Abraham Orriols (Berga, 1996) acaba de publicar 'Una vida a les muntanyes' un relato donde nos descubre la vida de Marina Vilalta, la pastora más vieja de Catalunya y merecedora de la Creu de Sant Jordi 2022 en reconocimiento de su trayectoria vital vinculada a la ganadería. El periodista hace un retrato de esta mujer de 96 años que a pesar de no saber escribir ni leer, ha roto estereotipos dedicándose a un oficio muy masculinizado, el de cuidar rebaños. Una profesión que, a pesar de la dureza, volvería a escoger, porque es lo que realmente le apasiona. Orriols consigue describir su vida sin caer en el sentimentalismo y aprovecha para hablar de muchos otros temas: de la gente que vive en las montañas, el despoblamiento, la resiliencia, la Guerra Civil Española o la canción popular catalana, ya que Vilalta es una de las personas que más ha aportado al Càntut, un proyecto que recoge y difunde el patrimonio musical de transmisión oral de las comarcas gerundenses. Es una historia tierna, explicada en formato reportaje, que rezuma la bonita relación de amistad que se ha ido tejiendo entre Orriols y Vilalta fruto de las horas de conversaciones compartidas en las montañas. Es el periodismo que tanta falta nos hace, y tanto envidiamos los periodistas.
¿Cómo conociste a Marina?
Yo conocía la existencia de Marina Vilalta a raíz de la Creu de Sant Jordi, que ganó el año 2022, pero no nos conocíamos personalmente. Desde la editorial de Ara Llibres me dijeron que creían que esta mujer tenía una historia que se tendría que explicar, y propuse a la familia irles a visitar un día.
¿Y qué pensaba ella?
Ella me decía: ¿"Como un libro sobre mí? ¿Qué he hecho yo para merecer un libro"? Estaba el pensamiento de, "Si lo haces, hazlo cortito, porque qué dirá la gente?" Esta cosa de querer pasar desapercibido en un pueblo pequeño como es Bruguera, de casi 40 habitantes.
A medida que fui visitándola, confirmamos que Marina Vilalta tenía una historia que merecía ser explicada
¿Cómo es Marina?
Es una mujer dura, resistente, auténtica, natural, genuina, es muy risueña, tiene mucho sentido del humor y siempre canta. Nos hemos entendido muy rápidamente porque le fascina su mundo, las ovejas, la montaña, el rebaño y habla con mucha pasión. No romantiza nada la montaña, ni el oficio de pastor, que es muy sacrificado y prácticamente en vías de extinción, y sin embargo, lo volvería a escoger.
Marina es una mujer dura, resistente, risueña, genuina y muy entusiasta
¿Cómo fueron estos encuentros?
Eran visitas a Bruguera, que es un pequeño pueblo agregado a Ribes de Freser, en el Ripollès, que es donde vive desde que se casó. Sobre todo eran conversaciones donde hablábamos de lo que ella quería, con las interrupciones propias de tener un ojo al interlocutor y uno al rebaño. Yo apuntaba las fechas, las anécdotas y sobre todo la literalidad de lo que se me explicaba para poder hacer sentir su voz.
¿Tienes alguna relación con la ganadería?
Directamente, no. Soy de Berga y en el Berguedà la ganadería existe. Para TV3 hago muchos temas sobre ganadería, de despoblamiento. No es una temática que me quede lejana, ahora bien, yo no quiero ser pastor, pero creo que esta es una de las gracias de este diálogo. La distancia que hay entre los dos mundos, ella me cuadruplica la edad, -es nacida antes de la Guerra Civil y yo después de los Juegos Olímpicos. En realidad, estamos acostumbrados en nuestra propia burbuja y conocemos las ventajas, los defectos, los inconvenientes, los límites, pero poder salir y escuchar a alguien que forma parte de otra burbuja desde la empatía, sin prejuicios, encuentro que es lo que enriquece más la mirada de las cosas.
Ella me cuadruplica la edad, es nacida antes de la Guerra Civil y yo después de los Juegos Olímpicos
¿Cómo es su rutina?
La rutina de Marina es de mañanas pausadas y de tardes agitadas. A la una ya come, porque a las tres saca las ovejas y las pastura hasta las cinco o en función de la luz solar. Ella dice: "Cuando no las saco a pasturar estoy nerviosa y cuando las estoy pasturando todavía estoy más nerviosa". Este nervio es el que le da vida. Ahora, con 96 años, empieza a necesitar un poco de ayuda. De hecho, cuando la acompañaba a pasturar, me salía ayudarla, porque subíamos por los campos, ella con el bastón, y yo pensaba que se haría daño, pero no, ella marcaba el camino. Normalmente, se echa, vigila las ovejas y cuando se desplazan demasiado, se levanta y se coloca en un lugar donde las pueda ver. Y vuelve cuando la luz empieza a disminuir. Cena temprno, se pone la radio, y no se pierde nunca El temps de TV3, que lo sigue con deleite, y después a dormir.
