Debía ser la noche exclusiva de Alcarràs pero Agustí Villaronga ha sido el gran ganador de la noche. No deja de ser curioso que el director de Pa negre haya dejado la tierra el día que se celebraban los quince años de los Premios Gaudí, como si fuera su manera modesta y humilde de darles paso a las nuevas voces del cine catalán que sin duda le deben haber tenido como ejemplo. Lo ha dicho Judith Colell, presidenta de la Acadèmia del Cinema Català: “Ha muerto un referente con mayúsculas y un gran amigo, y me gustaría que esta gala estuviera dedicada a él. Que toda la familia que estamos aquí le rindamos homenaje”. Con este relevo generacional triste y forzoso, la película del año, este Alcarràs que le ha dado tantas alegrías al cine de nuestra casa, se ha llevado el premio a mejor película y Carla Simón se ha consolidado como la enorme cineasta que es como mejor directora, la cuarta mujer consecutiva en llevarse este valorado galardón y su segunda estatuilla después de Verano 1993.
🟠 Ganadores de los Premios Gaudí 2023: lista completa de películas y artistas
🟠 Las mejores fotos de la alfombra roja de los Premios Gaudí 2023
🟠 ¿Dónde ver las películas protagonistas de los Premios Gaudí 2023?
La historia de la familia Solé y su amor a los melocotones también se ha llevado el mejor guión, la mejor dirección de producción y el premio del público. "Para todos los payeses de la franja de Ponent, que son cabezones y cultivan la tierra", ha expuesto Simón. Y ha aprovechado para lanzar una llamada de socorro a un sector maltratado que ella ha intentado dignificar. "Autoridades que estáis aquí, lo tienen jodido; si se pudiera regular el precio de la fruta, estaría guay", ha exigido. Y a todos los demás, al público, al espectador, a la gente de la calle: "Comprad fruta y productos de proximidad".
Después de triunfar en los Lumière hace pocos días, Pacifiction ha compartido protagonismo con la mejor película llevándose el Gaudí a mejor película en lengua no catalana, dirección artística y fotografía. La propuesta excéntrica y extravagante de Albert Serra, ignorada por completo en los Premios Goya, se ha alzado así como una de las películas que más han gustado a la Acadèmia del Cinema Català, aunque el film que más premios ha acumulado ha sido Un año, una noche, con 5 galardones técnicos —efectos visuales, sonido, montaje, guion adaptado y música original (de Raül Refree)— para también homenajear a las víctimas de los ataques terroristas en la Sala Bataclan del 2015.
Carla Simón: "Autoridades que estáis aquí, [los payeses] lo tienen jodido; si se pudiera regular el precio de la fruta, estaría guay"
En interpretación, Vicky Luengo y Pol López ya se han consolidado en el panorama. Los dos han ganado estatuilla por sus trabajos en Suro interpretando a una pareja que se muda al campo para reactivar una explotación de corcho y tirar adelante una nueva vida. La ópera prima de Mikel Gurrea ha destacado fuertemente en los últimos meses como una digna pequeña obra maestra, y le ha dado la dirección novel, el primer galardón cinematográfico a la actriz y el primer Gaudí al actor, que se han dedicado mutuamente el premio ya como tándem de ganadores con un lugar privilegiado en el firmamento de las mejores interpretaciones de este año.
Del mismo modo, pero diferente, restan ya en un mundo paralelo algunos de los culpables de haber hecho de la cultura y del cine lo que son ahora, como Pau Riba, Juan Diego, Núria Feliu o Àngel Casas, que nos han dejado este último año. Como Agustí, tan recordado en esta primera noche sin él, y que ha cerrado el homenaje a todos los que faltan al que ha puesto voz Judit Nedderman. Jaume Figueras también ha querido dedicar su Gaudí d'Honor al director que más proyección le ha dado al cine catalán en las últimas décadas.
