Durante 10 años la hemos visto presentando el Telenotícies fin de semana de TV3, desde septiembre del 2017 la podemos escuchar en el No ho sé de RAC1 cada noche y ahora, la popular periodista y también escritora Agnès Marquès (42 años, Palma de Mallorca), acaba de publicar su primera novela: Ningú sap que soc aquí. Un relato ambientado en un festival de música, donde un grupo de amigos viven una serie de experiencias que los transforman y los sacuden.

"Este libro no deja de ser y de tener muchas conexiones con lo que hacemos en el periodismo, que es explicar historias de personas, de vidas," reconoce la autora ilusionada, recordando el momento en el que fue a la imprenta a recoger los primeros ejemplares. "Recuerdo que el encargado me dio un ejemplar y todavía estaba caliente, fue una sensación similar a la de cuando haces pan, de una cosa muy artesanal, auténtica, bonita", reconoce visiblemente satisfecha, al inicio de esta entrevista.

La periodista Agnès Marquès hablando de su libro 'Ningú sap que soc aquí'. / Foto: Carlos Baglietto.

Al anunciar que publicarías el libro, escribías en Instagram: Ha sido como parir otra hija; oh qué alegría, oh qué sufrimiento"!. ¿Ha habido más sufrimiento o más alegría?

[Sonríe] De momento están siendo alegrías. Escribir en este formato siempre me ha dado mucho respeto, porque de alguna manera te desnudas. No por lo que explicas, sino por cómo lo explicas. La forma de escribir denota un poco como eres e, inevitablemente, tu manera de ver el mundo. Son cuatro historias que no explican mi vida, pero sí que hay una mirada que es la mía. Tenía esta sensación de sufrimiento, de vértigo. Pero todo lo que me está devolviendo es muy bueno y la he escrito con ganas de que la gente la disfrute.

Cuando una trabaja dirigiendo y presentando un programa diario, dando clases a la universidad y lo compagina con el trabajo de ser madre, ¿cuándo decides ponerte a escribir? y, sobre todo, ¿cuándo encuentras el momento?

Empecé como un ejercicio privado, para mí. Me gusta escribir y he escrito siempre. Al principio publicar lo que escribía era como una idea muy romántica, que veía lejos. Fíjate, han pasado cuatro años hasta que no he visto la forma, ha pasado mucho tiempo y por muchas fases, escribiendo de madrugada, despertándome entre las 6 y las 8 de la mañana, que son dos horas muy productivas porque no hay ruido, el día empieza y me despierto con la cabeza bastante clara. Y con un trabajo como el nuestro, que te exige estar cada día pendiente de lo que pasa, eso era como salir al patio; ahora voy a hablar de la vida de estos personajes, soñando un poco con lo que les pasa. Llega un punto que entras tanto en la historia que dices, ¿y qué le puede pasar ahora a Julieta? A veces tienes una idea predeterminada y piensas, a Diego no le puede pasar eso! Es como estar enganchado a una serie o a un libro.

¿Realmente es como soñar o te inspiras en el entorno?

Escribir es imaginar. Hay muchas cosas que algunas las he vivido en primera persona, otras las ha vivido mi entorno y los personajes no están inspirados en personas concretas, pero sí en muchas personas que he conocido y que te inspiran. Lo transformas.

Nadie ha vivido al 100% lo que viven los personajes del libro

Ha sido como salir al patio e imaginar para ir construyendo. Me sabe mal decirlo así, porque parece que sea un registro menor, pero para mí ha sido una diversión escribir el libro, y me ha costado mucho. Estuve nueve meses parada porque había un personaje que no sabía lo que le pasaba y lo que me imaginaba no me gustaba, porque me parecía previsible. Le dije a la editora, a Gloria Gasch; estoy atascada, cuando lo encuentre te avisaré. Fue fácil trabajar con ella, nos entendimos muy bien.

Planteas dilemas, contradicciones y deseos que podemos tener todos o todas en algún momento u otro de la vida. ¿Pretendes que todo el mundo se pueda sentir identificado de alguna forma u otra?

Los personajes son muy humanos, les pasan muchas cosas y se encuentran en una edad media de la vida en la que todos nos acabamos haciendo las mismas preguntas. Una edad, en la que ya eres una persona adulta, donde parece que determinadas cosas no te las puedas permitir, que solo sean privilegios de la juventud; dudar, equivocarte, ser contradictorio... Y eso nos acompañará toda la vida. Pero la mirada de los otros sobre nosotros es la de; "no, tú tienes que ser una persona firme, segura, y tienes que acertar". No, escucha, soy humana y, además, somos seres insignificantes, viviremos como mucho 100 años en un planeta de 4.500 millones de años de historia. Somos una ínfima parte de la historia de la humanidad, calma.

Tratas con naturalidad el consumo social de drogas, no estamos habituados y está bien tratarlo sin tapujos. ¿Es una realidad que todos tenemos cerca, pero que a menudo obviamos, no?