Marina explica que las mujeres trabajaban en casa, cocinaban, criaban, a los niños, trabajaban en el huerto e incluso ella se encargaba del rebaño, y que los hombres trabajaban mucho, pero que las mujeres incluso trabajaban más. Hay un fragmento del libro que dices: "Eran tan resilientes que no sabían ni que lo eran."
Marina es del verbo hacer, no de sentenciar o reflexionar. Discursos de militancia no pronuncia, pero los milita. No te explica la importancia del mantenimiento de las tradiciones orales, pero no para de cantar canciones populares y de esta manera que no caigan en el olvido. Ella no habla de soberanía alimentaria o sostenibilidad, pero no le pasa por la cabeza ir a un supermercado y comprar carne envasada con plástico. Ella quiere comprar carne que sepa qué productor lo ha hecho, con la leche y la fruta lo mismo, y llenar la despensa y la nevera no solo con productos de kilómetro cero, sino también de alimentos que sabe que ayudan a la supervivencia del sector primario. No habla de feminismo ni de resiliencia, pero cuando explica qué ha hecho y qué hace, te vienen en la cabeza estos conceptos. Es una mujer que vive arraigada a la tierra, quiere decir que aplasta la tierra, que es de hechos consumados. Marina es pragmática.
No habla de feminismo ni de resiliencia, pero cuando explica qué ha hecho y qué hace, te vienen a la cabeza estos conceptos
¿Me puedes explicar la anécdota de cuando conoció al presidente de la Generalitat?
Cuando la Generalitat de Catalunya decide otorgarle la Cruz de Sant Jordi el año 2022 por la devoción en el campo, por una vida dedicada a la ganadería y también por el mantenimiento de las tradiciones orales, ella dice que muchísimas gracias, pero que no bajará a Barcelona, que hace mucho calor, está muy lejos y tiene que sacar las ovejas, que ya se la enviarán. Así pues, la Generalitat monta una visita oficial con la consellera de Cultura y el presidente de la Generalitat a Bruguera, para conocerla, entregarle la Creu y hacerle el reconocimiento a su pueblo. Y durante la visita la Marina trata al presidente por su nombre de pila, Pere. Alguien de la familia le hace notar que es la máxima autoridad del país, que es el presidente, que quizás sería mejor tratarlo de Usted o de presidente. Se los mira y dice: ¿"Pero se llama Pere, verdad"? Y así continúa, Pere por aquí, Pere te enseño aquello otro...
Marina me dijo que hubiera preferido que le hubieran dado la Creu de Sant Jordi a un pastor más joven para animarlo a continuar
Marina nació en el año 1927. ¿Cómo vivió la guerra?
La guerra la vive con 7, 8, 9 años y tiene algunos recuerdos. Habla mucho de la miseria, del hambre y del miedo, incluso en el momento de la retirada, todavía recibían golpes. Un robo de una yegua, o como unos militares encañonaron a su madre para preguntarle dónde estaba uno de sus hijos porque intuían que estaba escondido. Eran 12 hermanos, dos de ellos intentaron huir, uno de ellos sí que lo consiguió. Pero como no tenían noticias, pensaron que había muerto, pero afortunadamente no fue este el desenlace.
Uno de los recuerdos que más la marcaron fue como un militar encañonó a su madre para preguntarle dónde estaba uno de sus hijos
¿Te has documentado bastante, no? Consultaste los partes de guerra oficiales del Centro de Memoria Histórica Contemporánea de Catalunya.
Sí, porque quería ver cómo explicaron las tropas franquistas la ocupación de Bruguera, del Ripollès y de la fosa común que se organizó en el cementerio de Ribes de Freser. El siglo de Marina te permite explicar su vida, pero también relatar cuál era el contexto de esta época.
Ella ha roto estereotipos. ¿Es consciente de que ha abierto las puertas a mujeres jóvenes que se quieran dedicar a esto?
En una de las visitas le pedí a Imma Puigcorbé, -que es una ganadera joven y veterinaria rural-, que me acompañara, quería que se conocieran. Ella había sido una de las impulsoras de recogidas de firmas para que la Generalitat otorgara la Creu de Sant Jordi a Marina Vilalta. Fue una tarde fantástica ver cómo hablaban de cómo se gestiona un rebaño, etc. Y eso es importante porque es un sector que ha sido muy masculinizado. Ahora, una de cada cuatro ganaderas de Catalunya ya es una mujer. Por lo tanto, no es una imagen excepcional la de la Marina, pero hace ochenta años lo era.
Las mujeres del sector primario han sido imprescindibles
¿Cuál ha sido el sueño de Marina?
El sueño de Marina, paradójicamente, porque es una mujer arraigada a la tierra, era volar, y es un sueño que no pudo cumplir hasta los 80 años. Cogió un vuelo a Palma de Mallorca. Eso sí, de un solo día. Se marcharon a las cinco de la mañana de Bruguera y a las ocho volvieron, porque no sacar el rebaño un día lo podía aceptar, pero dos ya no. Además, ella no tenía interés en conocer Mallorca, tenía interés en volar, y esta ha sido la única vez que ha salido de Catalunya.
