Tendremos nueva temporada de Black Mirror el año 2023. Así lo anunciaba Netflix la semana pasada a través de la revista Variety, y, aparte de una cierta emoción por el retorno de una gran serie como esta, también surge una pregunta: ¿Hace falta que vuelva? Por una parte, porque la última temporada ya había disminuido en calidad respecto de las anteriores. De la otra, porque al acercarnos cada vez más a futuros distópicos, con el claro ejemplo de la pandemia, parece que tenga menos sentido seguir imaginando otros nuevos. Y finalmente porque series distópicas ya tenemos unas cuantas en las plataformas, algunas muy cerca del nivel de Black Mirror, como las que os presentamos a continuación.
Ambientada a mediados del siglo XXV, nos encontramos en un mundo donde la muerte ha dejado de existir. Cuando el cuerpo falla, simplemente se traspasa la mente de la persona a otro cuerpo para poder seguir viviendo eternamente. Y en este contexto —¿distópico o utópico?—, seguimos a Takeshi Kovacs, interpretado por Joel Kinnaman (The Killing) y Anthonie Mackie (The Falcon and The Winter Soldier), un detective resucitado 250 años después de su muerte para resolver un asesinato que esconde una oscura conspiración.
Podríamos decir que Electric Dreams es el intento de Amazon de tener su propio Black Mirror. También con formato antológico, es decir, cada capítulo explicando una historia autoconclusiva, y relacionado siempre con la ciencia ficción, quizás no ha conseguido la popularidad de la serie de Netflix, pero sí que tiene una carta a favor. ¿Y es que cada uno de sus diez episodios adapta a la pequeña pantalla uno de los relatos del maestro Philip K. Dick, autor de novelas tan conocidas como Sueñan los androides con corderos eléctricos?, adaptada al cine como Blade Runner.
Es muy curioso ver ahora Years and Years porque es una serie que el año 2019 proyectaba como sería el futuro a lo largo de los próximos 15 años y nos parecía completamente distópico, pero lo que hemos vivido los dos últimos ha sido incluso peor que lo que auguraba la ficción. El punto fuerte de esta serie es transmitir sus predicciones políticas, económicas y tecnológicas a través de una familia británica de clase media con quien empatizar, creando interesantes personajes que nos permiten ver como estos cambios afectan a sus vidas.
The OA es una de las series más extrañas de Netflix. Más, incluso, que cualquier capítulo de Black Mirror. Y eso genera una cierta fascinación en el espectador. A lo largo de dos temporadas seguimos a Prairie Johnson, una chica ciega que llevaba siete años desaparecida y que al volver ha recuperado la vista, pero no quiere explicar dónde estaba. Su misión secreta será reclutar a un conjunto de personas para que vayan a rescatar al resto de personas que habían sido secuestradas con ella. El problema, sin embargo, es que están en otra dimensión.
¿Y quién dice que las distopías no puedan incorporar también sentido del humor? Upload es literalmente como coger un capítulo de Black Mirror y convertirlo en una comedia. La premisa se basa en la posibilidad de colgar tu conciencia en la nube una vez mueres para poder seguir viviendo en un más allá virtual. A partir de aquí, la serie plantea un interesante misterio sobre quien hay detrás de la muerte del joven protagonista, interpretado por Robbie Amell, y una historia de amor imposible entre él y su asistente técnica, que todavía se encuentra en el mundo de los vivos.