El verano será una buena oportunidad para leer las mil quinientas páginas de Un corazón furtivo, la biografía de Josep Pla que ha firmado Xavier Pla. Un texto del cual se ha hablado mucho por la importancia de todo lo que significa: difícilmente hay en el contexto catalán un libro que parta de tanta información. Toda una vida detallada y puesta en bandeja. Una auténtica novela realista del siglo XIX que narra la crónica de una nación y de una cultura desde el prisma de una persona que hizo bandera de la libertad total. La magnitud del trabajo de Xavier Pla permite observar cualquier fenómeno del siglo XX, porque seguramente Josep Pla estaba involucrado.
Por ejemplo, un fenómeno que tendría que merecer mucho interés es la reanudación editorial después de la guerra civil. Las primeras publicaciones en catalán autorizadas eran títulos de poco interés, como obras completas o especializaciones. Eso con el tiempo cambiaría y Josep Pla sería protagonista. El papel de la editorial Selecta fue trascendental. Josep M. Cruzet era el editor, y Josep Miracle, inicialmente corrector, posteriormente también editor. A Selecta le debemos que, todavía a día de hoy, sea la única editorial que ha publicado bibliografías enteras de la mayoría de dramaturgos catalanes. Libros que ahora solo encontramos en librerías de segunda amno, pero que han sido fundamentales para la transmisión y la lectura del patrimonio literario catalán.
Es cierto, sin embargo, que Selecta trinchaba muchos de aquellos textos: se equivocaban picando los textos o sustituían palabras de registro coloquial, por ejemplo. Desde entonces editoriales como Barcino, Club Editor, Ela Geminada, Adesiara y Grup 62 y editores de referencia como Jordi Cornudella, Andreu Rossinyol, Jordi Raventós, Lluïsa Julià, Adriana Bàrcia, Gemma Bartolí o Agnès Prats han restituido los textos originales, previos a Selecta, de autores de primer nivel como Víctor Català, Ruyra, Santiago Rusiñol, Josep Maria de Sagarra o Àngel Guimerà. Aun así, no quita importancia al proyecto literario de Selecta.
Si volvemos a la biografía, hay un capítulo que es de gran importancia. El editor Josep Miracle ha enviado a Josep Pla los volúmenes de la obra completa de Guimerà. Quiere que Pla hable en Destino y se haga eco. Pla habla en Destino, pero no especialmente bien. Xavier Pla reproduce el contenido del artículo, titulado Recuerdos. Don Ángel Guimerá. Sale publicado el 18 de noviembre de 1948. El texto es feroz con la edición de Miracle. Critica también el prólogo de Josep Maria de Sagarra. Para Pla es totalmente coherente que Guimerà, el año 1948 haya caído en el olvido. El año 1949 Pla publicaría en Selecta, pero las tensiones con Josep Miracle explican perfectamente su postura. Para Josep Pla, la literatura de raíz romántica de tercera o cuarta generación que representa Guimerà no tiene nada que ver con el giro hacia el realismo que defiende.
Para Josep Pla, la literatura de raíz romántica de tercera o cuarta generación que representa Guimerà no tiene nada que ver con el giro hacia el realismo que defiende
Esta anécdota puede parecer intranscendente, pero ejemplariza de primera mano las dificultades que encontramos todavía hoy con Àngel Guimerà. ¿Qué queda de las primeras recuperaciones? Josep Miracle publicó los estudios biográficos más completos del autor y, posteriormente, y en el terreno escénico, las nuevas generaciones han conocido Guimerà por la adaptación del musical Mar i cel, y por las múltiples representaciones de Terra Baixa de los últimos años.
¿El inicio de un nuevo cambio de paradigma?
Hoy, se celebra el centenario de la muerte del escritor. Àngel Guimerà, dramaturgo, poeta y político murió ahora hace 100 años, el 18 de julio de 1924. La celebración deja muchas preguntas sin respuesta, pero lo que es evidente es que los últimos años han sido prolíficos en el estudio de su obra y hacen pensar que podemos ser optimistas. Nuevos especialistas se han acercado a Àngel Guimerà y han encontrado nuevas perspectivas literarias. Lo más importante era desvincular del imaginario la idea que las nuevas generaciones tienen del autor, pero eso no es sencillo: Guimerà ha llegado por los canales de difusión masivos con los títulos más conocidos, pero la complejidad del personaje y la extensa obra han quedado totalmente soterrados.
Guimerà ha llegado por los canales de difusión masivos con los títulos más conocidos, pero la complejidad del personaje y la extensa obra han quedado totalmente soterrados
Xavier Alberti, Albert Arribes o Toni Sala han publicado libros que han cambiado definitivamente el terreno de los estudios de Guimerà. Aunque Josep Maria Benet i Jornet o Ricard Salvat ya habían apuntado herramientas para una lectura moderna de los textos de Guimerà, los libros Tradició i creació de Toni Sala (Otra Editorial), así como Guimerà. Home símbol de Xavier Alberti nos permiten interpretar a Guimerà como un autor europeo de primer nivel y nos despiertan las ganas de leerlo. Y es que más allá del homenaje institucional, de Guimerà tenemos que volver a reconectarlo con su tiempo, y eso no es sencillo.
Obras como Mar i cel o Terra baixa nos pueden seguir interpelando, pero no nos pueden negar leer también su poesía, sus artículos de prosa, así como las otras obras de teatro
La presencia de Guimerà en los escenarios catalanes se ha normalizado, pero en muchos casos solo se han representado las obras más conocidas. Esta temporada, el Teatreo Nacional ha programado La aranya, una de las piezas más importantes de la última etapa del dramaturgo. También habría que recuperar obras como Jesús que torna o La festa del blat, entre otras. Obras como Marc i cel o Terra baixa nos pueden seguir interpelando, pero no nos pueden negar leer también su poesía, sus artículos de prosa, así como las otras obras de teatro. El año Guimerà tiene que permitir más lecturas de textos poco conocidos y, sobre todo, divulgar la relación de los personajes con el homoerotismo, con la representación de la naturaleza, del mundo tecnificado, de la guerra, de Europa, de la ciudad, del anarquismo, del deseo, del amor... ¡Amemos Guimerà!