El sueño de Marina era volar y lo consiguió a los 80 años cuando viajó a Mallorca
Además de conocer a Marina, has conocido prácticamente un pueblo entero. ¿Cómo es Bruguera?
Bruguera es un pueblo del Pirineo con masías construidas de ya hace unos siglos, calles de piedra empinadas, tiene una iglesia cerrada, un cementerio pequeño y solo tiene un establecimiento abierto. Y los fines de semana abre el Hostal Moliné. También hay segundas residencias. Hablar de Bruguera permite hablar de estos pueblos que luchan literalmente por la vida o la muerte, es hablar de despoblamiento. Es un pueblo precioso que te recomendaría que visitaras.
Hablar de Bruguera permite hablar de estos pueblos que luchan literalmente por la vida o la muerte. Estamos hablando de despoblamiento
En el libro sacas un tema muy bonito que es la canción popular catalana, de hecho, al inicio de cada capítulo hay un fragmento de una canción. ¿Qué relación tiene Marina con la música?
Su biblioteca o su catálogo de metáforas son las canciones populares. Es decir, si tú le hablas de una ruptura amorosa, ella te canta una canción que habla al respecto. Ha sido la banda sonora que la ha acompañado siempre. Y ayuda a la supervivencia y a la recolección de esta memoria oral, que es una memoria que si no se utiliza, se muere. La canción popular es legado, es cultura, es patrimonio, se tiene que cuidar. Ella ha participado en iniciativas como el Càntut, justamente de recolección de las canciones populares, sobre todo en la demarcación de Girona.
La canción popular catalana es legado, es cultura, es patrimonio, se tiene que cuidar
Bajo la dirección de @jcgirbes, la edición del @gerardespelt_, el epílogo del @immaps y la portada del @j1suri
— Abraham Orriols (@AbrahamOrriols) September 21, 2023
Gracias @arallibres por|para la confianza y para proponerme un proyecto que nunca habría pensado que me haría tanta ilusión. Estoy como un niño con zapatos nuevos: ¡feliz y agradecido! pic.twitter.com/T7Ji7S6jKp
¿Marina ha podido leer el libro?
Marina no lo ha podido leer, nunca ha leído ninguno porque no sabe leer ni escribir. Quedamos con la familia que antes de que se publicara el libro les enviaría el texto para que vieran cuál era el tono y sobre todo, por si detectaban algún error. Y Núria, su nuera, fue la encargada de leérselo e ir explicándoselo a Marina. Me dijeron que no cambiara nada, que la había retratado tal como es, y les había gustado mucho la experiencia de ver la vida de Marina plasmada en un libro. Construimos un vínculo de amistad para siempre. Con Marina he aprendido a otorgar valor a cosas que me pasaban desapercibidas y ella me ha enseñado otra manera de ver la vida.
Marina no ha podido leer el libro, nunca ha leído ninguno, porque no sabe ni leer ni escribir
Hablemos un poco de ti, ahora. Hace unos meses explicaste que sufres una enfermedad.
Sí, es una enfermedad neurológica asociada a los anticuerpos MOG. Y la consecuencia de estas inflamaciones son las neuritis ópticas, que son la inflamación del nervio óptico, en mi caso del ojo izquierdo. Es una enfermedad minoritaria y, por lo tanto, todavía no se sabe demasiado como cuidarla o como evitar los brotes. Hay gente que solo hace uno en su vida, pero yo he tenido muchos. Mi obsesión es que no sea incapacitante y, en consecuencia, hago vida normal, los brotes no son dolorosos, cuando he sufrido alguno he seguido yendo al trabajo y nadie lo ha detectado. Pero se tiene que tratar para que esta inflamación baje y el nervio óptico pueda volver a funcionar.
Mi obsesión es que esta enfermedad no sea incapacitante. Los brotes no son dolorosos, cuando he sufrido alguno he seguido yendo al trabajo y nadie lo ha detectado
¿Por qué decidiste explicarlo?
Porque me di cuenta de que me acompañaría siempre y porque me parecía absurdo sentir vergüenza de estar enfermo. Este año tuve que hacerme un tratamiento que implicaba una baja médica, y como cuando no sales a la tv durante unos días hay gente que me pregunta "¿cómo es que no sales"?, pues decidí explicarlo. También lo hice por una cuestión puramente egoísta de desprenderme de este peso, y para que pudiera servir como un grito más a la investigación. Me sorprendió mucho la respuesta de la gente, de golpe te sientes muy querido y la gente que pasa por situaciones similares te lo agradecen. Yo ni quiero ser portavoz de nada, ni activista, es un tema que forma parte de mi vida, pero no me define.
He decidido explicarlo porque me parecía absurdo sentir vergüenza de estar enfermo
Abraham Orriols nos lee un fragmento del libro que acaba de publicar 'Una vida a les muntanyes'