Cuatro discos en cuatro años, las barcelonesas Al·lèrgiques al Pol·len están protagonizando una de las trayectorias ascendentes más fulgurantes de nuestra escena musical (no todo el mundo puede decir que ha llenada toda una sala Apolo como hicieron ellas semanas atrás). AL·LARMA es su último trabajo, disco donde plasman esta evolución que las ha llevado de las melodías festivas sintetizadas de sus inicios al pop de guitarras que practican actualmente. Hablamos con su teclista y principal impulso creativo, Maria Riba.
Han pasado cuatro años desde que os descubrimos, y cuatro son los discos que habéis publicado. ¿Qué pensáis ahora cuando miráis atrás?
Estamos muy contentas. El crecimiento que hemos tenido tanto personal como profesionalmente, artístico, musical es enorme. Si habláramos con las Al·lèrgiques de hace 4 años fliparían. Hemos aprendido muchísimo, pero tenemos ganas de seguir haciendo camino.
¿Ha sido una evolución constante hasta llegar a esta AL·LARMA, en el que parece que definitivamente habéis encontrado vuestro sonido.
¡Sí! Aunque los anteriores discos nos definen mucho a nosotras y cada etapa vital, sí que es cierto que con AL·LARMA hemos encontrado nuestra identidad.
Con AL·LARMA hemos encontrado nuestra identidad
¿Hay ningún referente, influencia, que haya marcado o guiado esta evolución?
Pues ya hace muchos años que seguimos la pista de girlbands como Ginebras o Cariño. Dua Lipa también ha estado muy presente todos estos años. Y con ellas, nombres como Carolina Durante, Joan Jett... Hay muchos tipos de girlbands. ¡Nosotras somos una girlband de instrumentistas, no solo de cantantes! Hole o las Fanny son 100% referentes y es una pena que no hayan trascendido tanto como las boyband de rock, porque nos ha costado encontrar estos tipos de referentes, porque no están en primera página de la historia del rock.
¿Por qué en Catalunya hay tan pocas mujeres haciendo rock? (De hecho, en Catalunya hay muy poco rock en general)
Creo que el pop rock es un género que requiere mucho trabajo y mucho nervio. Acostumbra a tener un sonido muy concreto y muchos instrumentos orgánicos. Hoy día, en la era de la inmediatez, hacer rock implica tiempo. No es lo mismo hacer un beat en una hora con un programa de producción y grabar una voz encima (que está muy bien también, eh!) que quedar todo un grupo de música. Probar la canción en un ensayo. Hacer todos los arreglos. Entrar en el estudio, grabar todos los instrumentos in situ, buscar cada sonido concreto. Es más trabajo, más tiempo, más dinero, más personas, más logística... Pero vaya, ¡mola tanto! Y el tema de las mujeres, aquí en Catalunya tenemos el mítico Rock Catalán liderado por hombres, pero también tenemos un rock más indie de grupos como Les Sueques o Rombo que han estado dando guerra muchos años. El rock siempre se asocia a una masculinidad despreocupada, peligrosa, loca. Lo que no saben es que la feminidad puede ser igual de desenfrenada, y es lo que intentamos demostrar.
El rock siempre se asocia a una masculinidad despreocupada, peligrosa, loca. Lo que no saben es que la feminidad puede ser igual de desenfrenada, y es lo que intentamos demostrar
¿Cómo os ha ayudado al grupo a crecer personalmente?
Empezamos el grupo cuando teníamos 19 años, justamente en un cambio de etapa vital muy explícito y hemos crecido y nos hemos hecho adultas con Al·lèrgiques al pol·len. Es una experiencia muy difícil de explicar si no la vives. Pero sí, nuestra personalidad está 100% relacionada con la banda.
¿Todas tenéis, sin embargo, una vida más allá del grupo, verdad?
Sí (risas). Todas trabajamos en otras cosas, tenemos otras inquietudes, tanto artísticas como en otros ámbitos. Creo que es importante tener más de una pasión. Priorizamos 100% Al·lèrgiques al Pol·len, pero también cuidamos de todo el resto.
¿Si tuvierais la oportunidad de vivir exclusivamente de la música, lo aprovecharíais, o también necesitáis estas otras facetas vuestras para sentiros plenas?
Pues yo creo que depende a quién le preguntes. Algunas de nosotras sí, otras no y otras lo probarían durante una temporada. Poder vivir de tu pasión es una inmensa suerte, pero como he dicho antes, también tenemos otros, de pasiones.
Es la pregunta de la entrevista... ¿Cómo conseguisteis llevar a Serrat en el estudio, para hacer con él una versión del Paraul·les d'amor?
Pues la verdad es que fue muy natural y orgánico. Le pasamos la versión de la canción que hicimos en el Desconcert de iCat con Ven'nus y le gustó mucho. Cuando le explicamos que queríamos grabarla, nos dijo que contáramos con él para lo que quisiéramos, y aprovechamos para preguntarle si le apetecía cantar. ¡Respondió que sí, que claro! ¡Y así fue, muy fácil!
¿Es la mejor experiencia que habéis vivido hasta ahora con el grupo?
Todo lo que hemos vivido es muy especial; pero sí, conocer a Serrat y trabajar con él es una experiencia única e irrepetible que explicaremos hasta el día que nos muramos (risas).
Conocer a Serrat y trabajar con él es una experiencia única e irrepetible que explicaremos hasta el día que nos muramos
¿Habéis evolucionado vuestro sonido, pero el amor sigue siendo uno de los temas centrales de vuestros temas?
¡Sí y tanto! El amor y la falta de este es el tema por excelencia del arte universal, y por alguna razón será. El amor genera tantas cosas tan difíciles de explicar, pero que a través de la música se expresan mucho más fácilmente... ¡El amor ha cambiado vidas, ha cambiado incluso gobiernos y la historia!
Más allá de Serrat hay otras colaboraciones en el disco... Empezamos: Dan Peralbo y el Comboi en el tema Fer-ho tot malament. ¿Esta, por afinidad estilística, tenía que caer un momento u otro, no?
¡Si! Además, con Dan ya hace tiempo que cultivamos una gran amistad y fue muy fácil y divertido hacer este tema juntos.
¿Y con Figa Flawas en Lo Lo Lo, cómo surgió?
Pues ya hacía tiempo que les seguíamos la pista (¿quién no?) y queríamos colaborar con alguien diferente de nosotros, pero con el mismo espíritu gamberro. ¡Y así lo hicimos! Coincidimos en un concierto y los encajó salir de su zona de confort y rockear con nosotras (risas).
Formáis parte de una de las generaciones más efervescentes, creativamente ricas y eclécticas de la historia de la música en nuestro país. Imagino que eso también ayudaba a enriqueceros las unas a las otras y que todos los proyectos crezcan, ¿verdad?
¡Sí! Hay una red enorme dentro de la escena musical catalana. Estamos superagradecidas de tener estos "compañeros de trabajo", con los cuales algunos hemos hecho mucha amistad. Hay mucha piña y creo que eso también propicia el auge de la música en catalán, sobre todo por parte de la juventud.