Si vais a Andorra a pasar unos días, puede que tengáis ocasión de ver y oír algunas palabras catalanas que no son habituales en otros territorios catalanohablantes. En el artículo de hoy tenéis una muestra. Por ejemplo, la encía se llama nyiva (i no geniva); el término paniquesa hace referencia a la comadreja (en otros pagos se emplea el término mostela o paniquera); la palabra pitavola se refiere a una mariposa (en la mayoría de territorios catalanohablantes, papallona; este término probablemente proviene de la expresión petita vola 'pequeña vuela'); la expresión icónica cap de casa 'cabeza de casa' indica el desván; y para mencionar un copo de nieve usan la palabra preciosísima voliana o voliaina (a partir del verbo volar; curiosamente, en otras zonas este vocablo se refiere a la mariposa). Cabe decir que muchos de estos términos tradicionales también se hallan en el Pallars, el Alt Urgell y, en algún caso, incluso en la Ribagorça.
Por la influencia del francés también hay galicismos, como carrota 'zanahoria' (en otro lugares es pastanaga o safanòria). Sin embargo, hay que precisar que en tierras valencianas y por la zona del Ebro, y también en la Cataluña francesa, se encuentra este término. Igualmente, lo que en Cataluña se llama empresa pública, en el Principado de Andorra se llama empresa parapública (o directamente parapública), calcado también del francés. Y es habitual que las administraciones públicas utilicen el término arrest para un concepto equivalente al de decreto o edicto.
Pervivencia de terminología jurídico-administrativa tradicional catalana
Dado que Andorra se ha mantenido independiente a lo largo de los siglos, utilizan la terminología jurídico-administrativa catalana de toda la vida, sin haberla cambiado por terminología española o francesa (como sí vemos en el resto de territorios catalanohablantes). Así, las unidades administrativas locales se llaman parroquia (en vez de municipi); algunas parroquias se subdividen en quarts organizados en torno a una aldea; el organismo de gobierno local es el comú (y no lo llaman ajuntament, calcado del castellano ayuntamiento); la persona que manda en el comú es el cònsol (nada de alcalde); quien imparte justicia se llama batlle (y no jutge 'juez'); lo que en todas partes se llama guardabosc en Andorra es un bander; el presidente del Consell General (es decir, el parlamento) es el síndic (cuando en Cataluña este término designa a una persona que vigila que la administración pública haga un buen uso del dinero público y no cometa abusos); y el impuesto municipal tradicional de Andorra se llama foc i lloc 'fuego y lugar'.
Y todavía hay otras joyas. Como vemos en todo el Alt Pirineu, los términos borda y pleta han adquirido nuevos significados: han pasado de designar construcciones relacionadas con el ganado a designar un restaurante típico pirenaico y una urbanización, respectivamente. En cuanto a los autobuses, si bien ahora dicen bus tradicionalmente lo han llamado clípol, nombre de una empresa de buses histórica de Andorra, creado a partir de la unión de los nombres de persona Climent y Pol (también han llegado a usar el término platillo). En el mundo de la justicia, el castellanismo auto se tradujo por aute (mientras que en Cataluña se denomina interlocutòria). En ocasiones, coloquialmente se usa el término anduni para hablar de un joven andorrano que ha ido a estudiar al extranjero. Y para referirse a la vez a Cataluña y España sin tener que precisar, emplean el término baix '(a)bajo' (por ejemplo, Avui a baix és festa, però aquí a Andorra no 'hoy abajo es fiesta, pero aquí en Andorra no').