Cesc Gay ya hace tiempo que acierta, y esta vez de pleno. El pasado martes se estrenaba, en el teatro Romea, '53 diumenges', una comedia teatral que, a causa del éxito que tuvo en su momento, ha vuelto en escena.

La obra parte de un argumento nada enrevesado y bastante cotidiano. Tres hermanos decidan reunirse para hablar del padre, se ha hecho mayor, ya no puede vivir solo y necesita asistencia, y para acabar de rematarlo, ha cogido la mala costumbre de enseñar el pene a la vecina.

De izquierda a derecha: Pere Arquillué, Cristina Plazas y Lluís Villanueva interpretando '53 diumenges' de Cesc Gay / David Ruano

Lo que tenía que ser una reunión entre hermanos para gestionar esta situación nada sencilla, acaba siendo una bomba de relojería a punto de explotar en cualquier momento. El más pequeño comentario, una frase inofensiva, son suficientes para encender el ambiente, que cada vez está más caldeado.

El extraordinario elenco de '53 diumenges'

El reparto escogido por el dramaturgo es el mismo que utilizó para 'Los vecinos de arriba', una comedia sobre las relaciones de pareja que también fue muy exitosa. En esta ocasión, Gay ha construido unos personajes fácilmente identificables, con caracteres muy bien definidos y que chocan entre ellos, y es aquí donde se cuecen los conflictos.

Ágata Roca y Pere Arquillé / David Ruano

Pere Arquillué interpreta al hermano pequeño, que se autoconsidera un 'pringado' porque las cosas no le van muy bien, es actor y acaba de conseguir grabar un anuncio de gazpacho disfrazado de tomate. El papel de su compañera sentimental lo interpreta Ágata Roca, pediatra, hija única que, de alguna manera, echa de menos tener hermanos para reproducir las escenas familiares que contempla desde un segundo plano. El hermano mayor, interpretado por Lluís Villanueva, es un hombre con suerte. Después de casarse con la hija de un gran empresario, lleva una vida acomodada, tiene mucho dinero y no necesita trabajar, su hermano lo tilda de cantamañanas. Nadie sabe qué hace en la fábrica, pero él se considera un trabajador imprescindible. Y, finalmente, la hermana mediana, interpretada por Cristina Plazas (anteriormente el papel era de Marta Marco), es una profesora universitaria bastante brillante, el marido le ha puesto los cuernos en repetidas ocasiones, carga todo el peso de la responsabilidad del padre, tiene una gran capacidad para gestionar los conflictos (menos el suyo) y es la conciliadora entre los hermanos.

El papel de los celos entre hermanos

Cesc Gay pone el foco en la complejidad de las relaciones fraternales. Con dos hermanos, orgullosos, tozudos e inseguros, los celos tan habituales en estos casos, y los reproches, juegan un papel muy importante en escena. El humor con el cual juega Gay es muy popular, y retrata a la perfección las pequeñas miserias de cualquier familia; es fácil identificarse en algún momento.

Si bien es cierto que el público se ríe durante la hora y media de representación, también se tiene que matizar que es un público mayoritariamente mayor y quizás los mismos elementos no funcionarían tan bien con la generación millennial.

Los personajes Santiago y Víctor, que son hermanos, interpretados por Arquillué y Villanueva / David Ruano

Pere Arquillué, el maestro de los escenarios

'53 domingos' cobra sentido gracias a Pere Arquillué, un monstruo escénico que lo hace absolutamente todo bien. Se nota que disfruta, que ha trabajado el texto a fondo, aprovecha cada réplica, y aporta la intencionalidad adecuada, con un tono acertadísimo y donde cada gesto está perfectamente ejecutado.

La complicidad con Villanueva es espléndida, y no le da sombra en ningún momento, se ayudan, se autoalimentan, dos actores generosos que brillan juntos, y no es la primera vez, la buena sintonía ya se pudo apreciar con 'Arte' de Yasmina Reza en el teatro Goya el año 2017.


Una comedia nada pretenciosa, que sirve para desconectar y pasar un buen rato, una obra sin trasfondo moralista que ni siquiera le hacen falta reflexiones profundas para hacer que el público se marche contento a casa. Humor inteligente, talento, y una buena dirección, tres elementos que, en la proporción adecuada, se convierten en una receta exquisita. ¡Vayan a verla antes de que lo cierren todo!

 

Fotografía de portada: Pere Arquillué disfrazado de tomate / David Ruano