Hay momentos en los que tenemos menos tiempo para leer del que nos gustaría: trabajo, tareas domésticas, actividades extra laborales e incluso exceso de ocio social, que también nos roba horas. Pero cuando uno es buen lector, siempre encuentra grietas para conseguir su objetivo, ya sea sacando minutos de donde sea o escogiendo libros más factibles para no perder el hábito. Porque no siempre hace falta leer grandes volúmenes de más de 400 páginas para encontrar joyas narrativas o lecturas que nos aporten lo que necesitamos. Estos 4 libros son ideales para poderlos leer en un par de días: a parte de tener argumentos dinámicos, no superan los 200 folios.
1. Los secundarios (Tusquets), d'Isabel Bono
Rubén y Amalia, en otro tiempo cuñados, coinciden en el portal del descomunal edificio de apartamentos en que viven. No solo descubren que son vecinos desde hace tiempo, sino también que ninguno de los dos se ha sentido nunca protagonista de su propia vida, por eso intentan poner en orden sus recuerdos, y dar un sentido a lo que han sido sus vidas hasta ese día. En Los secundarios (Tusquets), Isabel Bono da voz a dos de los personajes de Diario del asco (2020) que quedaron en un segundo plano, de los que solo intuíamos cómo eran por boca de Mateo, hermano de Rubén y exmarido de Amalia.
2. Nicolau (Segona Perifèria), d'Antoni Veciana
Esta podría ser una historia existencial o una novela de aventuras, según como se mire. Una oda a la imaginación, a la reconciliación y a la tradición escrita en lengua popular, del color del Camp de Tarragona. Explica las vivencias de Nicolau, un chico a quien la tierra firme solo le ha ofrecido menosprecio, y que encuentra en el mar una mezcla entre soledad y libertad que le hace feliz. Tanto es así que comienza una transmutación que le convierte en un ser entregado al universo submarino legendario, un espacio lleno de ciudades míticas, dioses y sirenas. Nicolau (Segona Perifèria) es un relato hipnótico que engancha hasta el final.
3. Pelusa Baby (Alfaguara), de Constanza Gutiérrez
En Pelusa Baby (Alfaguara), esta autora chilena firma varios relatos que son, paralelamente, sátiras agudas sobre un mundo contemporáneo dominado por las inconformidades y un entorno virtual que atrapa a los protagonistas de los cuentos, hijos de su misma generación. Con referencias a Shakira, Juan Gabriel, el K-Pop o Harry Potter, este es un libro divertido y entrañable que reflexiona sobre los momentos vitales que sufrimos y que, a la par, consagra a Constanza Gutiérrez como una de las voces más originales de la narrativa chilena.
4. Un món comú (Tigre de Paper), de Marina Garcés
Es la primera vez que este clásico de la filósofa Marina Garcés se publica en catalán y vale la pena recuperarlo: en estas páginas esboza las bases de su pensamiento filosófico. En palabras de la misma Garcés, "la cooperación, la colaboración, el soporte mutuo, las resistencias, la hospitalidad, el aprendizaje... son prácticas sociales y políticas que no pueden partir del grupo cerrado, sino que abren e inventan los sentidos posibles de la vida en común". Un compromiso para conseguir el apoyo colectivo y descubrir un mundo común en el que, aunque queramos preservar nuestra vida individual, todos estamos implicados.