Una gala dinámica y sin florituras para reivindicar el cine en catalán y denunciar los abusos sexuales
La interpretación secundaria masculina ha recaído en Alex Brendemühl por una de las historietas de Historias para no contar, de Cesc Gay, y Ángela Cervantes ha recogido su segundo premio consecutivo en los premios del cine catalán después de llevarse el galardón el año pasado con Chavalas. Esta vez lo ha hecho por La maternal y visiblemente emocionada ha querido dedicarle el premio al trabajo de los educadores sociales y a todas las madres adolescentes que la han inspirado. “No se puede dejar a una adolescente menor abandonada. Esta es vuestra historia, gracias por vuestra generosidad y por dejarme ser canal”, ha dicho con la voz temblorosa y entrecortada. También le ha agradecido la oportunidad a su directora, Pilar Palomero, y sobretodo a Carla Quílez, que ha recogido el recién estrenado premio a mejor interpretación revelación. Con solo 14 años, la ya estrella del cine ha hecho el que seguramente ha sido uno de los discursos más emotivos de la noche, con recuerdo también a las jóvenes que tiran adelante su maternidad con recursos limitados. “Para esas madres adolescentes que han sufrido tanto y yo hoy puedo darles el punto de voz para visibilizar estos casos; que también lo que no se ve tenga luz y que esto sea un paso más para darla”.
Ha habido un premio Gaudí, también, contra los abusos sexuales y el silencio de un sistema acostumbrado a mirar hacia otro lado. Cinco de las protagonistas de El techo amarillo han recogido el premio a mejor película documental por la obra de Isabel Coixet —ausente en la gala— sobre los abusos sexuales perpetrados durante años a menores en el Aula de Teatre de Lleida, algo que no hubiera sido posible sin el reportaje de Núria Juanico y Albert Llimós, periodistas del Diari Ara. El caso de ellas está prescrito, pero han alertado de la una cifra espeluznante: 2 de cada 5 menores sufrirá abusos sexuales. Han pedido recursos a los políticos, han agradecido a su abogada Carla Vall y se lo han dedicado a "todas las que denunciamos y a todas las que se atrevieron a contarlo", para finalizar con un grito al unísono, como las valientes: "¡Caeréis todos!"
Las protagonistas de El techo amarillo, ganadora a la mejor película documental por retratar los abusos sexuales en el Aula de Teatre de Lleida: "¡Caeréis todos!"
La voz desgarrada y potente de Queralt Lahoz y el Amor fatuo de Manuel de Falla, musicalizada por la Franz Schubert Filharmonia, ha estrenado la noche musical y poco después se ha conocido la ganadora a mejor cortometraje, que ha sido para Harta, de Júlia de Paz Solvas, una pieza que explica la lacra de la violencia machista desde los ojos de la hija de un maltratador y su víctima. “La violencia va mucho más allá de un puñetazo, el silencio hace mucho daño”, ha reivindicado su creadora. Llum Barrera, maestra de ceremonias, también ha recordado esta lacra que asesina y ha apuntado que ha sido la primera vez en la historia de los Gaudí que la presentadora era una mujer sola. Una en quince años. Un dato que choca con la cifra de que más del 50% de nominadas este año tenían nombre de mujer.
No ha sido una gala con muchas florituras y el ritmo ha sido rápido pese a haber tres categorías más en su escaleta y alargarse algo más de la cuenta. Tres horas de descuento para reivindicar el cine catalán de este año, la lengua propia y la supervivencia de la cultura, pero sobretodo para exigir respuestas, recursos y explicaciones a instituciones y plataformas, estas últimas culpables que los espectadores cada vez se alejen más del cine. "No debería ser necesario ganar un Oso de Oro para valorar el cine catalán ni tampoco debería ser necesario pedir que el catalán sea una lengua habitual en salas y plataformas", ha protestado Colell. Tampoco ha faltado la reclama política cuando la presidenta se ha quejado de que una autopista no puede ser motivo para que los presupuestos catalanes no se aprueben y dejen a la cultura, la educación o la sanidad cojas de un pie. Porque, como ha dicho la líder de la Acadèmia, "no es casualidad que cultura y cultivo sean palabra con el mismo significado etimológico".
Reclamas, recuerdos y lágrimas, pero sobretodo amor al arte, se han entrelazado en una jornada que ha reforzado la voluntad de que los cines se llenen cada vez más y más. Es lo que está intentando el Cicle Gaudí: acercar las películas del territorio a todos los rinconces del país y dignificar un séptimo arte debilitado por el auge de las plataformas. Contra ello y a modo de halo esperanzador, la sala de cine más antigua de Catalunya, la Sala Mozart de Calella, ha sido la acogedora del premio especial del público, que se ha ido para Alcarràs con el voto de 6.000 personas. "Lo que ha pasado con Alcarràs ha sido como un pequeño milagro porque la ha visto mucha gente", ha dicho Carla Simón al recogerlo. Y es que la película rodada en Ponent ha llegado a más de 400.000 espectadores y al corazón de mucha, muchísima más gente.