Hay días que parece que nunca tengan que llegar. Momentos que querrías que nunca llegaran. Siempre es difícil decir adiós, más si es una persona amada con la que, durante décadas, has compartido momentos de intensa intimidad. Un compañero de viaje con el que has vivido secretos, gozods y tristezas, versos y melodías. Sí, hay días que parece que nunca tengan que llegar. Momentos que querrías que nunca llegaran. Días, momentos, instantes como los que hemos vivido esta noche en el primer concierto de los tres que Joan Manuel Serrat ha programado en el Palau Sant Jordi para despedirse de Barcelona. Y, aunque hace tiempo que lo sabíamos, no por eso la partida, el saber que estas canciones, que ya no son suyas, sino que son nuestras, ya no volverán a sonar, ha sido menos aflictivo, amargamente dulce.
A paso ligero
Fue ahora justo hace un año, el 2 de diciembre de 2021. Joan Manuel Serrat, autor de la banda sonora de un tiempo y un país, anunciaba que, después de casi seis décadas de trayectoria, nunca más volvería a subir a un escenario. Antes, sin embargo, de su retiro, protagonizaría una última gira, El vicio de cantar 1965-2022. Un tour mundial que inició su recorrido el 7 de abril en el Beacon Theatre de la ciudad de Nueva York y que concluirá este viernes, 23 de diciembre, en el último de sus tres conciertos en el Palau Sant Jordi de Barcelona. En medio ha pasado por México, Colombia, Chile, Argentina, República Dominicana, Puerto Rico, Venezuela, Ecuador, Perú... Viaje transatlántico compaginado con citas por toda la península. "Quiero despedirme en persona recorriendo lugares que amo, gente que me ha acompañado durante más de 50 años, de los sitios y de este oficio... a paso ligero", confesaba entonces al Noi del Poble Sec.
Un cancionero infinito
"Roda el món i torna al Born", ha sentenciado Serrat tan solo pisar el escenario. "Com va dir Tarradellas: ja soc aquí". Ha sido, no hay que decirlo, una noche extraemotiva, para nosotros, para él. Un periplo sentimental a través de un cancionero infinito rebosante de palabras de amor. Con aquella voz temblona (hoy un poco afónica) que acaricia el alma, Joan Manuel Serrat ha interpretado todos sus éxitos. Más de una veintena de canciones, que ha hilado entre el silencio emocionador, emocionado, del público que llenaba el recinto olímpico barcelonés. Así, una tras otra han sonado piezas representativas de todas las épocas del cantautor del Poble Sec, desde Temps era temps con la que ha empezado el espectáculo ha el final con Fiesta.
Aunque hoy nos hemos despedido de Joan Manuel Serrat, ha acabado siendo un gran día. Nos lo tendríamos que plantear así
A medio camino, paradas en obras magnas como El carrusel del furo (de la que ha explicado que estaba dedicada a su abuelo materno), Me'n vaig a peu, Las nanas de la cebolla, Me'n vaig a peu, Hoy puede ser un gran dia, Pare, La tieta y, evidentmente, Paraules d'amor, Cantares y Mediterráneo, los tres instantes culminantes de la noche. Cierto, hay momentos que querrías que nunca llegaran. Sin embargo, aunque hoy nos hemos despedido de Joan Manuel Serrat, ha acabado siendo un gran día. Nos lo tendríamos que plantear así.