Barcelona, 28 de noviembre de 1937. 17.º mes de la Guerra Civil española. Ricardo Basurto Clement y José Frutos Soria, agentes del Servicio de Información Militar de la República (SIM), detenían a Carme Tronchoni Soria, espía al servicio del bando rebelde. Con la detención de Tronchoni caería un pequeño grupo de prófugos que pretendían pasar a la "zona nacional" y una red de quintacolumnistas formada por enlaces "pasadores" y falsificadores que operaban desde Barcelona. El caso Tronchoni, ampliamente difundido por la prensa, causaría un gran impacto en la sociedad de la catalana de la época. No tan solo porque la agente que coordinaba los diferentes elementos de aquella trama era una chica de 22 años, sino, también, porque la caída de aquella red sería obra de otra chica, Agnès Jiménez, de 24 años y espía al servicio de la República.
![Carme Tronchoni i Agnès Jimenez. Fuente Universidad de Barcelona Carme Tronchoni i Agnès Jimenez. Fuente Universidad de Barcelona](/uploads/s1/44/60/03/13/carme-tronchoni-i-agnes-jimenez-font-universitat-de-barcelona.jpeg)
Quién es quién: Carme Tronchoni
Carme Tronchoni (València, 1915) era una discreta funcionaria que trabajaba como telefonista en la delegación provincial de Trabajo en València. Y una chica joven que, con su círculo de amistades, disfrutaba de la efervescencia que vivía la València de 1937, convertida en capital de la República española desde que las tropas rebeldes habían rodeado Madrid (noviembre, 1936). Carme, como cualquier chica de su edad, frecuentaba los bares de moda y cultivaba la amistad de brigadistas internacionales, de corresponsales de prensa o de intelectuales refugiados. No se le conocía ninguna relación con elementos disidentes al régimen republicano o con organizaciones clandestinas antirrepublicanas. Pero, en cambio, detrás de aquel perfil discreto y plano, se ocultaba una agente del Servicio de Información del Nordeste de España (SIFNE), al servicio del gobierno rebelde de Burgos.
Quién es quién: Agnès Jiménez
Agnès Jiménez (Madrid, 1913) era una estudiante de Medicina en la Universidad de Madrid, a quien el estallido de la guerra la sorprendió mientras asistía el tercer curso. A partir de aquel momento, Agnès imprimió un ritmo trepidante a su vida. En poco más de un año abandonó los estudios, se alistó como enfermera de las ambulancias que trasladaban a los heridos del frente de guerra a los hospitales de la retaguardia y tuvo un hijo con un miliciano comunista que dejó a cargo de sus padres. Y, finalmente, ingresó en el SIM en medio del escenario de tensión que anticipaba la guerra en la retaguardia republicana (una guerra dentro de otra guerra), y que enfrentaría los gobiernos español y catalán por un lado, y los anarquistas por el otro. Agnès llega discretamente a Barcelona poco antes de los Hechos de Mayo (1937), que se saldarían con el exterminio de los anarquistas.
¿Carme Tronchoni era una agente del SIFNE?
Carme Tronchoni era hija de una familia acomodada y de ideología liberal que no explica su inclinación hacia el bando rebelde. Al estallido de la Guerra Civil (1936), su hermanastro Santiago Tronchoni Micó, hijo de un primer matrimonio de su padre, era comandante de la Columna de Hierro, una unidad de combate formada, exclusivamente, por milicianos anarquistas. Y ni siquiera después de ser detenida (1937), la investigación policial republicana la podría asociar con ninguna organización disidente. No pertenecía ni a Falange Española, ni al Socorro Blanco, aunque su papel en aquella trama quedaba fuera de cualquier duda. Pero, en cambio, tanto la investigación de la época (que reunió las pruebas para encausarla) como la investigación historiográfica coinciden en la afirmación que Carme Tronchoni era, sin duda, un activo del SIFNE.
![Valencia (1936). Fuente Archivo ElNacional Valencia (1936). Fuente Archivo ElNacional](/uploads/s1/44/60/03/73/valencia-1936-font-arxiu-elnacional.jpeg)
¿Cómo había llegado Agnès al SIM?
El camino que conduce a Agnès al voluntariado republicano es un misterio. Pero todavía resulta más enigmático el camino que la transporta de las ambulancias al espionaje. Agnès, nacida y criada en una familia bien posicionada económicamente (con una larga tradición de funcionarios civiles) y muy conservadora ideológicamente (con una estrecha vinculación con las organizaciones católicas antirrepublicanas), no respondía al perfil clásico de miliciana. Solo hay dos detalles que podrían explicar el destino que Agnès le da a su vida. El primero, y muy revelador, es su condición de estudiante de una carrera superior, en una época en que las mujeres eran, todavía, una minoría muy minoritaria en la universidad, que nos sugiere el perfil de una persona independiente y determinada. Y el segundo, y no menos importante, su relación personal con un miliciano comunista.
