A pesar de ganar el Oscar a mejor actor protagonista por El método Williams desde hoy la carrera de Will Smith quedará marcada por el puñetazo que el actor ha propinado a Chris Rock por un chiste relacionado con su mujer. Rock ha salido al escenario del Dolby Theater para presentar el Oscar al mejor documental y ha hecho una broma sobre el cabeza rapada de Jada Pinkett-Smith, que ha reconocido públicamente que sufre alopecia, al compararla con la Teniente O'Neil de la película de Ridley Scott. El bofetón de Smith a Rock, sin embargo, no es más que un nuevo capítulo en la larga lista de escándalos que se han vivido en las 94 galas de premios de la Academia de Hollywood. Repasamos los instantes más polémicos en la historia de los Oscar.
Durante la gala de 1974 el actor británico David Niven fue el protagonista de uno de los momentos más inquietantes (y divertidos) de la historia de los Oscar. Justo antes de revelar quién sería el ganador de la mejor película, un hombre totalmente desnudo cruzó el escenario haciendo con la mano el símbolo de la paz. Niven, lejos de escandalizarse por la presencia del espontáneo, soltó un comentario de puro humor británico: "Es fascinante pensar que probablemente, la única carcajada que este hombre ha arrancado en su vida ha estado mostrando sus pequeñines".
George C. Scott, protagonista de filmes de la magnitud de ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú, será también recordado como una de las voces más críticas con el circo mediático de los Oscar. Así lo demostró cuando en 1962 rechazó ser nominado al Mejor Actor Secundario por su trabajo en la película El vividor. 10 años más tarde, Scott ganó la estatuilla de mejor actor protagonista por Patton pero no se presentó a la gala argumentando que él "no estaba compitiendo contra ningún otro actor". Recogió el premio Frank McCarthy, el productor de la película dirigida por Franklin J. Schaffner.La mañana siguiente exigió que se devolviera la estatuilla a la Academia.
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Marlon Brando es, indiscutiblemente, uno de los actores más grandes de todos los tiempos. Un icono de la interpretación, pero que a inicios de la década de los setenta su carrera pasaba por un momento delicado. Todo cambió cuando este monstruo de la interpretación dio vida a Vito Corleone en El Padrino, aunque los productores de la película no lo querían ver ni en pintura. Brando reavivó su trayectoria con un papel que lo llevaría a ganar el Oscar. Genio con un carácter... especial, Brando pasó de ir a recoger la estatuilla. En su nombre acudió Sacheen Littlefeather, una activista a favor de los derechos de los nativos americanos, la cual anunció que Brando rechazaba el premio "en protesta por el tratamiento que la industria del cine da a los nativos". Según declaró después, la Academia le impidió pronunciar el discurso de 15 páginas redactado por Brando para la ocasión.
La guerra de Vietnam todavía estaba bien presente en el imaginario de la sociedad norteamericana cuando el año 1975 el documental Hearts and Minds, un filme que analizaba el conflicto desde un filtro muy crítico con el ejército de los Estados Unidos, ganó la estatuilla a la mejor película de no ficción. Cuando Bert Schneider, el productor de la cinta subió al escenario a recoger el galardón, ofreció un discurso en que leyó un comunicado escrito por el gobierno comunista de Vietnam. Los presentadores de la gala, Frank Sinatra y Bob Hope, dos republicanos confesos, reprimieron Schneider afirmando que los Oscar "no es lugar para proclamas políticas". Poco contaban con que aquella misma noche Warren Beatty entregaría otro premio. Amigo de Schneider, las primeras palabras de Beatty fueron contra "La Voz": "Muchas gracias, Frank, carcamal republicano".
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Muchos años después Warren Beatty volvería a ser el protagonista de uno de los momentos más polémicos de la historia de los Oscar. Fue el 2017, la última gran gala prepandémica. Beatty presentaba acompañado de Faye Danaway el premio a la mejor película. La pareja, tal como se afirmaba en el sobre, anunció que el filme ganador era el musical dirigido por Damien Chazelle La, La, Land. La verdadera cinta ganadora era el drama Moonlight, pero la Academia no se rectificó su error hasta minutos después, cuando los productores de La, La, Land ya estaban finalizando su discurso de agradecimiento. El resbalón más bestia en la historia de los Oscar.
El año 1993 Marisa Tomei ganó el Oscar a la mejor actriz secundaria por su trabajo en la película Mi primo Vinny. Nada extraordinario ni fuera de lugar si no fuera porque desde el momento en que Tomei subió a recoger la estatuilla empezaron a circular los rumores de que no era la verdadera ganadora y que todo había sido provocado por un error de Jack Palance, actor entonces de 73 años, a la hora de leer la tarjeta. Tiempo después se demostró que Palance no se equivocó y que Tomei era la justa ganadora.
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Todavía hoy, es el premio que más polémica y división ha generado en el mundo del cine. Cuando el año 1999 el director de Al este del Edén o La ley del silencio recibió un Oscar Honorífico de manos de su discípulo Martin Scorsese la mitad de la platea del Teatro Kodak se levantó a aplaudir. La otra mitad se quedó sentada y en silencio, muestra de protesta contra un cineasta que en los años más duros de la "Caza de brujas" en Hollywood en los años 50 delató a muchos de sus compañeros.
El año 1978 la actriz británica Vanesa Redgrave recibió una estatuilla por el drama de la Segunda Guerra Mundial Julia. Conocida activista política, fundadora Partido Revolucionario de los TRabajadpores, Redgrave pronunció un discurso incendiario, que empezaba criticando la Alemania nazi para acabar, momento en que fue abroncada por la platea, dando todo su apoyo a Palestina.
La gala de los Oscars del 2003 se celebró el 23 de marzo, sólo tres días después de que las tropas de los EE.UU. invadieran Iraq. Aquel año el Oscar al mejor documental se lo llevó Michael Moore por Bowling for Columbine. Pocos cineastas se han posicionado políticamente tan clara y abiertamente como Moore. Siempre crítico con los gobiernos conservadores, el realizador aprovechó la oportunidad para lanzar una feroz diatriba contra el entonces presidente de los Estados Unidos, Goerge W. Bush, pidiendo a los norteamericanos votar "a un presidente de no ficción". "El mundo entero está contra Usted, señor Bush," concluyó Moore.
Es un clamor unánime, la de 1989 es considerada la peor ceremonia de la historia de los Oscar. Presentada catastróficamente por Rob Lowe y Chevy Chase, el momento más lamentable de la noche se produjo cuando una actriz disfrazada de Blancanieves se marcó una surrealista versión de la Creedence Clearwater Revival. La Disney no había sido avisada del gag, hecho que acabó derivando en una demanda contra la Academia. El productor de la velada, Alan Carr, fue despedido poco después.