Ariella Azoulay (Tel Aviv, 1962) es una filósofa y teórica visual que ha reflexionado sobre el papel de la fotografía en la historia, pero también sobre la herencia del imperialismo en el mundo actual. Actualmente es profesora en la Brown University en Providence (en Estados Unidos), tras pasar por varias universidades americanas y por la de Tel Aviv. Ha renunciado a usar el pasaporte israelí para considerar que Israel no tendría que existir. Entre sus obras más destacadas se encuentran Death's Showcase: the power of image in contemporary democracy (2001), The Civil Contract of Photography, (2008) y Civil Imagination: The Political Ontology of Photography (2011). Este jueves, Ariella Azoulay ha dado una conferencia, en la Fundació Tàpies, sobre Saqueo, destrucción, fotografía y museos. Los orígenes imperiales de la democracia.

Las democracias modernas son más bien democracias imperiales...

(c) Fundació Antoni Tàpies, 2019.

¿Qué explicó en su conferencia en la Fundació Tàpies?

Hablé sobre los orígenes de la democracia, vinculados a los inicios del imperialismo europeo. Yo los sitúo en 1492. Aquí encontramos el origen de la democracia, que está vinculada a grandes movimientos de población: a la expulsión de gente, las migraciones forzadas... La democracia se convierte en un mecanismo que otorga a la gente el status de extranjero, de irregular... Eso ya empieza con el sistema de castas en el imperio español, con la exclusión de los moriscos, de los mestizos... Este intento de tratar a la gente como categorías es el fundamento de la democracia. Se crean cuerpos diferenciales, que separan a la gente. Es una parte esencial de la democracia moderna. Yo he explicado que las democracias modernas son más bien democracias imperiales...

¿Qué relación tiene eso con los museos?

El imperialismo es, también, un sistema de sacar los objetos del pueblo y meterlos en los museos. Yo estudio tanto los movimientos de expulsión de gente en el mundo, como el proyecto de arrancarles sus objetos, de expropiarlos. Cuando arrancas objetos a la gente los dejas expuesto a la violencia. En la correspondencia de Colón o de Vespucio se explica que la gente les recibe bien, pero que cuando la gente del llugar no da lo que los colonizadores quieren, los tratan como enemigos y les cogen lo que quieren. Y a partir de esta expropiación, los colonizadores crean una nueva ley. La gente que ha sido desposeída de sus objetos puede ser esclavizada, forzada a trabajar, obligada a hacer cosas que no querían hacer antes...

¿Y cuál es la relación entre imperialismo y fotografía?

La historia moderna progresista nos dice que la fotografía nació en 1839. Pero eso es falso. En 1839 se inventa un aparato técnico, pero el permiso de sacar imágenes del otro ya se había puesto en marcha en 1492. ¿Porque asociar la fotografía con el 1839? ¿Sólo porque se ha inventado un aparato que permite hacer lo que ya se hacía más rápido? Yo me planteo la fotografía como una parte de la tecnología imperial que impone categorías raciales sobre la gente, que les destruye aquello que son y que les impone nuevas leyes.

¿Los fotógrafos de hoy son diferentes de los de aquellos tiempos?

Los procedimientos que siguen los fotógrafos actuales son los mismos que usaban ya en tiempos de Colón... Se refieren al mismo derecho imperial... Se basan en la idea de que los fotógrafos tienen derecho a ir por todas partes haciendo fotos, mientras que los ex colonizados no pueden ir a ningún sitio. Los colonizados no pueden ir a las ex metrópolis, ni pueden consultar sus documentos que están  depositados en los archivos de allí, ni pueden ver los objetos de sus culturas que están expuestos en los museos...

¿Y propone para resolverlo?

Yo propongo el "contrato civil fotográfico". Hace falta que haya un gran acuerdo entre la gente fotografiada, el fotógrafo y la gente que mira las fotografía. La fotografía es una tecnología imperial. A menudo no nos piden permiso para hacernos fotos y nuestras imágenes se distribuyen por todas partes. Esta exposición violenta a la fotografía se tiene que combatir. La fotografía es una tecnología imperial, pero ahora que está extendida por todo el mundo no se puede prohibir. Lo que se puede hacer es relacionarse con ella de una forma diferente. El espectador tiene una posición crucial, en el mundo de la fotografía, porque puede negarse a reconocer a las personas en las categorías en que están situadas.... Yo propongo una aproximación diferente a la fotografía, a los archivos y a la democracia.

Para que el imperialismo esté acabado, hace falta que las estructuras que creó estén desmanteladas

Pero hay a quien argumenta que el imperialismo ya ha acabado...

Mientras los países imperiales, Europa y Estados Unidos, mantengan la riqueza que han extraído en los países que han colonizado, y mientras las leyes que han permitido esta explotación continúen en marcha, no podemos decir que el imperialismo haya acabado. Para que el imperialismo esté acabado, hace falta que estas estructuras estén desmanteladas.

En el Estado español es muy activo un movimiento de reivindicación de las bondades del colonialismo hispano...

El hecho de que México pida a España disculpas y que esta las niegue es una demostración de que el imperialismo está presente... Y esta es una anécdota entre miles... La reivindicación del papel civilizador no es exclusiva de España, también existe en Francia, también existe en Israel... El colonizador construye este discurso para justificar su papel, para esconder sus actividades, pero el imperialismo no ha hecho nada más que destruir. Palestina era un lugar formidable antes de ser destruida en 1948. En África había culturas fantásticas antes del colonialismo, y han sido destruidas, no completamente, por suerte...

Barcelona se presenta como muy atractiva para los extranjeros, pero al mismo tiempo hay inmigrantes que son tratados como "irregulares"

(c) Fundació Antoni Tàpies, 2019.

¿El imperialismo marca también las relaciones entre las personas dentro de las sociedades de los países ex colonizadores?

La cuestión colonial es la más importante hoy. Las relaciones entre las sociedades del Norte también está marcada por el imperialismo. Las estructuras del colonialismo se están reproduciendo a diferentes escalas, en la escala global y también en la local. Es por eso que Barcelona se presenta como muy atractiva para los extranjeros, pero al mismo tiempo hay inmigrantes que son tratados como "irregulares". ¿Qué quiere decir eso? Son gente que reclama los derechos negados por el periodo imperial. No es casualidad que muchos "irregulares" sean latinoamericanos... Los vínculos imperiales perduran. El vínculo de la lengua no es natural, ha sido construído por siglos de dominación...

Pero la xenofobia no para de crecer...

Los países imperiales no quieren pagar el precio de siglos de colonialismo, y ahora tratan a la gente que viene de sus colonias como mendigos... Pero tienen el derecho a estar en el país que había colonizado al suyo. Huyen de su propio país porque el imperialismo ha dejado una herencia terrible. Sus estados todavía reproducen la herencia imperial, y a veces son terribles... Y el Banco Mundial y la ONU protegen el imperialismo.

¿Qué proyectos de futuro tiene?

Para octubre tengo un proyecto en Barcelona, con la Fundación Tàpies, para exponer algunos archivos fotográficos sobre el imperialismo y sobre objetos expropiados en África y expuestos en museos, pero también de la destrucción de Palestina en 1948, sobre las violaciones de mujeres alemanas al fin de la Segunda Guerra Mundial por los "ejércitos liberadores"... Es una antología de diferentes proyectos que he hecho, con una aproximación anticolonial a la fotografía desde el punto de vista de la filosofía política.