La erudición siempre pierde ante la actualidad, se dicen el historiador (y mucho más) Agustí Colomines y el escritor mexicano Juan Villoro en algún momento de Tot el que el cor s'estima, el dietario que Colomines presentó en la librería Ona este martes, introducido por Ferran Sàez y Jordi Galves. Es un riesgo decir "siempre" de las cosas contingentes como los libros y los autores y buena parte de la vida, y el dietario se encarga de confirmarlo y de desmentirlo al mismo tiempo. Porque en Tot el que el cor s'estima, la erudición, la actualidad y todo lo que hay en medio se trenza en un desorden fabuloso de 65 años, un laberinto de hechos fechados y documentados. Llega un punto de la lectura, poco después de la obertura, en que el texto te lleva como en un barco que desliza por mares muy diferentes, unos más pequeños y otros más hondos, aguas adentro o cerca de la costa, haciendo cabotaje. El piloto Colomines no tiene la misma maña para navegarlos todos igual, pero son estas desviaciones y rodeos son los que atrapan y hacen el libro tan atractivo, además de la escritura, fluida y exacta. El dietario es toda esa confusión, pero así es el plan del autor.

"Soy el contenido de mi libro", dice Montaigne en sus Ensayos. Lo podría decir Colomines del suyo. Se ve al político, el ideólogo y el historiador y la persona. También el conspirador y, sobre todo, se ve el hombre que ha sido muchas veces abandonado. La muerte de la madre cuando él tenía 14 años. Los amores logrados y fallidos. Los compañeros de militancia. Los colegas de la academia. Amigos que no lo eran tanto. Lo mejor del dietario es ir encontrando esos momentos de rechazo en medio de un caleidoscopio de comentarios, viñetas, episodios y anécdotas. "Soy lo que se rechaza", dijo en Ona en un tono un tanto crepuscular, para resumirlo todo. Después, en el dietario, la vida lo desmiente, por el volumen de la obra hecha y la mucha gente que se ha beneficiado de su magisterio en una montón de ámbitos, del académico al político.

Ferran Sáez, Agustí Colomines y Jordi Galves en la presentación de "Tot el que el cor s'estima" - Sergi Alcàzar

El Colomines historiador es lectura imprescindible para entender qué ha pasado en la política catalana contemporánea. En el dietario hay, sí, una recopilación de hechos de la vida política reciente y una serie de interpretaciones y miradas sobre los años del procés independentista —La Década Soberanista, lo llama él—. El dietario contiene alguna cosa más, sin embargo: la "red de referentes deslumbrante" que empedra el libro, como observa Xavier Antich en el prólogo. Es una sabiduría que filtra por el libro como una mancha de vino en un mantel de hilo, haciendo dibujos diferentes con colores intensos aquí y desvanecidos allí, siempre sorprendentes. "He aprendido a descubrir, a pensar las cosas históricamente", ha explicado el mismo autor en Ona.

La vida de Colomines, llena de repliegues y parches, de rasgones y heridas va apareciendo mezclada en mil accidentes y convalecencias que no hicieron más que endurecer su carácter, afinar el genio y ejercitar el cerebro. Colomines dice que ha escrito este libro "para demostrar que la imagen que se tiene de mí es falsa". ¿Qué imagen se tiene de Agustí Colomines? El hombre arisco, solitario, gruñón y conspirador aparece en el libro, pero también el hombre que tuvo que contener unas lágrimas cuando todavía no llevaba ni un minuto de la presentación. En unos segundos, "la imagen que se tiene de mí" quedó hecha añicos. Los que no estaban en la presentación tienen 258 páginas para encontrárselo y descubrir que el tema más frecuentado al Tot el que el cor s'estima es… el amor.