) y Gonzalo Goytisolo (Barcelona, 1966) muestran sus retratos en el Liceu, pero si el primero combina la realidad con elementos míticos e imaginarios, el segundo se ciñe a retratar a los personajes tal como son. Los hermanos Josep y Pere Santilari (Badalona, 1959) y Sok Kan Lai (Hong Kong, 1959) ofrecen unos bodegones de sorprendente realismo (algunos de ellos con influencia de Rembrandt y Caravaggio).
Crear sinergias
Rosa Ferrer ha explicado que los artistas que hoy se exponen al Foyer se conocieron en 1999 y continúan en contacto constante, siempre preocupado para mejorar su técnica para reflejar la realidad. Este grupo supo sobreponerse al "antifiguratirismo" que estaba de moda en la época. Un arte que jamás ha dejado de tener a su público, pese a todo. Esta es una exposición de pequeño formato, pero sorprenderá los que pasen por el Liceo. Una ocasión que no se debería perder.