Sí, necesitaba que los personajes se encontraran inmersos en una experiencia muy intensa que, de por si, los festivales ya lo son, y llevarles a algunos de ellos al extremo de perder un poco el control sobre sí mismos, para que acabara aflorando todo aquello que las personas normalmente nos quedamos solo para nosotros. El "ningú sap que soc aquí", es aquello que nadie sabe de nosotros al 100%, siempre hay algo que escondemos por puro instinto de protección. También es una parte literal de la trama, pero sobre todo, me interesa en el sentido figurado.

El 'Ningú sap que soc aquí' es todo aquello que nadie sabe de nosotros al 100%, siempre hay alguna cosa que escondemos por puro instinto de protección

Tampoco podemos obviar que el consumo de drogas vinculado al ocio existe y está bastante extendido. El día que lo descubrí me sorprendió mucho, no era consciente, nadie me lo había explicado y como periodista, también quería saldar una deuda. Hablamos de drogas cuando hablamos de tráfico o de consumo extremadamente problemático de personas que sufren la adición, pero entre medio, hay todo un abanico de consumo donde somos un poco hipócritas como sociedad. O estás en un entorno en el que se consume y se trata con total normalidad o, los que estamos fuera, lo vivimos como si fuera una realidad que no existiera. No pretendo hacer ningún juicio, sencillamente retratar una realidad que existe.

 Agnès Marquès, presentadora del programa 'No ho sé' de RAC1. / Foto: Carlos Baglietto.

¿Qué hay de Agnès en este libro, en sus personajes, con la historia de cada uno de ellos?

Hay la de una persona que se encuentra en esta edad central de la vida de preguntarse muchas cosas; si está donde quiere estar, que revisa lo que ha hecho y que se pregunta por qué lo ha hecho de esta manera y, sobre todo, la mirada de alguien que se cuestiona; ¿a partir de ahora, qué? Estamos en un momento en que, con 42 años que ahora tengo, todo el mundo nos dice; "no, tú todavía eres joven". Somos los llamados jóvenes, pero tenemos muchas cosas hechas, tenemos en el mejor de los casos un trabajo, una estabilidad emocional y familiar, criaturas y, muy probablemente, nos quede para vivir —si todo va bien—, el mismo tiempo que ya hemos vivido. ¡Yo me tengo que plantear qué quiero hacer con estos próximos 40 años de mi vida! Somos personas todavía jóvenes, con mucha capacidad para hacer muchas cosas, con mucha vitalidad y, todo eso, de alguna manera está plasmado en el libro. El margen de juventud se ha alargado, mi madre cuando tenía 42 años ya era una señora más mayor que yo ahora, pero yo me siento joven y con mucha energía, con muchas ganas de vivir la vida y de vivir experiencias. Todo eso, que son preguntas que todos los que estamos en esta edad, tarde o temprano nos hacemos, están en el libro.

¿Está satisfecha Agnès con lo que ha hecho hasta ahora, echando la vista atrás?

Sí, la verdad es que sí. Pienso que he encontrado el equilibrio entre buscar las cosas que he querido y que la vida te da la oportunidad de disfrutar.

¿Y pensando en la mitad de vida que te queda por delante, qué te apetece hacer?

Querría hacer tantas cosas... El otro día, hablando con un amigo, decíamos que llegamos a esta edad consiguiendo o no unos objetivos de una vida que imaginamos hace 20 años. ¿Y si yo ahora con 40 años digo que estoy cansada de eso y quiero pintar, qué? Es muy difícil empezar de cero y de nuevo otra vez ahora. Básicamente, porque tienes que tener dinero para poder permitírtelo, claro. Agnès lo que no quiere es dejar de hacer cosas que me gusten. Con eso me siento una privilegiada y espero que la vida me lo siga dejando hacer.

En el libro se encuentran muchas referencias musicales, de hecho, has creado una lista en el Spotify con las canciones que aparecen. ¿Si tuvieras que escoger una y explicar el motivo, con cuál te quedarías?

[Piensa]. Me gusta mucho Love Will Tear Us Apart, de Joy Division, un temazo que vendría a ser que el amor siempre nos destroza. Al final el amor es el que da sentido a la vida, todas las formas de amor. Y la mayoría de veces que nos caemos y nos volvemos a levantar es por amor. El amor, como motor de la vida, me quedo con esta.

El amor y todas sus formas son lo que dan sentido a la vida

¿Piensas en volver a hacer televisión o te seguiremos escuchando mucho más tiempo entre ondas?

No lo sé, no se puede cerrar nunca ninguna puerta. A mí me gusta comunicar, ahora lo he disfrutado mucho con la fórmula literaria, me gusta comunicar en la radio, me ha gustado mucho comunicar en la tele y cuando escribo artículos, también lo disfruto. Me siento una afortunada con eso, y ya veremos por dónde van las cosas.

Momento de la entrevista de Agnès Marquès. / Foto: Carlos Baglietto.

Me consta que ya tienes una hija, has publicado la primera novela... ¿Solo queda plantar el árbol?

¡No, no, planté un olivo! ¡Ya lo tengo todo, pero no me quiero morir todavía, por favor! [Ríe]

Gracias Agnès, un placer.

A vosotros.