En 1997, cuando Netflix no era más que una idea para repartir DVDs y Amazon era una pequeña empresa de venta online, una potente cadena por cable se convertía en la primera a emitir por satélite. Los precios de la suscripción, sin embargo, eran muy elevados, de manera que sólo había una solución: crear contenidos de alta calidad por los que la gente estuviera dispuesta a pagar. De aquí salen Los Soprano, The Wire, Six Feet Under, Band of Brothers y una larga lista de éxitos que convirtieron HBO en una cadena, ahora también plataforma, de gran prestigio. Pero con el auge de las plataformas y, sobre todo, desde el final de Juego de tronos, HBO parece haber perdido el estatus que tenía, y eso que en su catálogo sigue ofreciendo series que valen mucho la pena, como estas 4 que os presentamos a continuación.
Una obra maestra que siempre ha pasado por debajo del radar del mainstream por su enorme densidad. Y sí, es densa, pero porque es profunda. The Leftovers llega hasta el núcleo de temas como la fe y el sentido de la vida, yendo más allá de donde ninguna otra serie ha llegado nunca. La premisa inicial es la misteriosa desaparición del 2% de la población mundial. Pero lo que se plantea a partir de aquí no es la resolución del misterio, sino como conviven los protagonistas con el interrogante de no saber qué ha pasado. Unos protagonistas dotados de una gran complejidad psicológica gracias a un recurso característico de su creador Damon Lindelof (Perdidos) como es centrar cada capítulo en torno a uno de ellos. Así, te acabas enganchando a los personajes, como también a las magníficas melodías de la banda sonora de Max Ritcher.
Seguimos con Lindelof para hablar de una de las mejores miniseries de los últimos años, una adaptación del emblemático cómic de Alan Moore que, más allá de referencias y personajes, se aleja radicalmente de la obra original y de la película homónima del año 2009. Mezclando elementos históricos, como la masacre de Tulsa con la que arranca la serie, con componentes de ciencia-ficción, como el personaje del Doctor Manhattan, Watchmen busca presentar conflictos mucho más próximos a nuestra realidad, relacionados, sobre todo, con el poder y la raza. El resultado de esta ambiciosa mezcla es excelente, porque consigue entretener al mismo tiempo que transmitir de forma clara el mensaje, sin dejar de homenajear la novela gráfica original (lectura muy recomendable más allá de sí miráis o no la serie).
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El lunes, 18 de octubre, llega la tercera temporada de Succession. Hay nervios. Especialmente después del apoteósico final de la segunda temporada. ¿Es, quizás, la mejor serie que emite HBO actualmente? Para quien no esté al día, la obra de Jesse Armstrong sigue la historia de la familia Roy, poseedores de uno de los mayores conglomerados de comunicación del mundo, pero poseedores también de mucha mezquindad, hambre de poder y ganas de traicionarse los unos en los otros. La serie ha sido celebrada, sobre todo, por unos guiones shakespearianos llenos de matices, unas actuaciones absolutamente magistrales y una banda sonora que pone la carne de gallina con sólo escucharla.
Y a la espera de la tercera de Succession, lo mejor que HBO nos ha traído este año ha sido esta magnífica serie sobre un caso de asesinato en una pequeña población de Pensilvania que tiene que ser resuelto por la detective Mare. La interpretación de Kate Winslet en este papel es sencillamente espectacular, dejando a todo el mundo boquiabierto por el dolor que consigue transmitir. El dolor de un pasado trágico y el de un presente misterioso. Y en esta dicotomía entre lo que pasó y lo que pasa, Mare of Easttown se mueve a la perfección sirviéndose de un gran reparto de personajes que ayudan a ligar presente y pasado, aunque parezca que todos esconden alguna cosa.