¿Por qué Carme era del SIFNE?
El porqué Carme fue captada o ingresó voluntariamente en el SIFNE siempre ha sido motivo de controversia entre los historiadores. Concluida la guerra, el régimen franquista la convirtió —interesadamente— en un mito. Sus restos, que descansaban en el cementerio de Montjuïc, fueron solemnemente trasladados al panteón nacional-católico del Valle de los Caídos, como, anteriormente, se había hecho con los de José Antonio Primo de Rivera y los otros "mártires de la revolución rojo-separatista". Pero la investigación moderna ha revelado algunos detalles que ponen en duda esta supuesta filiación ideológica. Y algunas informaciones apuntan que su compromiso con la rebelión nacional-católica de Franco, a pesar de su vinculación con el SIFNE, no iría más allá de la pasión amorosa que sentía por un militar prófugo que pretendía cambiar de bando.
![Barcelona (1936). Fuente Museo de Historia de Catalunya Barcelona (1936). Fuente Museo de Historia de Catalunya](/uploads/s1/44/60/03/51/barcelona-1936-font-museu-d-historia-de-catalunya.jpeg)
El viaje a Barcelona
El 20 de noviembre de 1937, Carme traslada a su casa familiar del barrio de Russafa a un grupo de prófugos, formado por dos oficiales del ejército y un militante falangista que, durante semanas, habían sido secretamente ocultos en el consulado panameño de València. Al día siguiente partirían en dirección a Barcelona, para obtener pasaportes falsos y transporte clandestino que los tenía que situar en Francia, y desde allí pasar a la zona rebelde a través de Hendaia-Irún. En Barcelona estuvieron discretamente alojados en un hotel del Raval y al agotar los recursos económicos, se ocultaron en una torre de Pedralbes. Pero siempre estuvieron bajo la mirada de Agnès Jiménez y de Ignasi Vilaplana, agentes del SIM republicano, que nunca los perdieron de vista. De hecho, el cambio del Raval a Pedralbes estaría causado por la demora en la confección de los pasaportes, que habían provocado los mismos agentes republicanos.
La relación Carme y Agnès
El traslado de los fugitivos a la casa familiar de los Tronchoni fue un grave error que condenó aquella operación. Carme y el grupo que conducía siempre estuvieron en el punto de mira del SIM republicano. Y desde el preciso instante en que la espía y los prófugos ponen los pies en el andén de la Estació de França, los dejan hacer con la idea de "cazar" toda la trama. Y en este "dejar hacer", Agnès tiene un papel decisivo. Con aquella sangre fría que se le presupone a un espía —a una espía, en este caso— se acercó discretamente a Carme y, en un tiempo récord, se ganó su confianza y su amistad. Ocho días más tarde, caía toda la "trama": la espía Carme Tronchoni Soria, los comandantes José María Bielsa Laguna —profesor de la Academia Militar— y Carlos García Bravo, y el falangista Manuel González Romero. Días después, caería el resto de la trama.
![Mapa de la Guerra Civil española (marzo, 1937). Fuente Ministerio de Educación y Ciencia Mapa de la Guerra Civil española (marzo, 1937). Fuente Ministerio de Educación y Ciencia](/uploads/s1/44/60/03/31/mapa-de-la-guerra-civil-espanyola-marc-1937-font-ministeri-d-educacio-i-ciencia.jpeg)
Qué pasó con Carme y con Agnès
Carme y Agnès tuvieron el final trágico que suelen tener los "activos fundidos". Carme fue acusada del delito de alta traición, juzgada y condenada a morir. Fue fusilada en el castillo de Montjuïc el 29 de marzo de 1938. Tenía 22 años. En cambio, Agnès fue presentada a la opinión pública como una heroína, y eso la expuso a un riesgo del cual ya no podría escapar. Diez meses después las tropas franquistas ocupaban Barcelona (26 de enero de 1939). Agnès se ocultó. Pero la difusión del caso Tronchoni le pasaría factura. Fue detenida el 21 de junio de 1939 por la policía franquista, sometida a un consejo de guerra y condenada a muerte. Fue fusilada en el Campo de la Bota el 13 de noviembre de 1940. Tenía 27 años, y no había vuelto a ver a su hija desde que la había dejado con sus padres. Desde el inicio de la guerra.