El 12 de mayo la activista afroamericana Angela Davis recibirá el título de doctora honoris causa en el Auditorio del Campus de Ciutadella de la Universitat Pompeu Fabra (UPF). La Universidad reconoce su tarea en el análisis de la interrelación entre género, raza y clase social y su activa militancia en la defensa de los derechos civiles, la justicia, la igualdad y la libertad de las personas.
Angela Y. Davis, graduada en Estudios de Francés por la Universidad de Brandeis (Massachussets) y en Filosofía por la Universidad Johann Wolfang Goethe (Frankfurt), ha dedicado gran parte de su vida a defender los derechos humanos, el feminismo, y a combatir la discriminación racial. Actualmente, a sus 76 años, es profesora emérita de la Universidad de California Santa Cruz y sigue luchando firmemente por sus principios y difundiéndolos por todo el mundo.
Su infancia estuvo marcada por las Leyes de Jim Crow que privaban la población afroamericana de derechos civiles e imponían la segregación racial en los espacios públicos, como escuelas y transporte público, del sur de los Estados Unidos. Desde pequeña, fue testigo de la discriminación en el barrio donde residía, denominado Colina Dinamita (Birmingham, Alabama), por el elevado número de casas de familias afroamericanas que el Ku Klux Klan dinamitó.
Hija de familia activista, se involucró rápidamente en movimientos contra la segregación social, la opresión de clase y el patriarcado. En la universidad, se impregnó de los principios del filósofo Herbert Marcuse, y sobre todo de la idea de que el individuo tiene el derecho de rebelarse contra el sistema.
Davis fue catedrática de Filosofía en la Universidad de California, en Los Àngeles, hasta 1970, cuando la despidieron para pertenecer al Partido Comunista. Entre otras organizaciones, formó parte de las Panteras Negras, un partido que luchaba por los derechos civiles de la población negra.
Recientemente, Angela Davis defendió el derecho del pueblo catalán a la autodeterminación.
Se trata de la decimoséptima personalidad que es investida honoris causa por la UPF, desde el primer reconocimiento a Desmond Tutu (curso 1999-2000) hasta el último, que recibió Gonzalo Pontón (curso 2019-2020), y la cuarta mujer tras Maria João Pires (curso 2018-2019).