Premio Nobel de literatura 2015, pocas voces han narrado con tanto detalle y minuciosidad la sociedad rusa en el particular, la soviética en el general, que la periodista y escritora bielorrusa Svetlana Aleksiévitx. Creadora de este género particularísimo e intransferible que se ha dado a conocer como 'novela de voces' -particular e intransferible no porque no lo pueda practicar nadie más, sino porque nadie lo hará con la excelencia de Aleksiévitx (firma, por cierto, que desde hace meses vive exiliada en Berlín donde buscó asilo huyendo de Aleksandr Lukaixenko)-; a través de sus historias Aleksiévitx ha dado testimonio a la gente normal para a través de sus vivencias trazar la historia de Unión Soviética y de los actuales estados que de ella formaron parte, desde la Segunda Guerra Mundial hasta hoy. Así, volviendo a títulos como El fin del "Homo sovieticus" o Los muchachos de cinc podemos encontrar algunas pistas y claves para decodificar los impulsos que han conducido a Putin a invadir Ucrania. Os recomendamos 5 libros de Aleksiévitx que os ofrecerán una perspectiva diferente sobre la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Historia silenciada, casi un millón de mujeres combatieron en las filas del Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial. Aleksiévitx da voz al recuerdo y la memoria de centenares de ellas en La guerra no tiene rostro de mujer (Debate, 2015; traducción Ioulia Dobrovolskaia) un relato tan conmovedor como horroroso. Mujeres que no sólo luchaban en una guerra contra un enemigo, sino contra un sistema y una manera de hacer y de pensar. Mujeres que no sólo luchaban contra el enemigo sino también contra la represión y la incomprensión de sus compañeros y superiores.
"La guerra femenina tiene unos colores, unos olores, una luz y un espacio propios. Tiene palabras propias. No hay héroes ni hazañas increíbles, sólo hay personas que llevan a cabo una actividad humana que es inhumana". La autora descompone el relato de la victoria de hombres que escriben sobre hombres, y nos ofrece un relato conmovedor de las mujeres que lucharon en la guerra, y que gracias a ella, formarán parte de la memoria colectiva y de otra manera de vivir el mundo.
Definitivamente, Últimos testigos. Los niños de la Segunda Guerra Mundial (Debate, 2016; traducción Ioulia Dobrovolskaia) es una de las obras más emotivas y conmovedoras de la premio Nobel de literatura de 2015. Una nueva incursión en la historia de la Segunda Guerra Mundial desde la perspectiva soviética. Un conflicto que dejó a su paso por territorio ruso millones de víctimas infantiles.
Últimos testigos. Los niños de la Segunda Guerra Mundial es el conjunto de voces de aquellos que sobrevivieron. Niños de 2 a 12 años durante la guerra, ahora de adultos nos hablan de lo que pasó y reproducen lo que fue la guerra en sus ojos.
La voz de la esposa de un bombero a quien se le impidió visitarlo porque era una peligroso objeto radiactivo. La voz confundida de una granjera anciana que no comprende por qué tiene que abandonar su pueblo: "¿Por qué marcharse? Aquí se está bien. Todo crece, todo florece". El corode voces de los soldados de la "patrulla de limpieza", a quien les ha costado años entender por qué las chicas no les quieren hacer el amor.
Una vez más, Svetlana Aleksiévitx hace del puzzle de testimoniosel gran atractivo de su obra. Esta vez por intentar decodificar a través del drama humano uno de los capítulos más relevantes en el ocaso de la antigua Unión Soviética: la catástrofe de la central nuclear de Chernobil. De hecho, la autora siempre ha querido enfatizar que Voces de Chernóbil. Crónica del futuro (Casopea, 2002; traducción de Ricardo San Vicente) no es en absoluto un libro sobre Chernobil, sino sobre las consecuencias de Chernobil, sobre gente que vive en una nueva realidad que todavía ahora, casi cuatro décadas después, no ha sido entendida.
Referencia imprescindible en la obra bibliográfica de Svetlana Aleksiévitx, El fin del "Homo sovieticus" (Acantilado, 2015; traducción Jorge Ferrer), es la crónica definitiva de la caída de la antigua Unión Soviética.
Una obra imprescindible y fundamental para entender el devenir de la sociedad contemporánea las últimas décadas. Una sublime radiografía de cómo era la vida en la Rusia socialista y su evolución hacia el capitalismo más feroz, a través del prisma de la política y la economía pero también a partir de las respuestas que Aleksiévitx obtiene de la gente de la calle a hechos tan cotidianos como el amor, la muerte, la infancia, la vejez...
Obra maestra que tendría que ser lectura obligada para todo el mundo y en todas partes|a todas partes. Publicado originalmente el año 1991, Los muchachos de zinc. Voces soviéticas de la Guerra de Afganistán (Debate, 2016; traducción de Marta Rebón) Svetlana Aleksiévitx viaja hasta el Afganistán para entrevistarse con decenes de los soldados que entre 1979 y 1985 participaron de la invesió soviética del país asiático. Jóvenes que si encontraban la muerte en el frente, volvían a casa dentro de ataúdes de cinc, de aquí el título del relato.
Referencia ineludible del ensayo periodístico, a Los muchachos de cinc Aleksiévitx nos acerca a historias que hablan de gente mutilada por minas, soldados asesinos drogados, a una madre acariciando desesperadamente un ataúd tan pequeño que no cree posible que contenga a su hijo, un chico muy alto... Un libro que no es sólo sobre guerra y políticas criminales, sino también sobre nuestra capacidad de cuestionar las decisiones de nuestro país, y de poner en duda la información oficial que nos llega. ¿Os suena?