CARD DISC CASTELLA

Els Amics de les Arts hicieron furor entre estudiantes de Humanidades con su gracejo en las letras, manidas de referentes, en Bed & Breakfast (2009). Después intentaron escalar a la liga de los Love of Lesbian más victorianos en Espècies per catalogar (2012). Después ya, después ya ni sé. Ahora parecen haber vuelto con fiereza a la autoparodia: “Tenemos canguro hasta mañana a las ocho y media”. Y bien está. En un restaurante, nos damos la mano casi todos si reconocemos lo mediocre que se pone esto con el paso de los años. 

La absurdidad de madurar

La nit sembla que serà nostra es un tema ochentero que parece sacado de la banda sonora de las Tortugas ninja, pero que relata algo triste y pertinente: las grandes ocasiones son ya las menos. A riesgo de ser de los que hablan de lo que “nos sale del coño” en los artículos, como se criticaba y se practicaba hace pocos días en una metacrónica –¿de qué van a hablar sinó los artículos sobre música?–, el ahora trío escribe sobre las absurdidades de madurar. En l’Eixample (o un barrio peor). Comprar a granel, hacer calçotada con las primeras cebollas del año. Ya saben. Y lo hacen bien. No en vano, acaban de estrenar incluso un musical cuyo título lo dice todo: Pares normals (padres normales). 

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Els Amics de les Arts o la banda sonora de los padres que tienen canguro / Foto: Mariliana Arvelo 

Otra cosa es cómo revistan el algodón de azúcar. Con algo que contraste o con más azúcar todavía. Porque Els Amics de les Arts se han quedado en algún sitio raro entre The National y Joan Dausà. Sí, sí, entre The National y Joan Dausà hay un diminuto espacio: de guitarras que hacen tilín o de pop diabético. Son capaces de lucir en De córrer per nova York o Cada cel; la voz de Andrea Motis es un bálsamo para el tema. Pero luego te pueden dejar ciego de dulce cuando juegan a ser El rey de las tartas: Un dia com un altra –tremendo estribillo de “uoooohs”– o Estimeu-me… El teclado cortesiano junto a Marco Mezquida, ¡se me saltan las joyas del Bijou Brigitte! Decían que no querían recargar la cosa: no ha salido del todo. Y eso que se rodearon bien. El disco lo ha facturado (una vez más) Tony Doogan (Belle and Sebastian). 

 Y es que Els Amics de les Arts son tus cuñados. Pero los que a veces te caen bien

El álbum, de ocho temas, vira al final hacia algo que podría haber producido Arnau Vallvé para Triquell, una base de guitarras surferas, pero con un estribillo que pone nervioso hasta en los pasillos de Literatura comparada: “Sólo hay vida si la vives poco a poco, citando a Mercè Rodoreda”. Cierran el largo, cómo no, haciendo póker con las tendencias pop: una a lo Oques Grosses. Voces dobladas, cánticos como del Oktoberfest, y luego teclados eurobeat. Así avanza la que da título al disco, Allà on volia. Bailonga y divertida, por qué no. Y es que Els Amics de les Arts son tus cuñados. Pero los que a veces te caen bien.