Era el verano del 2017, cuando todos estábamos enganchados a nuestras pantallas viendo la desesperación de centenares de miles de refugiados sirios llegando a las costas griegas. Huían de la guerra, del horror que sembró ISIS en sus calles, sus hogares y sus familias. No tenían ninguna otra opción que marcharse sin saber cuando o si nunca volverían a sus casas. Uno de ellos es el joven de 29 años, Ahmad Alhamsho, que después de cruzar Turquía, se embarca en una arriesgada travesía en la cual estuvo a punto de morir en el mar. Después de su paso por varios campos de refugiados, Alhamsho llegó finalmente a Barcelona, donde vive y trabaja de actor y educador en centros de emergencia para menores tutelados. Ahora nos relata su testimonio en el libro "Todos los Ahmad del mundo" (Plataforma Testimonio, 2021).
Un problema médico lo salva del servicio militar
Como si se tratara de un diario personal, Ahmad se abre en canal y nos relata cómo desencadenó su huida. Empezó el servicio militar, obligatorio en Siria durante año y medio, justo antes de que estallara la guerra, del cual se libró gracias a un quiste en el hígado que lo apartó del Ejército. Pero al volver a casa todo había cambiado. La llegada del ISIS alteró sus planes de futuro y el miedo se había apoderado de las calles de Al-Thawra. "Cuando volví a casa del servicio militar vi a amigos y vecinos morir delante de mí. Con ISIS o haces lo que dicen o te matan. Matar gente para ellos es como beber agua".
Ante amenazas constantes por parte del grupo terrorista, Ahmad se ve forzado a dejar su casa casi del día a la noche. Su sueño de convertirse en actor podía ser el que acabara con su vida, ya que según Ahmad, "era un blanco fácil para ellos, ya que el ISIS está en contra de las artes. Es haram (mal) para ellos. Pero la muerte de mi primo delante de mi familia fue el momento decisivo para que mi madre dijera 'Ahmad tienes que irte' ".
Dejar su casa y sobre todo su madre fue lo más duro. Atemorizado y en shock dijo adiós a su familia y subió al coche de sus tíos (que también decidieron huir del terror) a las 3 de la madrugada y se marchó hacia Turquía.
"No morimos de milagro"
Ya en Turquía tuvo que contactar con las mafias para cruzar hacia Grecia. Conseguir una plaza para marcharse era fácil, igual que contactar con ellos. Pero el viaje tranquilo y rápido que le prometieron a él y al resto de refugiados resultó ser casi un suicidio colectivo. "Salimos en un día de muchísimo oleaje y en una barca de 9 metros, éramos entre todas 80 personas". Como si fuera una montaña rusa, las olas hacían subir y bajar la patera peligrosamente. La cara del Ahmad cambió radicalmente mientras me explicaba la experiencia de este viaje del cual no pensaba que saldría vivo, "cada vez que lo recuerdo pienso, ¿cómo es posible que sobreviviéramos? ¿Cómo estoy aquí? Tendría que estar muerto".
Entre gritos de desesperación, apareció un barco de salvamento griego que los rescató y los llevó hasta tierra firme.
Un grupo de teatro catalán, su nueva ilusión
Después de la traumática experiencia, lo trajeron a un campo de refugiados durante año y medio, un tiempo en el cual lo peor no era dormir mal, comer poco o no poder ducharse con agua caliente, sino la incertidumbre de no saber hasta cuándo estaría allí cerrado mientras seguían por la radio como la UE debatía si los acogían o no.
Entonces llegaron las ONG y la ayuda humanitaria. Consiguieron mejorar las condiciones de vida en el campo de Nea Kavala donde se encontraba. Pero su deseo de estudiar teatro en Europa le parecía muy lejano, hasta que llegó un grupo de teatro de Barcelona, Paramythádes, que le devolvieron la ilusión. Un grupo de voluntarios que organizó un taller de interpretación y que finalmente consiguieron crear el primer grupo de teatro del campo de Nea Kavala, "Escosirak". "Estaba muy triste en el campo y cuando llegó este grupo de teatro de Barcelona, nos devolvieron la sonrisa. Nos ayudaron sin querer nada a cambio". Paramythádes llegó a estrenar también en el Teatro Nacional de Catalunya una obra basada en los testimonios de algunos de los refugiados, "Kalimat" (palabras), y enviaron al campo todo el dinero recaudado con la representación.
Después de poco más de un año y 6 meses en el campo de refugiados, finalmente el Ahmad recibió la noticia más esperada. Había conseguido asilo en España. Después de un año en Madrid vino a perseguir su sueño de convertirse en actor en Barcelona. Estudió interpretación en el Colegio de Teatro de Barcelona y empezó a hacerse con las riendas de su vida.
Le pregunto si ha echado nunca la mirada atrás y se arrepiente de nada, a lo que me responde que "al revés. Ojalá haber venido antes. No me habría alejado de mi familia obviamente, pero sí de Siria. Soy feliz aquí. Vine persiguiendo mi sueño con la esperanza de algún día volver a ver a mi familia".
Ahmad ha participado en series y películas como, "Si no t’hagués conegut mai" y "La mujer ilegal". A raíz de la publicación de una entrevista al actor por su papel al largometraje de Ramon Térmens, que podéis ver en Netflix, su emotivo testimonio despertó el interés de Plataforma Editorial, que contactó con la productora de la película, Segarra Films, para proponer a Alhamsho compartir su historia vital. "Todos los Ahmad del mundo", ahora un libro, que en un futuro podremos ver su adaptación cinematográfica.
Hoy, él puede explicar su historia. Muchos otros no. Muchas otras vidas se las tragó el Mediterráneo.